ASCO, el colectivo chicano que abrió puertas en EU
Rebeldía y arte chicano: ASCO y su legado
Foto: Agencia Reforma.
El documental ASCO: Without Permission (ASCO: Sin Permiso), del cineasta Travis Gutiérrez Senger, recupera la historia del colectivo de creadores chicanos que irrumpió en la década de los 70 contra la exclusión y la violencia de la que era objeto la comunidad mexicoamericana.
Aún sin distribuidor, el filme se estrenó a principios de marzo en el festival South by Southwest, realizado en Austin, Texas.
Integrado por la artista multidisciplinaria Patssi Valdez, el muralista Willie Herrón III, el pintor y artista de performance Gronk y el escritor y fotógrafo Harry Gamboa Jr., el colectivo tomó el nombre de la palabra que en español significa "repugnancia", "náusea", en alusión a los tiempos turbulentos de la época, que cobran resonancia hoy en día, con el asedio a las comunidades migrantes.
El cineasta Gutiérrez Senger señala que fueron más que un grupo de arte; crearon un movimiento, uno con una notable influencia en la historia del arte chicano. "Ese movimiento continúa hoy, y es muy expansivo".
Se conocieron siendo adolescentes, se formaron como jóvenes adultos y llamaron al grupo "ASCO" tras una de sus primeras exhibiciones autogestivas. Su trabajo conceptual y performático abordaba la exclusión de los chicanos del mundo del arte convencional y la brutalidad policial sistémica que sufría la comunidad mexicoamericana en el este de Los Ángeles.
Los cuatro miembros fundadores de ASCO se convirtieron en algunos de los artistas chicanos más notables, exhibiendo más tarde obras en museos referenciales alrededor de Estados Unidos. Pero en sus inicios, al grupo le fue negado el acceso a las galerías y museos notables. Llenaron las avenidas con sus performances públicos, murales y más para exhibir su obra.
Gamboa y Valdez elogiaron el enfoque de Gutiérrez Senger hacia su historia. Ambos aparecen en el documental y vieron la película por primera vez con una multitud de fanáticos y un grupo de jóvenes artistas chicanos cuyo arte fue inspirado por la rebelión de ASCO.
"Sentí que la película realmente capturó la esencia de todos nosotros trabajando juntos", dijo Gamboa.
Valdez afirma que fue un momento especial para ella, como la única mujer en el grupo fundador, recibir igual tiempo y comprensión.
"Por primera vez, se me dio una voz equitativa en el grupo, algo que no había sucedido antes", comentó, citando cómo relatos previos sobre el grupo sólo destacaban a sus integrantes hombres.
Sin permiso
ASCO surgió en el apogeo del movimiento por los derechos civiles chicanos en las décadas de 1960 y 1970. Fue un tiempo de tensión política y racial intensificada en medio de las huelgas de estudiantes en el este de Los Ángeles, protestando contra la desigualdad educativa, y la Moratoria Chicana, un movimiento contra la guerra de Vietnam durante el cual muchos mexicoamericanos fueron víctimas de la brutalidad policial.
Muralistas y colectivos surgieron al momento en que los artistas latinos buscaban procesar la injusticia sistémica que ocurría en sus comunidades.
"La respuesta a tal violencia fue crear arte", subraya Gamboa. Quería alterar la percepción convencional de los chicanos y presentar las posibilidades y caminos que alguien puede crear a pesar de las restricciones sociales.
Para Valdez, ser la única mujer significaba que no era ajena a una doble dosis de racismo en la sociedad y el sexismo entretejido dentro de los hogares latinos conservadores, donde se esperaba que las jóvenes permanecieran en silencio.
"No podía soportarlo. Así que pude expresar estas formas de censura a través del trabajo de performance en ASCO", detalla Valdez, quien una vez se pegó a un muro público en una pieza titulada Mural instantáneo, una metáfora sobre sentirse cautiva.
Una de las obras más conocidas de ASCO es Spray Paint LACMA. Gamboa, Gronk y Herrón pintaron con aerosol sus nombres en el costado del Museo de Arte del Condado Los Ángeles después que, asevera Gamboa, un curador le dijo: "Los chicanos están en pandillas, no hacen arte".
"Hubo otra era cuando la gente decía: 'El arte Latinx, ya sabes, no existe. No es una cosa. No pertenece. No es parte del arte estadounidense'", refiere Pilar Tompkins-Rivas, curadora en jefe y directora adjunta del Museo Lucas de Arte Narrativo.
El arte de performance de barrio de ASCO a menudo atraía miradas, e incluso multitudes. En Station of the cross, el grupo llevó una cruz enorme a la oficina local de reclutamiento militar para protestar contra la guerra de Vietnam.
En 1974, Gamboa tomó una foto de Gronk posando como víctima de la violencia de pandillas para llamar la atención sobre la cobertura sensacionalista de los medios sobre el crimen en el este de Los Ángeles. En el documental, Gamboa afirma que un canal de noticias local transmitió la pieza como una historia real.
El trabajo de ASCO como grupo permaneció relegado del mainstream. No fue hasta 2011 cuando LACMA montó ASCO: Elite of the obscure, A retrospective, 1972-1987, la primera retrospectiva en presentar el trabajo del grupo. Una muestra que en México pudo apreciarse en 2013, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM.
"La historia latina siempre ha sido borrada", lamenta Gutiérrez Senger. "ASCO: Without Permission es una historia de ganar una batalla, no una guerra".
'No Movies' y la representación latina
Una fotografía de 1974 muestra a una glamorosa Patssi Valdez en top sosteniendo la estatua dorada de una cobra. Había ganado el premio a mejor actriz en los "Aztlan No Movie Awards", una entrega ficticia que ASCO creó como crítica a la falta de representación latina en Hollywood.
El grupo sabía que la probabilidad de protagonizar películas de estudio era limitada, a menos que quisieran interpretar a una trabajadora doméstica, al líder de un cártel o al miembro de una pandilla.
Gamboa fotografió a Herrón, Gronk y Valdez usando stock de cine para capturar la esencia de sus películas favoritas. La serie se llamó No movies y más tarde inspiró su sátira de entrega de premios.
Gutiérrez Senger rinde homenaje a este serie a lo largo del documental presentando a un grupo de jóvenes artistas chicanos, incluidos artistas locales de Los Ángeles como Fabi Reyna y San Cha, en cortometrajes inspirados en el estilo autogestivo de ASCO.
"Creo que es una obligación necesaria como latino si estás haciendo películas luchar muy, muy duro para poner a personas de piel morena en pantalla y detrás de la cámara y tratar de crear películas sobre nuestra historia", dice Gutiérrez Senger. "Tenemos historias valiosas, y tenemos una historia valiosa".
ASCO: Without Permission incluye testimonios de destacados artistas latinos, incluyendo el actor Michael Peña y el comediante Arturo Castro, quienes han irrumpido en el mainstream pero conocen la importancia de preservar la historia.
"Nuestra historia como latinos no está en los libros de historia. Los movimientos que hemos tenido no están en los libros de historia", dice Peña en el documental.
Aunque a menudo parece que el progreso es lento, Valdez señala que los artistas deben continuar expresando sus opiniones y "portarse mal y no pedir permiso".
"No necesitas permiso para ser tú mismo. No necesitas permiso para ser creativo. No necesitas permiso para ser intelectual", sostiene Gamboa. "Y la cosa es que no puedes permitirte ser reprimido o silenciado y o visualmente limitado para presentar obras".
"Portarse mal es lo más ético que puedes hacer", señaló el actor Gael García Bernal en el estreno del documental en Austin; él, junto con Diego Luna, son los productores de la película con su compañía El Corriente del Golfo.
Con información de Leslie Ambriz / AP