Revive el fantasma del pacto de no agresión
El dirigente priista Alito Moreno se ve envuelto en acusaciones y protegido por fuero constitucional.
El polémico dirigente priista ha sorteado un puñado de acusaciones, blindado frente a cualquier proceso penal por la protección constitucional que el oficialismo le ha permitido mantener el viejo fantasma de la alianza de facto entre el oficialismo de Morena y el PRI de Alito Moreno resurge y ronda los pasillos del Congreso de México. El polémico dirigente priista ha sorteado un puñado de acusaciones de todo tipo, las más escandalosas apuntan a supuesto enriquecimiento ilícito y desvío de recursos por 83,5 millones de pesos, pero no han llegado lejos.
Apenas han tocado base en el Congreso con un par de solicitudes presentadas por la Fiscalía del Estado de Campeche —entidad que Alito encabezó entre 2015 y 2019— para despojarlo de la inmunidad que le da el fuero constitucional, un beneficio que lo blinda de cualquier intento para procesarlo penalmente y del que goza ininterrumpidamente desde 2021 cuando llegó a la Cámara de Diputados y ahora como senador.El primer intento para retirarle ese escudo ya ha perdido vigencia y el segundo, presentado hace tres meses, comienza a congelarse a la vista de Morena, por mucho que los integrantes de la bancada oficialista le reprochen a cada oportunidad que esa amenaza sigue latente.
"¡Desafuero!, ¡Desafuero!", gritaban desde sus curules el 1 de septiembre en el arranque del periodo de sesiones del Congreso. El clamor tenía como destinatario a Alito que había logrado pausar la sesión en la que se recibía el primer informe de Gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum. Los silbidos que recibió mientras se pronunciaba sobre el informe presidencial habían desatado el enojo del dirigente priista que salió del salón de plenos con un séquito de diputados y senadores para volver después e irrumpir en la sesión con altavoces y carteles en contra de Morena.
