FONDEN: El mito opositor que se cae solo

Durante años, el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) fue presentado como la gran herramienta del Estado para atender emergencias.
Hoy, la oposición busca imponer la idea de que sin FONDEN las familias damnificadas están abandonadas y sin ayuda efectiva.
Esa narrativa carece de sustento, porque el FONDEN nunca fue un mecanismo inmediato ni resolvía los desastres con rapidez.
Su liberación dependía de procesos burocráticos y reglas estrictas: los gobiernos debían comprobar daños graves antes de recibir los recursos económicos.
En muchos casos, el dinero llegaba tres, seis o incluso doce meses después, cuando el desastre ya había devastado comunidades enteras.
Bajo los gobiernos del PRI y del PAN esa fue la constante: respuestas tardías, obras retrasadas y familias olvidadas sin pasar por el alto que, los gobiernos en turno entregaban las obras a sus amigos que manejaban las empresas o con la consigna de ser un favor político.
Mientras tanto, la oposición callaba y hoy pretende convertir en virtud un modelo que siempre fue lento e ineficaz.
El verdadero debate no está en la desaparición del FONDEN, sino en la falta de prevención de los gobiernos locales.
A pesar de contar con pronósticos climáticos, muchas autoridades estatales y municipales no implementaron medidas para reducir los daños.
Ahí sí hay responsabilidad: no prever, no planificar y no proteger a la población cuando era posible evitar tragedias.
En contraste, el gobierno federal actual ha mostrado presencia real, rápida y cercana con las familias afectadas por las lluvias.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha visitado las zonas de desastre, ha escuchado reclamos y enfrentado la desesperación de los afectados.
A diferencia de sexenios anteriores, hoy el gobierno no se esconde ni despacha desde escritorios lejanos: está en el territorio.
También es falso afirmar que sin FONDEN no existen recursos, pues el Estado cuenta con presupuestos que se activan con rapidez.
El cambio ha sido en la forma de canalizar los apoyos, ahora sin intermediarios ni mecanismos burocráticos que retrasen la ayuda.
La oposición apuesta a la memoria corta de la ciudadanía, olvidando que el FONDEN siempre fue un instrumento lento y politizado.
En realidad, lo que falta no es un fideicomiso, sino honestidad en el discurso de quienes gobernaron durante décadas.
Hoy, el gobierno federal demuestra que puede atender emergencias con eficiencia y presencia sin depender de estructuras heredadas del pasado.
La narrativa de que “sin FONDEN no hay ayuda” se derrumba sola frente a los hechos y a la memoria histórica.
Lo que el país necesita no es nostalgia por el pasado, sino soluciones eficaces y gobiernos que respondan con responsabilidad inmediata.
Tamaulipas tiende la mano a Veracruz
La solidaridad del gobierno de Américo Villarreal Anaya vuelve a mostrarse en momentos críticos, ahora con el pueblo veracruzano.
Durante la conferencia mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció el respaldo del Gobierno de Tamaulipas ante la emergencia climática.
La administración estatal envió un helicóptero de Protección Civil para establecer un puente aéreo con las comunidades afectadas por lluvias.
El objetivo es trasladar ayuda humanitaria a zonas incomunicadas por el cierre de carreteras y caminos rurales dañados por el temporal.
Además, el gobierno tamaulipeco dispuso el envío de alimentos, medicinas y personal médico para auxiliar a las familias damnificadas.
Estas acciones reflejan el compromiso humanista que caracteriza al gobierno estatal, enfocado en atender a quienes más lo necesitan.
La solidaridad no es nueva: hace un año, Tamaulipas también apoyó a Guerrero tras el paso devastador del huracán “John”.
En aquella ocasión, se enviaron cuatro camiones cisterna con agua potable y una brigada médica para atender a la población afectada.
El acompañamiento solidario confirma la visión de un gobierno sensible, presente y comprometido con el bienestar de todas y todos.