La desdibujada Cumbre en EUA
En unos días da inicio la Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles, bajo la anfitrionía de Biden. Es la segunda que patrocina EUA, desde la primera en Miami (1994), seguida de las de Chile, Canadá, México, Argentina, Trinidad y Tobago, Colombia, Panamá y Perú. El recorrido por distintas sedes y su celebración puntual, acaso reflejaría un mecanismo efectivo de reunión de jefes de Estado para discernir sobre una agenda hemisférica común.
Pero frente a la polémica que ha despertado la Cumbre venidera por el tema de la inclusión/exclusión, cabe preguntarse sobre su eficacia para enfrentar los graves problemas que agobian a la región como la desigualdad social, migración, narcotráfico, desastres naturales, la violación a los derechos humanos y la erosión de la democracia.
¿Qué logro perdurable han generado las Cumbres para sentar las bases de su mitigación?
Las Cumbres no se agotan en la reunión de los gobernantes, en paralelo sesionan organismos internacionales y la sociedad civil organizada. Este magno evento hemisférico debiera ser terreno fértil en resoluciones vinculantes sobre temas específicos, pero en realidad se trata de "mucho ruido y pocas nueces". ¿Alguien recuerda el tema y logros de la Cumbre de Panamá (2015) sobre "Prosperidad con equidad"?. No es recordada por la agenda, sino porque en ella el presidente de EUA, Barack Obama y el de Cuba, Raúl Castro, se dieron la mano y el segundo dijo del primero que "era un hombre honesto". Me tocó presenciarlo como embajador ante la OEA.
El anfitrión considera no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, las tres dictaduras de la región. El Presidente de México amagó con no asistir si no se invita a todos. El antecedente está en la Cumbre de Panamá en la que el grupo ALBA (Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela) amenazó con su ausencia si no se invitaba a Cuba y el anfitrión accedió. En la de Perú Trump desairó con su abstención a todo el continente y el anfitrión vetó a Venezuela apoyado por el Grupo de Lima al que pertenece México.
Concuerdo con el argumento del presidente AMLO de la inclusión de todos, pero no coincido con su inasistencia. Creo que la inclusión debe defenderse in situ, cara a cara, frente a los demás jefes de Estado, incluso llevar la iniciativa para que a partir de la siguiente Cumbre se invite a todos, (y así sacar este tema del debate), de lo contrario el anfitrión sigue preservando el derecho de juzgar a quién invita según su régimen político, y eso es inaceptable. México y él ganarían con su presencia en LA.
El multilateralismo emergió robusto después de la devastación de la II Guerra Mundial. La ONU, la OEA, el FMI, el Banco Mundial, la OTAN y otros más, surgieron para la reconstrucción política, económica y militar sobretodo de Europa. Pero desde entonces permanecieron intocados, y desactualizados, empezaron a fosilizarse. En lugar de modernizarlos y hacerlos más efectivos, se buscó la solución en la creación de otros organismos paralelos. Así surgen, CELAC, la Cumbre Iberoamericana y la Cumbre de las Américas, con lo que lejos de haber resuelto el problema, se incurrió en más burocratismo y gasto con nulos resultados, abonando a la crisis multilateral actual. ¿Alguien sabe donde estuvo el multilateralismo en la pandemia y para evitar la invasión rusa a Ucrania?
Ojalá que de esta desdibujada Cumbre saliera un consenso para revisar a fondo el mecanismo, y garantizarle efectividad frente a los ingentes problemas hemisféricos, de lo contrario carece de sentido un club de amigos de las Américas, (ahora convertido en aquelarre) cuando más se necesita de la concertación y cooperación continental, para salir de las terribles secuelas de la pandemia y del nulo crecimiento socio-económico de nuestros pueblos. (Docente/investigador de la UNAM)