La encuesta que ordenó hacer el presidente
López Obrador quería sacudirse la incertidumbre sobre realmente cuánta ventaja lleva su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, sobre la aspirante de oposición Xóchitl Gálvez. Me revelan fuentes de Palacio Nacional que, para zanjar la duda, el presidente de México ordenó hacer una encuesta, con una muestra sumamente robusta: 10 mil cuestionarios.
Los resultados apenas le llegaron y no se sabe si los hará públicos: Claudia aventaja a Xóchitl por 13 puntos porcentuales, más-menos el margen de error.
Estos datos hicieron que el equipo de AMLO llegara a tres conclusiones, discutidas con el propio presidente. La primera es que no deben estar nerviosos por la carrera presidencial. Faltan dos meses y medio y la ventaja es cómoda y administrable. La segunda es que, así como es bastante improbable que pierdan la carrera presidencial, también es bastante improbable que Morena tenga mayoría absoluta en el Congreso, como se lo propusieron. Y tercero, que se ve difícil que Sheinbaum obtenga más votos que los que obtuvo López Obrador en el 2018.
Las encuestas electorales siempre están bajo la lupa. Tengo la impresión de que en esta contienda más que nunca. Si bien todas ponen delante a Sheinbaum, la ventaja que le atribuyen sobre Gálvez retrata realidades dramáticamente diferentes. Según los portales que las agrupan, en promedio la ventaja hoy de Claudia es de 28% en la preferencia efectiva, que es la que se usa para comparar, basada en el total de encuestados y quitando la no respuesta. La ventaja más estrecha se ve en las casas encuestadoras México Elige y Massive Caller con 7%, mientras que la más amplia es de Demotecnia con 62%. La distancia es muchísima. Es claro que Sheinbaum va adelante, pero 7% habla de una contienda viva y 62% habla de un arroz que de tan cocido ya se batió.
Algo similar ocurre con la popularidad presidencial. En su tracking diario que publica El Economista, Roy Campos de Consulta Mitofsky reportó que ayer la aprobación de AMLO fue de 54%. Alejandro Moreno de El Financiero, en su publicación más reciente que evalúa el mes de febrero, colocó la aprobación de AMLO en 56%. Pero ayer mismo, Reforma atribuyó un repunte en la popularidad presidencial de más de 10 puntos porcentuales en un trimestre, para alcanzar 73% de aprobación, casi 20 puntos por encima de las encuestas de Roy y Moreno. Es claro que AMLO es un presidente popular, pero la distancia entre mediciones retrata dos realidades bastante diferentes.
SACIAMORBOS
Tanto pleito dentro de Morena, tanta frialdad entre Sheinbaum y Brugada, tantos celos de Brugada a Harfuch, que la propaganda que se ve a favor de Omar García Harfuch como candidato al Senado no tiene el logotipo de Morena... ¡sino del Partido Verde.