La flamante Secretaría de las Mujeres
Por primera vez en la región, México, y probablemente Estados Unidos tendrán las primeras presidentas en la historia, lo cual sería interesante en tanto relación, diferencias, tensiones y acuerdos y, sobre todo, como espejo, pues lo que pase en un lado, terminará reflejándose del otro lado. Eso está aún por verse y, ojalá, por celebrarse. Por lo pronto en este país machista por primera vez está en el máximo puesto de poder una presidenta que ha ido presentando de a poco su gabinete y resalta la reciente creación de la Secretaría de las Mujeres por varias razones, entre ellas, su origen y también por su enorme potencial. Aún no es pública la agenda, pero su titular, Citlalli Hernández Mora, una de las más jóvenes del gabinete, ha dado líneas generales en la prensa. Con la poca información podemos inferir algo y con la muy significativa creación de esta nueva Secretaría de las Mujeres, podemos celebrar, cuestionar e incluso anticipar algunos de los problemas más próximos y urgentes a resolver. La creación, el nombramiento y el contexto en el que se ha creado la Secretaría de las Mujeres ya nos dice bastante, así que por qué no empezar por lo más básico, el nombre.
Nombrar a la presidenta en femenino es un hecho histórico y es también parte del discurso oficial. Una de las decisiones presidenciales antes de comenzar labores es la creación de esta Secretaría, elevando así al más alto rango el tema de género. Aunque Sheinbaum ya lo había hecho en su Gobierno en la Ciudad de México, ahora lo lleva a otro nivel. Lo primero que hay que decir es que es un gesto político muy positivo, pues ahora tiene la estatura de todas las secretarías; en tanto a presupuesto debe ser par a la Secretaría de Educación, lo mismo que a la Secretaría de Salud, como al resto, y esto quiere decir que tanto en lo económico como en lo simbólico los temas de género pronto tendrán la misma importancia en la agenda del país. Contrario a lo que pasó con el tema de género en Argentina con la entrada de Milei, sin ánimos de echar leña al fuego a los amigos por allá. La existencia de esta Secretaría de las Mujeres no es poca cosa, al contrario, es además el reconocimiento de una de las más grandes fallas del sexenio que le antecede, que desdeñó de varias maneras los temas de género. Y también su creación abre la puerta a que como sociedad podamos exigir que el gobierno atienda estos temas, pues ya hay una instancia que los nombra.
La palabra Secretaría también sugiere que por primera vez será posible que existan políticas públicas trasversales, es decir, que podrán cruzarse los intereses de esta Secretaría con las demás, pues al estar en línea horizontal pueden influirse y modificarse unas a las otras. Es decir, es la promesa de que la perspectiva de género y los derechos de las mujeres sean, por primera vez, parte de la agenda nacional.
Parecerá quizás un detalle ortográfico, algo sin importancia, pero la ortografía es política y la "a" hace una diferencia histórica nombrando la Secretaría de las Mujeres y no Secretaría de la Mujer en singular, sino en plural. En este caso, esta decisión habla de una mayor inclusión, de una decisión deliberada por darle elasticidad al término en este país diverso, no englobando en ese inexistente y rancio singular, sino nombrando a todas las mujeres. Las más pobres y las privilegiadas, las más jóvenes y las mayores, las que votaron por Morena y las que no votaron por Morena, es decir: todas, ese es el compromiso en el la elección del plural. Por ejemplo, en el tema de cuidados, donde habrá mucho trabajo por resarcir, no solo se debe ver por las mujeres trabajadoras que requieren dejar a los hijos en las guarderías, sino también contemplar aquellas que tienen hijos con discapacidades y requieran de un apoyo económico total para poder ejercer los cuidados, así como las mujeres con discapacidades y, en el extremo privilegiado, también atender el tema de la brecha salarial y paridad en los espacios laborales. El plural incluye todo el espectro, lo que nos lleva a uno de los puntos ciegos hasta ahora, ¿qué comprende la nueva secretaría por todas las mujeres? ¿Incluye a las mujeres trans, a las disidencias? No solo es deseable y necesario que así sea, sino que este es un punto sensible del Gobierno por comenzar que promete la defensa, por primera vez, los derechos de las mujeres, más allá de las ideologías.
Uno de los mayores retos que afronta la nueva Secretaría de las Mujeres es justamente el origen de su creación: la postura que Morena tuvo de desdén precisamente ante los derechos de las mujeres. Fue tanto el desdén desde el discurso oficial y por parte de López Obrador, al grado que se convirtió en uno de los puntos más débiles de su sexenio y fue también uno de sus antagonismos principales que curiosamente le dio puerta y lema al ahora "tiempo de mujeres". Sin embargo, esa postura provocó que escalaran varios de los casos de violencia en contra de las mujeres, como los feminicidios –diez, once diarios–, y ahora, ese peso y esta tarea recae sobre esta nueva Secretaría. Una de sus tareas principales será no solo atender a las víctimas de violencia en sus consecuencias más terribles, como atender a las madres buscadoras, tendrá que enfocarse no solo en las consecuencias sino también en la prevención de la violencia de género. Ahí es donde toca el mayor trabajo para que de manera trasversal las políticas públicas impidan que las niñas nacidas en estos años y la generación de mujeres más jóvenes no tengan que vivir la violencia en sus distintas escalas, desde las menores hasta las más atroces. Desde los cuidados en las guarderías, las atenciones en los servicios de salud, los roles de género en los libros de texto hasta los espacios laborales libres de violencia de género, por poner algunas paradas obligadas.
López Obrador encontró en las luchas de las mujeres la mayor resistencia a su sexenio, en las marchas, las madres buscadoras, defensoras del territorio. Fue uno de los puntos más débiles, y eso que tanto se atacó, se criminalizó y revictimizó desde el Estado, ahora da origen a una muy necesaria Secretaría de la Mujer que ahora va a ser encabezada por quien fuera Secretaria General de Morena. ¿Qué significa esto? Citlalli Hernández Mora tiene 34 años, es activista feminista, periodista de formación, Senadora de la República y militante de Morena.
Su perfil, por un lado, tiene todo para prometer el buen desempeño de esta nueva y urgente Secretaría, sin embargo, por el otro lado, su procedencia, contiene el gran reto de poner siempre por delante los derechos de las mujeres antes que cualquier ideología partidista. La creación de esta Secretaría es ya en sí un cambio, pero para mantenerlo y hacer un cambio en el rumbo de este problema del que nace, deberá siempre tener por delante los derechos de las mujeres mucho antes que los principios de un partido. Este es el mayor reto para ella como funcionaria.
Uno de los temas más urgentes y centrales de la nueva Secretaría es el derecho al aborto a lo largo y ancho del país, en los estados en los que falta, así como todo lo relativo a los derechos reproductivos, tanto de aborto como de reproducción asistida en el sector público, que es uno de sus puntos ciegos, así como las violencias ginecobstétricas en el sector público, la atención ginecológica y las atenciones especiales para las mujeres trans. La violencia, claro, es la punta del iceberg, pero no lo es todo. La nueva Secretaría, aunque tenga una agenda de trabajo, al ser nueva y al atender a la mitad de la población en este tema que el sexenio anterior deja en un punto tan sensible, debe ser, sobre todo, la Secretaría de la Escucha para poder realmente darle significado a lo mismo que nombra: contener la enorme diversidad de todas las mujeres. Pues así como la ortografía es política, y, como dice Pessoa, la gramática es más perfecta que la vida, no solo es tiempo de mujeres, sino también de comprender por primera vez quiénes somos todas esas mujeres. ¡No nos falles, Citlalli!