Llega otra carta desde el más allá de Teodoro Capriles para Carlos Gómez
Coral Gables, Florida (VIP WIRE). Mi apreciado Carlos: ¡Me has asombrado positivamente!. Eres genial, y en tus dominicanos y juveniles 38 años, ni cuenta te das.
Casos como este tuyo me emocionan hasta los sollozos. Pero me repongo rápidamente, para aplaudir a manos calientes.
Algo tan notable, tan valioso, se puede explicar en pocas palabras: después de haber sido bigleager con cinco equipos y durante 13 años, hasta 2019, ahora te preparas como ciclista, para participar nada menos que en las Olimpiadas de París ¡¡Y olé!!
Sorpresa, sorpresa, agradable sorpresa. ¡Admirable sorpresa!
Por supuesto, jugaste en el mejor beisbol del mundo en plan de estelar, con apariciones en dos Juegos de Estrellas, y por eso, ahora también quieres ser figura notable en el mejor ciclismo del mundo.
No se trata de problemas económicos, porque la pelota te pagó por tus buenos servicios, 49 millones 294 mil 500 dólares, más los anexos. Suficiente para asegurarles la cosa a más de 40 generaciones.
Te admiro, te aplaudo y te abrazo emocionado, porque, como nativo de Caracas, fui pionero del ciclismo en América Latina hasta que me enviaron a este Más Acá que ustedes llaman Más Allá, el 27 de enero de 1982.
Estoy enterado de que tus emociones en la acción del beisbol, como outfielder, fueron inmensas, eras un pelotero muy fogoso, inquieto y agresivo, pero opino que nada más intenso que tratar de correr más y más veloz, sobre ese frágil par de ruedas.
Al fin y al cabo, tú, cibaeño de la agradable Santiago de los 30 Caballeros, eres un joven, veterano de lo más sublime que puede sentirse en una justa deportiva: Esforzarse por ser mejor en cada jugada.
Voy a estar pendiente de cuanto logres en el ciclismo, porque, ya sabes, soy tu sincero admirador, lo que no es nada original, puesto que tienes millares de seguidores que te adoran.
Ahora, por si lo estás preguntando, sí quiero al beisbol y lo jugué en mis años infantiles y juveniles, porque en mi Caracas y en todo Venezuela, es más obligatorio que normal, que los muchachos jueguen pelota. Es nuestro primer deporte.
Bueno, amigo Carlos, me voy a sentir compitiendo sobre tu bicicleta en las Olimpiadas, deseando que impongas nuevos records, los cuales siempre hacen falta. Y además servirán para gloria de tu Dominicana del alma.
Estarás esforzándote para ser mejor en cada pedaleada, en cada vuelta de tus ruedas, en cada ves que respires. Desde luego que tendremos un nuevo y flamante campeón
Y "bonne chance mon garçon".
Abrazos, Teo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
jbeisbol5@aol.com
@juanvene5