Ni respeto... ni autoridad
La amenaza del Presidente a quienes secuestraron funcionarios públicos del gobierno de Chiapas -de que si no los devolvían los acusaría con sus papás-, es indignante en boca de la máxima autoridad gubernamental del país y responsable de la seguridad ciudadana.
Si lo dijo de broma es de muy mal gusto tratar con tal frivolidad el dolor de las familias de los secuestrados, -pero si lo dijo en serio-, presupone no tener conciencia de la gravedad de la situación que se vive en varias zonas del país por el empoderamiento del crimen organizado.
Frases como ésta han provocado la pérdida del respeto a la autoridad, que hoy ha colocado en posición vulnerable a las instituciones del Estado Mexicano y sin capacidad para restablecer el orden en todo el territorio nacional.
Esta frase evidencia el poco interés que la seguridad le merece, pues su prioridad son sus obras favoritas y el montaje de su gran "performance": la campaña presidencial estelarizada hoy por sus corcholatas.
Simplemente con calificar a este grave problema como herencia de gobiernos pasados, muestra que se está deslindando de su ineludible responsabilidad de atacar el problema. Pareciera ser que los cinco años de gobierno no fueron suficientes para asumir que en este tiempo el problema se podría haber controlado.
Si los gobiernos anteriores cometieron errores que desataron la violencia, la responsabilidad suya será por "omisión" e inacción, lo cual es aún más grave.
El video que circula donde el obispo de Apatzingán, Michoacán, Cristóbal Ascencio García recrimina al presidente de que en lugar de festejar los cinco años de "su llegada al poder", debiese decretar luto por los 125 mil asesinatos acumulados en lo que va de este gobierno y los más de 100 mil desaparecidos, es un testimonio de primera mano.
Mientras tanto, para el presidente todo va muy bien en este país; no reconoce que su política de seguridad ha fracasado y se niega a cambiarla, asegurando que con acusar a los sicarios con sus papás la violencia desaparecerá.
Quizá no se está dando cuenta de que conforme pasa el tiempo, el problema se complica, pues permite el surgimiento de nuevos cárteles regionales y los grandes se fortalecen, convirtiéndose hoy en grupos paramilitares con capacidad tecnológica para enfrentar a las fuerzas armadas de México. Esto no es una suposición, pues estos grupos se han encargado de filtrar en redes sociales información sobre el equipo que van adquiriendo.
Frente a la pasividad gubernamental, se incrementan los temores de que el crimen organizado participe imponiendo a sus candidatos en las elecciones del 2024.
Sin embargo, el punto más relevante es el impacto social de esta violencia, pues ya se perdió el respeto a la autoridad. No sólo los grupos armados retan y agreden a las fuerzas armadas y la Guardia Nacional, sino que pobladores de las zonas de conflicto expulsan a los representantes de la autoridad, lo cual hace poco tiempo no hubiese sido imaginado. Frente a la pasividad gubernamental, se incrementan los temores de que el crimen organizado participe imponiendo a sus candidatos en las elecciones del 2024.
Rescatar la autoridad moral del Estado Mexicano y el respeto a sus instituciones será el reto más importante para el próximo presidente de la república.
Sin respeto a la autoridad se pone en riesgo la paz social.
XÓCHITL ... UN TORBELLINO POLÍTICO
De que Xóchitl es un personaje altamente competitivo electoralmente, no existe duda. Desde que anunció su participación como precandidata presidencial, las fichas se movieron como hasta ahorita no había sucedido con ningún precandidato de oposición. Su carisma y actitud irreverente hacia el presidente y su gobierno, ha representado un refrescante torbellino político. ¿A usted qué le parece? (Presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación)
Twitter: @homsricardo