No basta ser antilopezobradorista, opositores: penúltima llamada...
La oposición requiere ser incluyente, veraz y, sobre todo, propositiva
La verdad no tiene temperatura. Pareciera que sí, porque a veces quema o congela, pero no. La verdad, en términos políticos y electorales, solo es transparente y rotunda: está sustentada en hechos, en datos duros.
Rumbo a los comicios del 2024, la oposición no se entera de la verdad, no capta los hechos. A poco más de un año de la elección presidencial, yace empantanada en la más profunda indefinición.
No entiende que, una vez que pierda la próxima semana en el Estado de México, habrá llegado a su penúltima estación, su penúltima oportunidad para crear una alternativa viable ante los muchos matices oscuros que ha representado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Salvo que ocurra una sorpresa mayúscula que no hayan registrado las casas encuestadoras, de mañana en ocho Morena ganará ampliamente en territorio mexiquense (perderá Coahuila) y a partir de ese instante, en el que la oposición se sentirá todavía más vapuleada y derrotada, las damas y caballeros opositores tendrán muy poco tiempo para conquistar la simpatía electoral de la mayoría de los mexicanos.
Los panistas Santiago Creel y Mauricio Vila y las panistas Lilly Téllez y Xóchitl Gálvez; las priistas Claudia Ruiz Massieu y Beatriz Paredes y los priistas Enrique de la Madrid y José Ángel Gurría; la MC Patricia Mercado y los MC Luis Donaldo Colosio Riojas, Enrique Alfaro y Samuel García; todas ellas y todos ellos (o alguien sorpresivo que se sume) tienen hasta agosto, máximo septiembre, para ponerse de acuerdo y elegir un perfil convincente que pueda enarbolar un proyecto centrista y liberal que incluya las aspiraciones de una sociedad plural. Después será muy tarde porque para esas fechas la 4T ya ostentará su candidatura presidencial.
¿Quién debe ser la candidata o el candidato presidencial opositor? No sé, ni idea, pero si la oposición intenta contrarrestar el conservadurismo presidencial con otro extremo de derecha se equivocará sonoramente: estará excluyendo a la mayoría de los posibles votantes que se sienten independientes y hartos de la polarización.
A la oposición no le basta con ser antilopezobradorista, requiere ser incluyente, ecuánime, constructiva, veraz, y sobre todo, propositiva. Si persiste en sus estridentes arrebatos está condenada al fracaso porque evoca los encolerizados exabruptos del Presidente.
Ese no es el camino para cautivar a una mayoría ciudadana que en 2018 repudió una marca desprestigiada como la que cascabelea "PRI", y tampoco otra desnutrida que reza "PAN". Aquí se necesita algo ciudadano que no se mire tricolor, azul-pan, ni mucho menos naranja-naranja-fosfo-fosfo. Piénsenle.
Los datos duros que sustentan lo anterior aparecen en la más reciente encuesta de EL UNIVERSAL. (https://shorturl.at/iyEW0).
La gestión de López Obrador registra un respaldo de 65%, contra 26% que la califica de manera negativa; apoyos a la población, el mayor logro de la actual administración: encuestados.
1.- El trabajo del Presidente solo es desaprobado por el 26% de la población. 2.- Únicamente el 32% cree que el país va por mal o muy mal camino. 3.- Nada más el 20% se siente insatisfecho con la labor de AMLO como Presidente. 4.- Sólo el 16% se siente "perjudicado" por algo que haya hecho el gobierno de AMLO (el 58% se siente "beneficiado"). 5.- Y aquí viene lo peor para la oposición: sólo el 21% se considera antilopezobradorista y... ¡el 61% se ubica como lopezobradorista!
Ni de lejos les basta su antilopezobradorismo. Asimilen y remonten eso, opositores, o sean vapuleados dentro de un año. Penúltima llamada.