Otra carta desde el más allá... la de Pete Rose para Rob Manfred

Coral Gables, Florida (VIP WIRE). Señor comisionado: He tenido la muy mala suerte de que me cayera encima una plaga de comisionados, compuesta por Bart Giamatti, Fay Vincent, Bud Selig y usted.
Permanezco execrado del beisbol, ¡hasta después de muerto como estoy, porque aposté siempre a que mi equipo ganaba.
¡¡Hipócritas!!
¿Por qué, entonces, han permitido equipos Triple A en el corazón de Las Vegas, el paraíso de los apostadores?
¿Por qué celebran, tan alborozados, como niñas en fiesta de 15 años, que los Atléticos se mudarán a Las Vegas en 2028, cuyo estadio lo construyen en terrenos donde hubo un famoso casino?
¿Ignora usted (y es posible, porque es bien ignorante), que en la total área de Las Vegas y alrededores, todo es apuestas y prostitución?
¿Ignora usted, que ese nuevo estadio de los Atléticos se llenará de apostadores, quienes apostarán hasta a que al pitcher le darán o no, ganas de orinar?
¿Ignora usted, que en los juegos de Grandes Ligas se apuestan hoy día multi millones de dólares diarios a través de internet; y que funcionan docenas de organizaciones para manejar esas apuestas?.
¿Ignora usted, que en Estados Unidos se apuestan millones de dólares todos los días en los Hipódromos, porque nadie asiste a esos antros, solo para ver la belleza de los caballos y las yeguas corriendo, ni para ver que los jinetes tienen cuerpos de niños y caras de viejos?
¿Ignora usted, que las Loterías reciben sumas incontables de dólares de los pendejos que creen poder ganárselos para no trabajar más?
Pero no fue, nada más, para hacerle esas tontas preguntas, que le he escrito desde este Más Acá que ustedes llaman Más Allá.
Esta misiva lleva otra misión.
Y es la de apostarle, señor comisionado, ¡todo el dinero que quiera!, a que llegará al final de su mandato, en 2028, sin sacarme de este triste mundo de los execrados.
Como puede suponer, ya me importa muy poco, porque nada me aportaría, esa pírrica rehabilitación. Pero sé que sí significa mucho para mis herederos, que son todos los fanáticos del beisbol.
Y para llegarle hasta las entrañas, va esto: La afición al beisbol me recordará de manera muy diferente a como lo recordarán a usted, que es tan incapaz e ignorante.
Comprendo que no lo he respetado mucho. Pero es que no ha sido ningún placer escribirle, aún cuando sí era mi deber hacerlo... Pete..
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.