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Precursores de la diplomacia mexicana: Eugenio Anguiano Roch

  • Por: JORGE NUÑO JIMÉNEZ
  • 21 FEBRERO 2024
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Precursores de la diplomacia mexicana: Eugenio Anguiano Roch

Conocí al embajador Eugenio Anguiano Roch durante el gobierno del presidente Luis Echeverría (1970-76); ambos tuvimos el alto honor y emoción de trabajar juntos para un gobierno que abandonaba el aislacionismo, iniciando una apertura diplomática de 360°, ofreciendo garantías y libertades para el libre flujo mercantil y financiero de todo el mundo, naturalmente dentro de la Constitución.  En ese entonces el gobierno mexicano estableció una vigorosa política exterior, instituyó 49 nuevas embajadas en Asia (Vietnam que se levantaba de las cenizas) y África, significado histórico y trascendencia como la que instituyó con la República Popular China aquel 14 de febrero de 1972, hace 52 años. Esta determinación estuvo cargada de futuro, no exenta de presiones por parte de los Estados Unidos, cuando el presidente Nixon le llamó al presidente Echeverría sugiriendo "respetuosamente" que México votara en contra del ingreso de China a la ONU con el argumento de mantener el equilibrio para la paz entre China y Taiwán.

La historia le dio la razón a México, por su dignidad soberana. En aquel histórico discurso de octubre de 1971 cuando el Presidente compareció a la XXVI Asamblea General de ese alto organismo, votó por el derecho legítimo y legal que le correspondía a China para pertenecer a la organización internacional y ocupar el asiento como miembro permanente de su Consejo de Seguridad. Estados Unidos defendía la tesis de las dos chinas (República Popular China y Formosa). Y México afirmó: "No se confundan solo había una China, no dos". Hoy ese país es un actor de nivel mundial ejemplo de prosperidad que se levantó como el ave fénix de las cenizas.

El primer embajador designado fue un joven diplomático, Eugenio Anguiano Roch, que se desempeñaba como representante diplomático de México en Costa Rica. Esta designación fue todo un éxito y se convirtió en el constructor ejemplar de la amistad entre China y México. Economista egresado de la UNAM con estudios de posgrado en universidades británicas y Estados Unidos, se convirtió en el símbolo de la fraternidad entre dos repúblicas amigas. Desde que lo conocí en la residencia de Los Pinos me convencí de que jugaría un papel importante en su misión con el gigante asiático aislado y olvidado.

Mi amigo Anguiano fue uno de los pocos diplomáticos que tuvieron la oportunidad de saludar personalmente a Mao Zedong en aquella histórica visita de Estado del presidente mexicano Luis Echeverría el 20 de abril de 1973, saludando en aquel entonces al legendario primer ministro Zhou Enlai y a Whang Xi Cang, intérprete y después embajador en México.

El joven nuevo embajador tenía 34 años cuando fue presentado a Mao "como un joven preparado y distinguido", a lo que Mao interrumpió y dijo: Presidente "no eche a perder a los jóvenes no los enaltezca tanto, deje que lo demuestren". Y vaya que lo demostró con creces porque fue dos veces embajador (1972-76 y de 1982-87).

Los tiempos han cambiado, pero la amistad entre estas dos repúblicas crece todos los días, casi todos los presidentes de México han viajado a China para continuar con la agenda de cooperación de beneficio mutuo, en la cultura, el comercio, el intercambio científico y tecnológico.

Sin recurrir a hipérboles, pues no lo necesita este brillante embajador que actualmente tiene 85 años, es un Quijote de la diplomacia, la libertad y la democracia. Prometeo de la modernidad que lo condujo a realizar grandes aventuras como un Ulises Criollo, inspirado en el retorno a su patria, para reunirse con Penélope, su dulcinea: su digna esposa y compañera de una misma pasión, servir a México. 

(Internacionalista).

Cuando tomes agua de un pozo, pregunta ¿quién hizo el pozo? (proverbio chino).

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