Quítate que ahí te voy

Las frustradas obras, producto de la corrupción del pasado, no solo significaron el depósito de basura a donde se mandaron los capitales públicos; fueron igual el pretexto que inhibió el desarrollo de amplias regiones en Tamaulipas, como en muchas otras partes del país.
El "Puente Roto", por tres largos sexenios, se convirtió en un cuello de botella en los accesos a la región conurbada del sur.
Estuvo tan mal hecho que en cuanto se inauguró, quedó cerrado por el riesgo que representaba para quienes lo cruzaran y estuvieran cerca.
Más que el Puente Roto, del mismo perfil se puede hablar del Puente de la Ignominia; el que ni siquiera se alcanzó a concluir, porque además de las pillerías que prohijó, ni se justificaba, pero también quedó como un estorbo en la carretera federal México-Laredo, a la altura de Mainero.
Este último se hizo -al igual que otras obras sin oficio ni beneficio en ese pequeño y rural municipio-, solamente porque en ese tiempo, el gobierno federal -panista-, otorgaba cuotas del presupuesto a los legisladores, para que también se beneficiaran de los "moches" institucionalizados y no acosaran con ese tema al gobierno.
El "puente roto" en cambio, sí tenía un uso estratégico en el desarrollo integral de la zona conurbada del sur y aunque la obstrucción que representó por tantos años en la vialidad, no impidió la ejecución de otras obras complementarias, el rol preponderante que le tocaba jugar quedó inhibido todo este tiempo.
Bajo el ahora llamado "Puente de la Esperanza", recuperado por la gestión y seguimiento del Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, quien ayer lo inauguró acompañado de los tres alcances de los municipios conurbados, más otros de la región sur de la entidad, hasta la temporalera, se recuperan otras expectativas de desarrollo.
Decía, aunque luego se construyeron otros más adelante, ahí está el primer acceso al puerto industrial de Altamira, con conectividad directa a la Playa de Miramar en madero, así como la del Tesoro y otras del propio municipio altamirense, por extensión, ruta alternativa para acceder a la ciudad y puerto del también vecino "de al lado", Tampico.
De Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y el norte de Veracruz, al menos, cotidianamente viajan miles de vehículos de transporte de carga y personas, que se multiplican en los asuetos, haciendo de esta, la zona más dinámica y cosmopolita del Estado.
El desarrollo de infraestructura, la promoción de actividades de todo tipo, públicas y privadas, la seguridad, acompañando desde el Estado la calidad y calidez de su gente, han provocado un boom creciente por ir a Tampico, y cuando se dice "Tampico", Altamira y Madero van implícitos.
Todo ello es lo que envuelve lo práctico de la escena de ayer, cuando el Gobernador y los alcaldes, con los representantes populares, diputados, y la Senadora OLGA SOSA, así como representantes de las fuerzas vivas, inauguraron el nuevo Puente de la Esperanza.
En el simbolismo, la obra representa el rechazo a las prácticas nocivas del pasado, dejar atrás, sepultar, condenar y acabar de liquidar esos perfiles de los políticos, que solo pensaban -¿piensan?- en llegar al poder para enriquecerse bestialmente, sin importarles el daño que en ello causen a la social y al desarrollo de los pueblos.
Hoy, bajo el liderazgo del Gobernador AMÉRICO VILLARREAL y la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM, cuyo apoyo siguió agradeciendo ahí el primero, en el puntual rescate a las víctimas de las inundaciones de la frontera, transitamos sobre renovados rieles y destinos.
Los tamaulipecos, como sociedad vemos al futuro de frente, esforzados, trabajando por y en la paz, buscando acceder a mayores niveles de bienestar para nuestras familias, en lo que estamos ciertos, unidos a las autoridades lo haremos de manera más rápida y sostenible.
El "Puente roto" es el pasado vergonzante que deseamos nunca volver a repetirse y el "Puente de la Esperanza", el reencauzamiento de nuestras vidas por la ruta del triunfo y la prosperidad,con dignidad y respeto.
Aquel que fue sacado desde sus cimientos, para sustituirlo por bases sólidas y firmes, como vemos el futuro de la nación y del estado, dijo el Gobernador en el discurso inaugural que todos aplaudieron, coincidentes en sus conceptos y apreciaciones.
Todos estamos en ello, unidos en torno a los liderazgos reconocidos.