La Decisión Silenciosa
Este domingo México vivirá un hecho inédito: la elección popular de los nuevos integrantes del Poder Judicial Federal. Nunca antes se había votado de forma directa a quienes ocuparán los cargos de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte y, sin embargo, a días del proceso el silencio sigue siendo el protagonista.
Las boletas serán largas, no habrá partidos ni publicidad pagada ni utilitarios ni campañas tradicionales. Los nombres aparecerán sin colores, sin logotipos, sin slogans. Sólo nombres... y la decisión de un pueblo que, con poco conocimiento, deberá elegir entre cientos de aspirantes. Elegir justicia o, al menos, intentarlo.
Este proceso, diseñado para abrir el sistema judicial a la ciudadanía, enfrenta enormes retos comunicacionales. En primer lugar, el reto de la visibilidad: muy pocos saben quiénes son los candidatos. En segundo, el reto de la legitimidad: ¿cómo elegir entre nombres desconocidos sin caer en la intuición o la apatía? Y en tercero, el reto del relato: ¿qué representa esta elección para un país donde la justicia ha sido históricamente lenta, lejana o inalcanzable?
En comunicación política, el silencio también comunica. Y hoy ese silencio puede leerse como desinformación, como falta de estrategia, o como un riesgo para la democracia. No basta con organizar un proceso histórico. Hay que explicarlo. Difundirlo. Motivar la participación y, sobre todo, dar herramientas para decidir.
Por eso, más allá de simpatías políticas o afinidades ideológicas, esta elección debe observarse desde una mirada crítica: ¿qué representa el perfil que encabeza cada propuesta? ¿Cuál ha sido su trayectoria? ¿Cómo ha actuado antes frente al poder y frente a la ley? ¿Quién lo impulsa, qué lo respalda y qué comunica su campaña o su silencio ?
Los ciudadanos deberán votar por un perfil en cada uno de los órganos que están en juego. Para hacerlo, será fundamental revisar antes la boleta, conocer los nombres, buscar referencias, revisar si hubo participación en redes, entrevistas o foros. No será fácil, pero la justicia no puede ser electa de manera aleatoria.
En este contexto, la narrativa institucional que acompañe el proceso será decisiva para su credibilidad. Porque en tiempos de saturación y polarización, la claridad también es una forma de justicia.
Y sí, puede parecer complejo o incluso incómodo hablar de este proceso. Pero eso solo confirma algo más profundo: que la justicia no será cercana hasta que su elección lo sea.
Como dijo alguna vez James Madison, uno de los padres fundadores de Estados Unidos:
"El conocimiento gobernará siempre sobre la ignorancia. Y un pueblo que quiere ser su propio gobernante debe armarse con el poder que da el conocimiento".
Este domingo no se trata solo de llenar una boleta. Se trata de decidir qué tipo de justicia queremos para los próximos años. Y sobre todo, de recordar que el silencio cuando es institucional también tiene consecuencias.
El autor es Consultor en Comunicación Política
