¡Doloroso empate!
El delantero mexicano hizo válida la famosa ´ley del ex´, al anotar su gol en segundos al Feyenoord en la ida de los Playoffs, pero falló en su intento por avanzar a los octavos de final
La noche en la que anotó a los 36 segundos y en la que se convirtió en el máximo goleador mexicano en una sola temporada de Champions, Santiago Giménez se despidió del torneo.
La competición europea se quedó ya sin representantes tricolores de cara a los Octavos de Final, y todo porque el Milán empató 1-1 como local contra el Feyenoord y pagó muy cara la derrota de 1-0 apenas la semana anterior.
El Milán es el segundo club con más títulos de Champions (antes Copa de Europa), pero ya suma 18 años de su última conquista, tras caer 2-1.
Los dedos acusadores apuntan al técnico Sergio Conceicao por lo mal que juega el equipo, pero también a Theo Hernández por su burdo intento de fingir un penal en una época en la que el VAR reduce los yerros arbitrales; la expulsión, por doble amarilla, echó a perder el guion.
Antes de ese momento era el Milán el dominador. Santi anotó a los 36 segundos tras un remate con la cabeza. En lugar de festejar, se disculpó con los fans del Feyenoord, equipo al que aún representaba hace tres semanas. Estos pagaron bien el gesto casi dos horas después al despedirlo con cánticos, quizá para hacerle menos amargo el dolor de la eliminación.
Lo curioso es que Theo pudo ser el héroe. Tuvo un disparo al 24´, pero el balón pegó en el poste.
El empate cayó al 73´, cortesía de Julián Carranza, tres minutos después de la sustitución de Santi.
"Todo puede cambiar en un segundo, pero no supimos solucionar lo que pasó y solo queda callar y seguir trabajando porque todavía quedan la Copa y la Liga", dijo Giménez.