¡Suerte chiva!
Con un autogol, El Rebaño tomó ventaja ante el América en el duelo de Ida de los octavos de final de la Copa de Campeones de la Concacaf
Las Chivas jugaron a no perder y el desenlace resultó mejor de lo pensado. Fortuito triunfo (1-0) en la ida de los octavos de final en la Copa de Campeones de la Concacaf. La primera batalla se pintó rojiblanca, en el estadio Akron.
Gerardo Espinoza tuvo menos de tres días para trabajar con el Guadalajara y —en el futbol— el cambio fue mínimo, pero —en actitud— el chip fue otro. Las Águilas dominaron el cotejo, pero nunca pudieron contra un Rebaño Sagrado que supo cerrar sus espacios.
El primer tiempo fue trabado, se presentaron 18 faltas (10 de las Chivas) y muy pocas ideas. De nada sirvió a los de André Jardine tener controlado el encuentro.
Al minuto 15 hubo polémica, por una accidental mano de Luis Romo dentro del área rojiblanca, pero el silbante canadiense Drew Fischer consideró que no era para marcar la pena máxima. El reclamo de Jardine fue severo al cuerpo arbitral.
Los 41 mil 695 aficionados hicieron su juego en las tribunas, pero faltaba más peligro en las áreas. En la segunda parte, las ideas escasearon en los amarillos y las Chivas tomaron ligeramente más el esférico.
Al 78´, una accidental jugada rompió el cero. Un centro que parecía no tener algo, fue rechazado de puños por Luis Ángel Malagón, pero el balón se estrelló en la cabeza de Sebastián Cáceres, para quedar en el fondo de la portería azulcrema.
La llave sigue abierta y, aunque el América tuvo la posesión, el equipo tapatío apagó el ímpetu de las Águilas. Se salió con la suya y ahora hace soñar a toda la nación rojiblanca.
El próximo miércoles, en el estadio de la Ciudad de los Deportes se definirá al equipo que avance a la siguiente fase en la Concacaf. Por ahora, esta batalla queda en pausa.
El sábado, se ven las caras dentro de la Liga MX, en el segundo capítulo de esta clásica trilogía.