Historia de éxito de un joven prodigio en el ajedrez
El ajedrez como motor de cambio en la vida de Mauricio Gómez Martínez
El ajedrez llegó a su vida por casualidad.
Mauricio Gómez Martínez, de entonces 11 años, había pasado gran parte de la pandemia de Covid-19 jugando videojuegos con su papá, hasta que su madre les sugirió que "se pusieran a hacer algo productivo".
Se les ocurrió probar con el ajedrez, aunque nadie en la familia sabía jugarlo, y se llevaron una gran sorpresa al descubrir su talento oculto.
"A mediados de la pandemia jugaba mucho Fortnite con mi papá, entonces mi mamá me dijo que hiciéramos algo productivo", cuenta riendo el chico, hoy de 13 años, estudiante del Instituto Americano de Monterrey.
"Nos pusimos a jugar ajedrez en una plataforma en línea y el deporte simplemente me gustó".
Sin tomar clases ni estudiar la teoría, a los meses ganó un torneo estudiantil en el que compitieron chicos de todo México.
Después vinieron otros triunfos en torneos regionales y, al poco tiempo, un primer lugar en el torneo estatal, que le dio pase a uno internacional al que irá en Canadá.
"Fue un golpe de suerte", cuenta su padre Luis Humberto Gómez.
"Aprendimos a jugar en línea y saqué un tablero chiquito que teníamos y me doy cuenta que no le podía ganar".
La sorpresa los llevó a inscribirlo al Primer Torneo Internacional de la Asociación de Escuelas Americanas en México 2023 (Asomex), en el que resultó campeón.
A partir de ahí comenzó un recorrido por campeonatos estatales y regionales, en los que ha obtenido los primeros lugares.
Los triunfos más recientes los logró en el AAENL Segundo Torneo de Afiliación 2025 (abierta) y el Campeonato Estatal Abierto de Ajedrez Nuevo León (S-16).
"Siento que el ajedrez es de preparación, estudio y de amarlo", dice Mauricio, quien muestra amor por este juego.
"Una persona que le dedique ocho o hasta 10 horas, pero no le tenga pasión al deporte, no mejorará".
Mauricio también ha sorprendido a otros ajedrecistas, quienes al verlo llegar a los torneos no lo percibían como competencia, pues no lo conocían. Pero al enfrentarse con él comenzaban a cuestionar quién era y dónde había estudiado.
Actualmente toma clases con Juan Carlos Obregón Rivero, reconocido ajedrecista cubano que juega para México, y recientemente fue seleccionado en el México Chess Talent, programa que apoya a jóvenes promesas del ajedrez de todo el País.
"Simplemente tengo una pasión, quiero ser bueno", dice Mauricio, quien dedica alrededor de cinco horas diarias a estudiar, además del tiempo extra para practicar.
"Quiero conseguir un título en ajedrez, pero no lo veo como para dedicarme, lo quiero llevar a lo máximo, pero no depender de ello".
La siguiente semana estará compitiendo en la 70 edición del Campeonato Nacional e Internacional Abierto Mexicano de Ajedrez, en Querétaro y, en agosto, participará en el North American Youth Chess Championships 2025, en Ontario, Canadá.
En el ajedrez, Mauricio ha encontrado más que un talento oculto: también grandes amistades, habilidades para la vida y un deporte que muchos creen aburrido.
"Hay gente que ve como niños nerd a los que estudian ajedrez", dice Mauricio, "pero yo digo que intenten. Es un deporte muy chido y ayuda mucho".