Trump causa caos en el proyecto de ley presupuestaria
Trump y los republicanos enfrentan obstáculos en el Senado
El Capitolio, visto a través de una ventana, en el edificio de oficinas de Cannon House, en Washington.
WASHINGTON, D.C.- Tan pronto como los republicanos del Senado votaron para comenzar a trabajar en un proyecto de ley presupuestaria de 340.000 millones de dólares, centrado en financiar las deportaciones masivas y la agenda de seguridad fronteriza de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump lo lanzó al caos.
Trump criticó el enfoque del presidente del Comité de Presupuesto del Senado, el senador Lindsey Graham, y se alineó con el plan más amplio, aunque políticamente difícil de los republicanos de la Cámara de Representantes, que incluye 4,5 billones de dólares en recortes fiscales y otras prioridades. Los senadores querían abordar esos temas más adelante en un segundo paquete.
El vicepresidente JD Vance se dirigía al Capitolio para hablar en privado con los senadores republicanos.
"Al contrario de la versión de Lindsey Graham de la muy importante legislación que se discute actualmente, la resolución de la Cámara implementa mi AGENDA COMPLETA de Estados Unidos Primero, ¡TODA, no sólo partes de ella!" publicó Trump en las redes sociales.
Trump quiere que se apruebe la versión de la Cámara como una forma de "iniciar" el proceso y "mover todas nuestras prioridades hacia el concepto de ´UNA GRAN Y HERMOSA LEY´."
Los líderes republicanos del Senado aun no logran recuperarse de la sorpresa generada por la publicación.
"Como dicen, no lo vi venir", dijo el líder de la mayoría del Senado, John Thune.
Thune ideó el enfoque de dos proyectos de ley como una forma de ofrecer una victoria temprana a la Casa Blanca e impulsó al Senado mientras la Cámara entra receso esta semana, diciendo que era hora de actuar. Thune se reunía en privado en su oficina con Graham.
"Planeamos proceder, pero obviamente nos interesa saber de dónde parte la Casa Blanca y esperamos escucharlo con más claridad", dijo Thune.
El giro repentino de los acontecimientos significa más agitación en el difícil proceso presupuestario. Los republicanos tienen el control mayoritario de la Cámara y el Senado, pero enfrentan grandes obstáculos para intentar convertir en ley la agenda del presidente mientras los demócratas se preparan para contrarrestar la andanada de acciones de la Casa Blanca.
La noche del martes, los republicanos habían avanzado con el proyecto reducido de ley presupuestaria, con una votación partidista de 50 a 47, en lo que se suponía que sería el primer paso para desbloquear las promesas de campaña de Trump: recortes fiscales, producción de energía y controles fronterizos, y dominar la agenda en el Capitolio.
Pero esto también ocurre mientras el esfuerzo del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la administración recorta costos en los departamentos gubernamentales, dejando un rastro de trabajadores federales despedidos y desmantelando programas de los que dependen muchos estadounidenses. Los demócratas, que flaquearon en medio de la agitación inicial proveniente de la Casa Blanca, han resurgido en unidad mientras tratan de advertir al público sobre lo que está en juego.
"Estos proyectos de ley tienen un propósito: tratan de otorgar un recorte fiscal a sus amigos multimillonarios y hacer que el estadounidense promedio, lo pague", dijo a The Associated Press el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
El fin de semana, Schumer convocó una llamada privada con senadores demócratas y acordó una estrategia para impugnar a los republicanos por priorizar recortes fiscales que fluyen principalmente hacia los ricos, a expensas de reducciones en programas y servicios de salud, investigación científica, servicios para veteranos y otros rubros.
"Esta será una lucha larga y prolongada," dijo Schumer.
El proceso presupuestario del Senado comienza esta semana, con 50 horas iniciales de debate seguidas de una sesión nocturna con muchos intentos de enmendar el paquete.
El paquete republicano permitiría gastar 175.000 millones de dólares en seguridad fronteriza, e incluye fondos para las operaciones de deportación masiva y la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México, además de un aumento de 150.000 millones de dólares para el Pentágono y 20.000 millones de dólares para la Guardia Costera.
Los republicanos están decididos a seguir adelante después de que el zar fronterizo de Trump, Tom Homan, y el asesor de alto nivel, Stephen Miller, dijeran la semana pasada en privado a los senadores que se están quedando sin dinero para cumplir con las prioridades de inmigración del presidente.
Trump se reunió el mes pasado con senadores republicanos, y no dijo preferir un proyecto de ley o dos, sino que solo desea que el Congreso "obtenga el resultado."
El Comité de Presupuesto del Senado dijo que su paquete costaría alrededor de 85.500 millones de dólares al año, durante los cuatro años de la presidencia de Trump, financiado con nuevas reducciones e ingresos obtenidos en otras partes y que otros comités elaborarán.
Con vista en las formas de financiarlo, los senadores republicanos consideran revertir la tarifa de emisiones de metano del gobierno del expresidente Joe Biden, que fue aprobada por los demócratas como parte de las estrategias de cambio climático en la Ley de Reducción de la Inflación, y esperan obtener nuevos ingresos de arrendamientos de energía mientras buscan impulsar la producción nacional de energéticos.
El proyecto de ley del Partido Republicano en la Cámara es mucho más grande, con 4,5 billones de dólares en recortes fiscales y 1,5 billones de dólares en reducciones de gasto durante la década en programas de salud de Medicaid, cupones de alimentos y otros servicios utilizados por grandes sectores del país. En última instancia, los recortes podrían aumentar a 2 billones de dólares para apaciguar a los conservadores de extrema derecha.
Los planes presupuestarios se consideran bajo lo que se denomina un proceso de reconciliación, que permite la aprobación con una mayoría simple de votos sin muchos de los obstáculos procesales que estancan los proyectos de ley. La reconciliación, que alguna vez fue infrecuente, se utiliza cada vez más en la Cámara y en el Senado para aprobar grandes paquetes en votaciones partidistas cuando un partido controla la Casa Blanca y el Congreso.
En el primer mandato de Trump, los republicanos utilizaron el proceso de reconciliación para aprobar los recortes fiscales del Partido Republicano en 2017. Los demócratas utilizaron la reconciliación durante la presidencia de Biden para aprobar la ayuda por COVID y también la Ley de Reducción de la Inflación.