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Fortunas latinoamericanas encuentran en Madrid un remanso de lujo y estabilidad

En los últimos años, la capital española se ha convertido en refugio de las grandes fortunas, principalmente latinoamericanas, que buscan una ciudad con buen clima, seguridad y beneficios fiscales
  • Por: El País
  • 04 / Mayo / 2025 - 10:43 a.m.
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Fortunas latinoamericanas encuentran en Madrid un remanso de lujo y estabilidad

Martha Lucía Pereira, CEO de la empresa Presvip Real Estate. Se ha especializado en vender casas de lujo ‘off the market’; es decir, que no pasan por el mercado ni por portales inmobiliarios. Muchas veces no llega a conocer a sus clientes, que compran por Zoom o sin ver las propiedades.

Ciudad de México.- ¿Cuánto tarda en venderse un piso en la zona de los Jerónimos? En Madrid se conoce así al cogollito de las cuatro calles que rodean la iglesia de San Jerónimo el Real, colindante con el Museo del Prado y el Jardín Botánico. Cuenta Martha Lucía Pereira (52 años), exactriz y exmodelo colombiana reconvertida en exitosa agente inmobiliaria deluxe, que un sábado, pasadas las diez de la noche, estaba tirada en su sofá cuando sonó el teléfono. Era un número de Miami, un +1 305. Del otro lado alguien la apremiaba para comprar un piso de lujo. El interesado, un empresario mexicano de paso por Madrid, sólo podía verlo al día siguiente, domingo, a las ocho de la mañana. Martha Lucía sopesó sus opciones. Tenía un piso de 1.000 metros cuadrados en los Jerónimos, pero estaba en ruinas; el edificio, en obras. Ni una cosa ni la otra estaban para enseñar. Además, ¿a quién iba a convencer para que le abriera el portal un domingo a las ocho de la mañana? Martha Lucía decidió probar suerte, solucionó la logística y al día siguiente a primera hora se encontró con el cliente en la puerta de un edificio apuntalado y lleno de polvo. El hombre, con poco tiempo y acostumbrado a mandar, le dijo de malas maneras: “¿Para esto me has hecho venir?”. Y ella, con la actitud del personaje de Mascarada, la telenovela por la que aún se la recuerda en Colombia, contestó: “Tú me buscaste, ahora confía en mí”.

“Subimos al piso en obras y cuando el señor vio la terraza con vistas de 360 grados al Jardín Botánico llamó a sus arquitectos y cerró la compra. Pagó a 12.000 euros el metro cuadrado a reformar. Calculo que terminada la obra valdría 20.000”, cuenta Pereira, que fundó la empresa Presvip Real Estate especializada en vender casas de lujo off the market. Es decir, que no llegan al mercado ni pasan por Idealista. Lo que ha contado a El País Semanal es una de sus grandes ventas, pero no ha sido la más rápida. “A la mayoría de mis clientes no llego a conocerlos, es gente ocupada que manda a su mano derecha”. El año pasado despachó en dos horas por Zoom un piso de seis millones en la calle de Lagasca.

Madrid ha entrado en la ruta de las grandes fortunas. El gran dinero se mueve por todo el mundo, pero por rutas muy precisas. Suele recalar en sitios seguros donde hay calidad de vida, seguridad física y económica para sus activos y, sobre todo, donde fiscalmente no se les molesta demasiado. Según el ensayo Servir a los ricos (Planeta de Libros, 2025), en España había 29 milmillonarios en 2024. Una cifra que sigue una tendencia mundial: cada vez hay más. Los millonarios, aquellos individuos que poseen un millón de dólares sin contar el valor de su residencia principal, representan el 2,4% de la población española y se concentran en Madrid y Barcelona, con segundas residencias en las costas y las islas Baleares. En Madrid, además, se han instalado en los últimos años grandes fortunas latinoamericanas que huyen de las situaciones de inestabilidad de sus países y encuentran en la capital un remanso de paz donde ir tranquilos por las calles con su rolex o, simplemente, salir a cenar y volver andando a casa. En algún colegio de élite de la ciudad suele verse a un expresidente mexicano recoger cada tarde a su nieta sin que casi nadie lo reconozca. Se dice que un prominente opositor al Gobierno de Maduro se ha comprado varios edificios en la calle de Fernando VI y que el hombre más rico de México invita a fiestas en su mansión de La Finca. Madrid los acoge a ellos y a sus fortunas, que aquí no sufren demasiado. La comunidad bonifica al 100% el impuesto al patrimonio y desde el 1 de enero de 2025 aplica la llamada ley Mbappé, que permite —inversiones mediante— una deducción del 20% del IRPF a los no residentes que establezcan su domicilio fiscal en la Comunidad de Madrid. Se estima que el 17% de los nuevos residentes del barrio de Salamanca proviene de familias latino­americanas acaudaladas.

Muchas veces el éxodo empieza con los hijos. “El IE (Universidad internacional de excelencia académica) es un imán, tiene mucho prestigio, el precio de sus MBA oscila entre los 50.000 y 70.000 euros y eso atrae a mucha gente con fortuna. Vienen los hijos a estudiar, detrás llegan los padres, compran casa y ponen un negocio. En mi experiencia, hay muchas historias que empiezan con un máster del IE”, dice Pereira. En el curso académico 2022-2023 en las universidades de Madrid se matricularon cerca de 15.000 estudiantes latinoamericanos.

La casa que hoy nos enseña Martha Lucía está en la calle de Alcalá, tiene dos balcones al parque del Retiro, tres habitaciones, tres baños en suite y uno de cortesía, todo el mobiliario hecho a medida, y se vende por más de cuatro millones de euros. Ha sido reformada por Harp, una empresa especializada en pisos de lujo que lleva 11 años operando en las zonas de Recoletos, los Jerónimos, Salamanca, “un poco de Chamberí” y Retiro. Raquel Olivares, su socia fundadora, asegura que muchos pisos se venden sin haberse terminado.

A los ultrarricos que circulaban por Londres, París y la Riviera Francesa empezó a interesarles Madrid cuando abrieron de golpe tres cadenas hoteleras de lujo que encajaban con sus estándares de estilo de vida: Four Seasons, Mandarin Oriental y Rosewood. Alejandro Bernabé (54 años), director del Four Seasons Madrid, recuerda haber pasado en 2019 por el esquinazo de Alcalá con Canalejas y leer en la valla de la obra que se estaba levantando un Four Seasons. “Pensé: ¿estamos locos? ¿Cómo van a abrir un hotel en esta zona? Tenía mis dudas, pero tengo que reconocer que el área ha dado un cambio espec­tacular”. Y tanto: esa esquina es hoy el epicentro del nuevo lujo de la capital. En 2023, después de haber trabajado en hoteles Four Seasons de Indonesia, Sri Lanka, Malta, Kuwait y Corea del Sur, Bernabé consiguió dirigir un hotel de lujo en su país. “En Madrid han pasado varias cosas. Por un lado, durante la pandemia se apostó por abrir la ciudad muy pronto y esto provocó que viniera gente que nunca había pensado en viajar a Madrid. Por otro, a nivel de hospitality de lujo en la ciudad no había pasado nada interesante en muchos años y, de repente, se instalan al mismo tiempo tres marcas potentes del lujo global, abre el nuevo estadio Santiago Bernabéu, Taylor Swift incluye a Madrid en su tour de conciertos, las grandes fortunas latinoamericanas empiezan a refugiarse en la ciudad…, y todo pasa en muy poco tiempo. Así empezó a llegar un cliente que yo conocía de otros destinos, pero que no tenía a Madrid en el radar”.

Mario Sandoval (48 años), chef de Coque, restaurante con dos estrellas Michelin, respalda esa versión. “Todo se potenció con los grandes hoteles del lujo mundial, y cuando esa gente llegó a Madrid encontró una gastronomía excelente gracias al trabajo de muchos años de restaurantes clásicos como Zalacaín, Horcher, Casa Lucio o Lhardy que habían cultivado la gastronomía madrileña sin disparar los precios, y eso no existe en París, Londres o Milán”.

Presionado por la llegada de los tres gigantes del lujo, el hotel Palace, un clásico del lujo local abierto desde 1912, se metió en una reforma de 90 millones de euros que terminó el pasado enero. Los 2.875 cristales de su legendaria cúpula bajo la que bailó Josephine Baker y se dejó fotografiar Jorge Luis Borges fueron desmontados uno a uno y enviados a Barcelona a restaurar con la familia Bonet. Su clientela llega desde Estados Unidos, México y España, por ese orden.

Caminar por el kilómetro largo que separa la calle de Alcalá de la plaza de España es hacer una yincana de andamios y vallas. Y la cosa va para largo. Estamos en la milla de oro de los inversores hoteleros. Desde 2014 al menos 26 inmuebles han sido reconvertidos en hoteles de cuatro y cinco estrellas que suman unas 3.500 habitaciones, de ellas 1.530 tienen categoría de cinco estrellas o de cinco estrellas gran lujo. Hasta que se inauguró The Principal en 2015 frente al edificio Metrópoli, no había en la Gran Vía ningún hotel de lujo. El apetito por Madrid de los inversores se exacerba, según los expertos, porque en la otra capital turística, Barcelona, una moratoria prohíbe desde 2017 construir nuevos hoteles en el centro de la ciudad.

Desde la Gran Vía se llega dando un paseo a la calle del Marqués de Riscal, 11, donde se encuentra Coque, el restaurante de los hermanos Sandoval, con dos estrellas en la guía Michelin. Su menú degustación habitual con un maridaje de vinos españoles vale 365 euros por comensal, y es uno de los más caros de la ciudad. Cuenta Mario Sandoval que después de encuestar a 10 de sus mejores clientes descubrieron que la bebida les interesaba más que la comida. Entonces su hermano Rafael y el equipo de sumilleres decidieron diseñar un menú maridaje de vinos premium y doblaron el precio a 680 euros. La sorpresa fue que en tres meses ese menú había desbancado al clásico. Entonces subieron la apuesta con otro maridaje de whiskys raros de The Macallan a 1.500 euros, y el primer día llegó una pareja de mexicanos y lo pidió, 3.000 euros en una sola mesa. “La semana pasada tuvimos un príncipe cenando con su familia, 12 personas en la mesa ónix, el tique superó los 30.000 euros. Eso es lo que está pasando en Madrid y en Coque. El lujo nos está acogiendo y nos está desbordando”, dice el chef.

Una de las recomendaciones más urgentes que buscan estos nuevos vecinos de Madrid es un buen médico estético. “En la primera cena preguntan a qué doctor va cada quién, y piden referencias”, asegura Sergio Fernández (42 años), médico estético y fundador de la clínica Le Med, muy cercana al barrio de las Salesas, y a quien en pocos años se le ha diversificado la clientela. “Son personas con otra relación con los procedimientos estéticos, a los 15 años a cualquier niña le han regalado un aumento de labios y lo tienen muy normalizado”, cuenta. Tal vez por eso son pacientes más “demandantes”. “Normalmente hacemos un diagnóstico y planificamos varias consultas en un año. Casi siempre vienen antes de tiempo: ‘¡Quiero más!‘. Los pacientes europeos son más disciplinados”, dice Fernández, que es profesor de los másteres de Medicina Estética en las universidades de Alcalá de Henares, Católica de Murcia y Complutense de Madrid. “Muchos de mis alumnos se quedarán a ejercer aquí tras homologar el título, y los que tienen padres con inversiones inmobiliarias ya tienen el local de la clínica visto o alquilado antes de terminar los estudios”. Algunos doctores de Colombia y Venezuela abren filiales de sus clínicas en Madrid porque buena parte de su clientela se ha mudado o pasa la mitad del año aquí.

Muy cerca de la clínica Le Med, en la calle de Fernando VI en el barrio de las Salesas, se mezclan diferentes acentos del español con el inglés y el francés. De lado a lado de la calle han abierto tienda muchas marcas de perfumería nicho para gente entendida, con olfatos audaces y bien entrenados: Le Labo, Aesop, L’Artisan Parfumeur. Unos 100 mililitros de cualquiera de esas fragancias supera ampliamente los 150 euros. Es el precio de no oler a colonia de duty free. Irene Palos, relaciones públicas de Abanuc, un espacio multimarca de fragancias nicho que se estableció al final de la calle en 2017, la llama la ruta del perfume. “El cambio ha sido radical, cuando llegamos aquí no había lujo, veíamos una barrera en el precio de nuestros productos, pero todo eso ha cambiado con la llegada de clientes sin problemas de dinero que pagan por diferenciarse y tener códigos propios”.

En el submundo del lujo madrileño, donde crecen como setas los clubes privados y los rooftops con vistas panorámicas, algunas piezas han empezado a saltar. Hay restaurantes de célebres chefs alojados en los hoteles de gran lujo que no terminan de arrancar, marcas hoteleras como The Edition que no están funcionado como se esperaba y proyectos gastronómicos como el Food Hall de Galerías Canalejas que han sido un rotundo fracaso. Se habla mucho de los restaurantes que abren cada día, pero poco o nada de los que cierran también a diario. ¿Se está inflando una burbuja del lujo en Madrid? Desde la imponente suite real del Four Seasons, antiguo apartamento privado de Mario Conde cuando era presidente de Banesto, Alejandro Bernabé duda: “Puede ser, pero yo tengo otro problema, a mí me cuestionan cada día mis tarifas porque son más bajas que las de Milán, Florencia, Roma o París. Y yo tengo que decirles que esto es Madrid, y que se requieren otros cambios antes de seguir subiendo precios. Cada día cuando llego al hotel a las seis de la mañana me encuentro las calles muy sucias, es cierto que luego las limpian, pero por qué hay que ensuciarlas de esa forma. A la gente le gusta caminar por la calle sin tener que mirar quién viene detrás, y también sin tener que apartar la basura a su paso. Nos creemos que el lujo es una tienda de Hermès, pero importa mucho el entorno y lo que hay que hacer y ver hasta llegar a esa tienda. Me gustó una definición que escuché, creo que resume el secreto de por qué triunfa Madrid entre gente que puede elegir viajar a cualquier lugar: es la ciudad pequeña más grande del mundo”, dice. Y ojalá lo sea por mucho tiempo. Eso sí sería un auténtico lujo.

Fortunas latinoamericanas encuentran en Madrid un remanso de lujo y estabilidad

Cúpula restaurada del hotel Palace de Madrid y suite real del hotel Four Seasons de la capital, una de las más caras de la ciudad: 25.000 euros (más IVA) por noche.

Fortunas latinoamericanas encuentran en Madrid un remanso de lujo y estabilidad

Alejandro Bernabé Navarro, director del hotel Four Seasons Madrid. Trabajó en Four Seasons de todo el mundo antes de dirigir el de Madrid. Fotografiado en la suite real del hotel, la más cara, y que antes de ser una habitación de hotel fue el apartamento de Mario Conde cuando era presidente de Banesto. 

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