Análisis detallado de la actividad sísmica en Nuevo León
Fracking y sismos: ¿Qué revela el análisis en Nuevo León?
El sismo de 4.5 grados que el domingo se sintió en gran parte de Nuevo León al expandirse en un radio de 200 kilómetros, es uno de los 163 temblores en la región citrícola en los últimos 19 años, y que hasta ahora están relacionados con fallas geológicas preexistentes, indicó el sismólogo Juan Carlos Montalvo.
El especialista dijo que no se ha encontrado evidencia en el estado de sismos inducidos, es decir, por actividades como el "fracking" para la extracción de petróleo y gas.
Sin embargo, aclaró, esa posibilidad existe por los más de 4 mil pozos realizados en la Cuenca de Burgos, que abarca Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León.
"Después de hacer, digamos, todos los análisis pertinentes, encontramos que no, que no había correlación (entre los sismos en Nuevo León y el fracking)", expresó Montalvo, cuya investigación fue publicada en el 2018 en una revista especializada.
"Ya hay una documentación de actividad sísmica inducida generada por cuestiones de fractura hidráulica, pero esta actividad sísmica ha sido reportada en el estado de Texas, casualmente muy cerca de la frontera con el estado de Coahuila".
El sismo del domingo originado en General Terán, pero que se tomó como epicentro Montemorelos por ser el municipio cercano más poblado, tuvo una onda se expandió en un radio de 200 kilómetros, según los equipos del Servicio Sismológico Nacional y reportes ciudadanos, explicó.
"(Llegó) tan lejos como Saltillo y Ramos Arizpe, al norte casi cerca de Anáhuac, hacia el sur estamos hablando cerca de Doctor Arroyo, entonces tenemos evidencia de que este sismo se propagó y tuvo un área de extensión bastante grande", señaló el investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL.
Los sismos en la región citrícola, dijo, han sido de magnitudes hasta de 4.8, pero el del domingo, que fue de 4.5, pudo sentirse más por presentarse en un día y horario con poca actividad.
"Toda la sismicidad es de carácter natural y está asociada al movimiento de fallas preexistentes, porque las fallas preexistentes sabemos que existen.
"Mucha de esta actividad sísmica tiene profundidades en la mayoría de los casos entre 5 y 15 kilómetros, son profundidades en las cuales uno no tiene la capacidad de exploración de manera directa, salvo contar con información sismológica".
Añadió que tratarán de comprobar una falla geológica, como ya lo hicieron en el límite de San Luis Potosí con Nuevo León, y como lo tienen en proceso en el Cerro El Potosí, en Galeana.
La actividad sísmica en el estado debe tomarse en cuenta para revisar y actualizar los criterios de construcción, indicó, y para saber qué hacer en caso de un temblor.