8-M: reafirmando los compromisos a 30 años de la Declaración de Beijing

Actualmente, somos testigos de cómo los derechos de las mujeres se ven amenazados a nivel mundial. Ciertos consensos que habíamos alcanzado parecen ponerse en duda. Hay liderazgos que, en vez de querer avanzar en materia de equidad de género, parece que
En 1995 ocurrió uno de los hitos fundamentales en la historia de la lucha por los derechos de las mujeres y por la igualdad de género a nivel global: la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. Allí se estableció una agenda transversal para la igualdad de género y se identificaron las 12 áreas clave en la que tanto los gobiernos como la sociedad civil debían actuar de forma conjunta para garantizar los derechos de las mujeres. Fue ahí donde famosamente se estableció algo que hoy puede parecer evidente, pero que en ese entonces no lo era: "Women´s rights are human rights", es decir, que los derechos de las mujeres son derechos humanos.
La Declaración Beijing no solo impulsó el liderazgo y la participación política de las mujeres, también visibilizó la violencia de género como un problema a nivel mundial, y marcó un antes y después en el plano internacional, porque hasta hoy es el marco de referencia para evaluar los avances en materia de equidad de género. Es por eso que en este Día Internacional de la Mujer, en el que conmemoramos la ardua lucha de tantas mujeres en todo nuestro planeta, mujeres que con esfuerzo y sacrificio han luchado para que tantas otras mujeres podamos tener los derechos de los que hoy gozamos, es que creo necesario reafirmar los compromisos de la Declaración de Beijing.
En estos 30 años, sin duda, hemos avanzado: hoy vemos más mujeres en las escuelas; vemos más mujeres en los Parlamentos y en los gobiernos, y muchos países han adoptado políticas concretas para reducir las brechas de género. Sin embargo, actualmente somos testigos de cómo los derechos de las mujeres se ven amenazados a nivel mundial. Ciertos consensos que habíamos alcanzado, parecen ponerse en duda. Hay liderazgos que, en vez de querer avanzar en materia de equidad de género, parece que quieren retroceder.
El complejo contexto global que enfrentamos, con el deterioro en materia de paz y seguridad global, las múltiples crisis económicas, sociales y geopolíticas, representan enormes desafíos para las personas, aunque siempre las más perjudicadas suelen ser las mujeres y las niñas. La oposición a la igualdad de género –denominada en inglés como backlash–, no es un fenómeno nuevo, pero es uno que ha ganado fuerza y visibilidad en los últimos años, provocando retrocesos drásticos en los derechos de las mujeres y las niñas en todo el mundo, frenando los objetivos globales y dificultando los avances en materia de equidad de género, amenazando décadas de progreso.
De hecho, de acuerdo al Reporte de ONU Mujeres sobre los avances en el Plan Estratégico 2022-2025, casi una cuarta parte de los países que reportaron su información (24%) señalan que la reacción negativa hacia la igualdad de género es un factor que socava la implementación de la Plataforma de Acción. Parece ser que hay quienes no quieren entender que las mujeres no buscamos tener más derechos ni oportunidades que los hombres. Lo único que buscamos es tener los mismos derechos y las mismas oportunidades.
Las mujeres tienen derechos sexuales y reproductivos, tienen derecho a decidir sobre sus propios cuerpos. También tienen derecho a vivir una vida libre de violencia en todos los ámbitos. Un caso tan estremecedor como el de Gisèle Pelicot, que se observó en todo el mundo el año pasado, no puede ser olvidado. Esto nos muestra una transgresión brutal de los derechos de una mujer y nos recuerda, una vez más, cuánto nos falta por avanzar en materia de equidad de género.
Tanto los gobiernos, como los congresistas, quienes están en la academia, las organizaciones de la sociedad civil, todos y todas debemos trabajar de forma conjunta para garantizar que los derechos de las niñas y mujeres se respeten en todos los rincones del mundo, y que ninguna mujer ni niña sean excluidas durante su vida por el solo hecho de ser mujer.
En esta nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer quisiera reafirmar la importancia de avanzar en equidad de género. Si anhelamos vivir en un mundo que sea más justo para todos y todas, y no solo para unos pocos, y si creemos verdaderamente en la democracia, entonces debemos reafirmar nuestro compromiso con esta agenda, y debemos actuar en consecuencia, en nuestra vida diaria, pero también a la hora de elegir a nuestros líderes; que estos estén en esta misma senda, de seguir avanzando y no de querer retroceder al siglo pasado. Este compromiso no es solo por las niñas y mujeres hoy, sino también por todas las que vendrán.
Michelle Bachelet fue presidenta de Chile