Columnas - Carlos Carabaña

Aduanas, un ´regalo´ envenenado de López Obrador para la Marina

  • Por: CARLOS CARABAÑA
  • 16 SEPTIEMBRE 2025
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Aduanas, un ´regalo´ envenenado de López Obrador para la Marina

Durante una conferencia de enero de 2020, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador dio el primer aviso de que las aduanas de México iban a ser militarizadas. "Tenemos pruebas de que los administradores de los puertos o están coludidos o se hacen de la vista gorda en actos de corrupción. Hay una investigación abierta por huachicoleo de combustibles. Es imposible que no se den cuenta", y anunció, "le estoy pidiendo al almirante [José Rafael] Ojeda [Durán] que se haga cargo". Palabras que, con el desmantelamiento de una red de contrabando de combustible comandada por los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, militares de alto rango y familiares políticos de Ojeda Durán, secretario de Marina con López Obrador, han envejecido particularmente mal.

Pocos meses después, López Obrador oficializó el nuevo encargo y dio el control y la vigilancia de las aduanas al Ejército y la Marina, justificándolo en la honestidad y eficacia de los cuerpos castrenses. Razones que han quedado en entredicho, así como el papel de los militares en funciones civiles, por la peor semana para la Secretaría de Marina que se recuerda en décadas. La decisión de la presidenta, Claudia Sheinbaum, de asestar un golpe sin precedentes a la corrupción en lo que va de gobierno, ha hecho que el nerviosismo entre los uniformados se dispare. Visto en perspectiva, las aduanas fueron un regalo envenenado para una institución que tiene una imagen abrumadoramente positiva tanto en México como en Estados Unidos, pero que ha fallado en su prueba de fuego, al demostrar que sus marinos tienen los mismos vicios y defectos que los civiles.

"La operación de las aduanas correspondía a la Secretaría de Hacienda, pero, cuando comenzó a darse en ellas un auge criminal por los precursores químicos y el contrabando de combustibles, no tenía ni elementos ni forma de protegerlas", explica Manuel Balcázar, consultor de seguridad e investigador asociado del Centro de Estudios sobre Seguridad, Inteligencia y Gobernanza del ITAM, "fue entonces cuando López Obrador planteó una solución simple a un problema complejo: pongo soldados y marinos y así no amenazan a las aduanas".

La base de esta decisión es el mito de la incorruptibilidad de las fuerzas armadas. Esta idea, como si los militares fueran incapaces de ninguna maldad, justificó, durante el sexenio de López Obrador, decisiones políticas de enorme trascendencia para el país, entregándoles la gestión de grandes áreas de la Administración pública mexicana.

"Uno de los argumentos que se esgrimió entonces es que los marinos y militares no se han corrompido, pero el tema es que no habían tenido oportunidad de corromperse", razona Balcázar, "una institución demuestra su honestidad después de haber estado en un lugar donde había la oportunidad de ser corrupto y no caer... si nunca ha estado en esa posición, pensar que no va a corromperse es una apuesta".

En el caso de la Marina y las fronteras comerciales, el volado salió claramente mal. En resumen, al menos desde abril de 2024, operó en las Aduanas de México una conspiración criminal que unía a marinos, funcionarios públicos y empresarios para contrabandear millones de litros de gasolina dentro del país. Los líderes, los hermanos Farías Laguna, presuntamente decidían las designaciones de marinos para que gente de su confianza acabará en puestos clave de aduanas para poder operar su red. Esta trama incluía empresarios vinculados con crimen organizado, capitanes corruptos conocidos por apodos mafiosos, bolsas negras llenas de dinero en efectivo entregadas en centros comerciales, asesinatos de militares que se atrevían a denunciar...


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