Columnas - Ernesto Salayandia García

De adicto a adicto

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 27 DICIEMBRE 2022
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De adicto a adicto

foto archivo

Mal de muchos, consuelos de tontos

Hay quienes llevan 30 años o más, soportando al borracho del marido, los insultos, las humillaciones, golpes emocionales y a veces físicos, han pasado tantos años, que la enfermedad se vuelve una rutina, pero ese hogar disfuncional, esa pareja dispareja deja un saldo de dolor para los hijos que resienten todo, hijos que se enferman emocionalmente, debido a ese matrimonio enfermizo que heredó el mal,  de ahí vienen hijos neuróticos, mal agradecidos, maniaco depresivos, celosos, miedosos, adictos, alcohólicos, irresponsables, perezosos, víctimas de los trastornos alimenticios, bulimia, anorexia, obesidad, por ello, surgen de esa relación  destructiva, los hijos son conflictivos, inadaptados,  les cuesta trabajo socializar, por supuesto que habrán de repetir patrones de conducta, claro que ,  superaran a sus maestros. Hijos de padres divorciados, sin duda, divorciados, re casados, re divorciados, una, dos y más veces. Lo que bien se aprende, jamás se olvida... Lo que hace la mano....Esta enfermedad emocional, es neurótica, tiene que ver con  los egos, la ansiedad y los temperamentos, es, por demás cruel y se manifiesta silenciosamente en todo tipo de adicciones. 

    Adicciones a las relaciones destructivas, al juego, a las personas, se llama codependencia, adicciones al Internet o a los aparatos electrónicos, a la depresión, a sufrir por todo y por nada, adictos a los refrescos o los dulces, a las maquinitas, apuestas, mentiras por supuesto, adictos a las sustancias tóxicas, a las drogas naturales, al alcohol, cigarro, al sexo, se es adicto, cuando no puedes controlar tus adicciones.

La escuela emocional, 

el mal ejemplo

La mejor medicina, el mejor instrumento es predicar con el ejemplo y demostrar con hechos fortaleza y fe, por ejemplo, si fumo y no quiero, ni puedo dejar de fumar, les estoy enseñando a mis hijos a  ser endebles a que la autoestima baja, no me ayuda para superarme, en que prefiero dañarme y dañar a otros intoxicándome, a demostrar actitud positiva, si me mantengo gritando, azotando puertas, fastidiando a medio mundo, me convierto en el despertador de todos, soy el checador,  marco, controlo,  el tiempo a los demás, me siento don perfecto, la única razón que vale es la mía, les enseño a manipular, a controlar a los demás, si me deprimo y estoy tirado todo el tiempo en la cama, la escuela que están tomando mis hijos, es que hay que claudicar, bajar la guardia ante la adversidad, que es más fácil esconderse debajo de las sábanas que enfrentarse, el ejemplo que les doy  mintiendo a quien me busca, diciéndoles.- Dile que no estoy.- Puedo sembrar un cúmulo de defectos de carácter que ellos, mis hijos, habrán de repetir.- Mañana lo hago,- No pasa nada.-

      La puntualidad del mexicano.- Todo el mundo llega tarde.- Que tanto es tantito.-

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