El día después de Geño
La liberación del exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, creó dos grupos de personas en la entidad. Los primeros son quienes celebran la salida de la cárcel del exmandatario estatal, recordando que durante su sexenio hubo hechos, acciones y programas que beneficiaron a gran parte de la población.
Sin embargo, también hay un grupo reducido de personas a las que la salida de Hernández Flores debe preocupar. Este grupo, de poca cantidad, ya debe estar evaluando cuál es el impacto social, político o personal de la liberación del victorense.
En primer lugar, con Eugenio Hernández en libertad, se abre inmediatamente un capital político que en estas fechas y momentos es importante, previo al inicio del periodo electoral en el que se elegirán alcaldes, diputados locales, diputados federales y senadores en Tamaulipas.
Este capital político debe ser aprovechado por el grupo de poder, ya que representa el lado opuesto del grupo que gobernó la entidad desde 2016 hasta 2022; en eso hay una de muchas coincidencias.
Otro punto a criticar son los funcionarios que en 2017 generaron carpetas de investigación en contra de Eugenio Hernández, como el ex titular de la Fiscalía Anticorrupción, Javier Castro Ormachea, quien hoy es magistrado del Poder Judicial de Tamaulipas. Esto debe ser motivo de preocupación y atención.
También, durante el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca, se usó este arresto como un emblema de la lucha contra la corrupción, lo cual fue derrumbado por los jueces federales al otorgar amparos al victorense. ¿Se puede criticar un sistema de justicia del cual también se ha obtenido beneficio, verdad?
Sin lugar a dudas, será interesante ver qué sucede en la vida política de nuestro querido Tamaulipas en las próximas semanas. En 15 días conoceremos al designado por Morena para competir por la presidencia de la república. Una vez que se anuncie el candidato, poco a poco se irán acomodando las candidaturas a las alcaldías y las diputaciones locales y federales. No obstante, sea quien sea el elegido y para el puesto que sea, la meta será superar los resultados que dejó el presidente Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas en 2018 y el propio gobernador Américo Villarreal en 2022.
La meta ya está fijada, solo falta que la autoridad electoral dé el banderazo inicial para realizar los procesos necesarios. Por eso, dentro de la administración estatal se requerirá de funcionarios con capacidades y compromiso para los proyectos políticos por venir. En caso de que los resultados no cumplan con la meta establecida, su despedida será lo más probable.