El liderazgo de Américo une y fortalece al sur de Tamaulipas

Hoy, como es la milenaria tradición de recordar el Jueves Santo, es motivo para la reflexión de todos los creyentes en el mundo cristiano, porque un día como hoy fue cuando injustamente acusaron a Jesús de Nazareth de hacerse pasar por el hijo de Dios, acusación contra la que no adujo defensa alguna porque, simplemente, sí lo era, y eso, aunque lo dudaron los poderes fácticos de esa época, como sumos sacerdotes y fariseos, él no se arredró y con cristiana resignación se sometió al juicio, compuesto por terrenales con más defectos que virtudes.
Pero Jesús El Cristo vino a la tierra a dar un mensaje de amor y fraternidad con los que menos tienen; esto último es lo que disgustaba tanto a sacerdotes como a fariseos.
Y a 2025 años de su muerte, los poderes fácticos siguen comportándose igual. Para ellos lo que cuenta son sus intereses, no los de la colectividad, como lo pregonaba el Hijo de Dios.
Entonces, este día de celebración es también de reflexión, lo mismo de gobernantes que de gobernados, sobre todo los primeros que cada día se muestran más distantes de lo que aqueja a los desprotegidos, y ya incluso hasta a sectores de clase media.
Desafortunadamente, en nuestra Reynosa tan golpeada y expoliada estamos viviendo una etapa que raya en lo caótico. El gobierno municipal no manda en las calles, solamente para cobrar derechos de piso a tianguistas y vendedores ambulantes o para soltar, como si fuera cacería, a los agentes de Tránsito, que no salen a vigilar de manera preventiva para que el automovilista respete el reglamento vial, sino para sorprender a todos aquellos que incurren en infracciones y que la mayor de las veces aplica abusivamente el reglamento de Tránsito.
Estas cosas y otras más son las que demuestran que del año 2016 hasta la fecha hemos tenido autoridades locales totalmente, que además de pedorras, apartadas del sentir de la ciudadanía que ya sabe y siente que no cuenta con autoridad, sino únicamente para expoliarlo.
Y es que, oiga usted, los alcaldes que hemos tenido dentro del Makiato, como son la madre y el hijo, están totalmente ajenos a Reynosa. No radican aquí por lo menos desde hace 15 o 20 años. No tienen familiares aquí ni por afinidad ni consanguinidad, como tampoco tienen amistades.
Aunado a todo lo anterior, su domicilio lo tienen en las ciudades de Mission y McAllen, en donde como lo saben mis lectores, la vida es más sabrosa; allá sí hay calidad de vida con calles limpias, avenidas bien trazadas, semáforos inteligentes, agentes de policía que intervienen cuando es necesario. En pocas palabras, son ciudades en donde se vive con orden, lo que a la postre es lo que hace feliz a la gente, y con un lugar así lógicamente quien tiene la capacidad económica para radicar de aquel lado del río Bravo, ni por asomo le da por regresar a Reynosa, que en el caso de quienes son autoridad están obligados a vivir permanentemente en esta ciudad.
No basta con tener un domicilio con los servicios públicos a su nombre, se requiere que esas autoridades vivan y sientan lo que por aquí sabemos lo que es transcurrir la vida en una ciudad en la que los servicios públicos son deplorables, como lo vimos con las aguas que nos trajo recientemente una tormenta y que afectó a más de un centenar de colonias, causando incluso pérdida de vidas, así como incalculables daños materiales.
Mientras tanto, las autoridades locales no radican en esta ciudad y con ello muestren su desprecio por sus habitantes, y así no saldremos del hoyo en el que estamos metidos, de ahí lo importante que los diputados locales se pongan la camiseta del pueblo. La denuncia que presentaron 300 personas, según la autoridad municipal, es lo de menos. Pudieron haber sido 30 o incluso tres, es más, una sola. La Constitución Política de México les da el derecho a los ciudadanos para que cualquiera de ellos, bajo su estricta responsabilidad, denuncie lo mismo al presidente municipal que a cualquiera de los funcionarios del ayuntamiento.
Lógico, tendrá que mostrar pruebas de los hechos que se denuncian en contra de la autoridad y, en el caso de Reynosa, la Auditoría Superior del Estado, el pasado miércoles, dio a conocer que entre la COMAPA y el ayuntamiento, el DIF y el IRCA, de la cuenta pública del 2023 tienen observaciones por un monto cercano a los mil 800 millones de pesos, y esa es una prueba contundente, porque es, ni más ni menos, que una prueba pericial emitida por la autoridad competente; en pocas palabras, entre la denuncia de 300 ciudadanos que bien pudo ser solamente uno y la prueba pericial de la Auditoría Superior del Estado, en mi personal enfoque están reunidos los elementos para que el Congreso del Estado inicie juicio político en contra de CARLOS VÍCTOR PEÑA ORTIZ, quien tendrá derecho a defenderse y a alegar en su favor lo que pueda tener.
Pero si no logra demostrar que la Auditoría Superior del Estado nomás imaginó las observaciones que hizo a la cuenta del año 2023, entonces será exonerado, pero a como están las cosas, no creo que ni él mismo piense que no hubo anomalías en la cuenta pública de marras.
Pero por lo pronto, a orar para recordar a Jesús y que los gobernantes reciban el castigo correspondiente ,si es que así dieron motivo para ello.
Al margen de lo anterior, bajo la sombra del ahora impecable puente "La Esperanza", que sustituyó al conocido como el puente "roto", símbolo del abandono, olvido y la desidia gubernamental, el gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA inauguró esta magna obra acompañado por la sociedad de esta pujante región y por la clase política del sólido sur de Tamaulipas.
Acompañado por MÓNICA VILLARREAL ANAYA, alcaldesa de Tampico; ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO, presidente municipal de Ciudad Madero y ARMANDO MARTÍNEZ MANRÍQUEZ, de Altamira, así como por PATRICIA CHÍO DE LA GARZA, de El Mante, NOEMÍ SOSA VILLARREAL, de Aldama y MIGUEL ZÚÑIGA RODRÍGUEZ, de González, quienes gobiernan en Tamaulipas, dijo que la sociedad tamaulipeca está echada para adelante, buscando trabajar en paz y tener mejores niveles de bienestar.
Contento por una obra que gestionó desde que era senador por Tamaulipas, el gobernador convirtió en realidad un sueño que aguardó 15 años, como le dijo el alcalde de Altamira, con una inversión superior a los 293 millones de pesos, que habrá de mejorar la seguridad de quienes transitan por esa rúa, fortaleciendo el desarrollo económico de esta región al mejorar la conectividad con el Puerto Industrial y el acceso a sus playas.
Aprovechó su intervención para reconocer nuevamente el apoyo a Tamaulipas de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, durante su visita a Reynosa y Matamoros la semana pasada, destacando la respuesta inmediata del Gobierno Federal a las familias afectadas por las inundaciones en esa zona fronteriza del estado.
No cabe duda: la inauguración del puente "La Esperanza" dejó constancia del liderazgo in crescendo del gobernador de Tamaulipas, ofreciendo soluciones y respuestas a problemas como el del puente "roto", que fue sacado desde sus cimientos para sustituirlos por bases sólidas y firmes, "Como vemos el futuro de la nación y del estado", dijo Villarreal Anaya.
Y por hoy, BASTA.
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