El salario mínimo, garantía frente a la pobreza
El salario mínimo ha sido fuente de confusiones y engaños. En la práctica, ha sido una de las herramientas de la política de contención salarial que ha creado un sistema laboral donde millones de personas trabajan, pero viven en pobreza. Es viable y urgente que el salario mínimo general (SMG) sea una garantía de ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza.
Tenemos un sistema laboral distorsionado. Dos de cada tres personas con trabajo asalariado, formal o informal, carecen de ingreso suficiente. Son más de 22 millones de personas. Y si consideramos únicamente a quienes tienen trabajo y están en el IMSS, son casi 10 millones de personas, casi la mitad de los empleos formales asegurados: 46%.
Son personas que trabajan tiempo completo, pero su salario no cubre lo suficiente para adquirir dos canastas básicas.
Esta política también creó una narrativa donde es "normal" trabajar y no ganar lo suficiente para salir de la pobreza, con base en engaños. El mito más frecuente asocia el SMG con el control de la inflación.
Ese dogma carece de sustento teórico o empírico. No existe evidencia para afirmar que el SMG actual pueda tener algún efecto macroeconómico.
Lo que produce un SMG tan bajo es un lastre. Permite que cadenas departamentales y de auto servicio, bancos e industria manufacturera, formales, rentables, paguen 6 mil o 7 mil pesos a su personal operativo, sin darse cuenta que en realidad son fábricas de pobreza.
La recuperación ha avanzado gradualmente. Por lo menos ya alcanza para una canasta básica, pero la meta —comprometida por el sector patronal y las autoridades— es que antes de terminar este sexenio el SMG sea suficiente para adquirir dos canastas básicas. A inicios de 2022, al SMG le faltaban 2 mil 730 pesos para la meta. Se estima que para enero le faltarán 3 mil 413 pesos al mes.
El ajuste al SMG para 2023 debe avanzar sustancialmente para cubrir ese faltante. Sería factible incluso alcanzar la meta y llevar el SMG del próximo año a 8 mil 600 al mes.
Para ello, se debe actuar de manera responsable por parte del gobierno y de los sectores "obrero" y patronal, que forman parte de la autoridad que toma la decisión: la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).
En primer lugar, aplicando la "fórmula" con dos "componentes", porcentaje más monto de recuperación en pesos. Esta "fórmula" ha probado ser efectiva y responsable, evita efectos negativos.
Y en segundo lugar, haciendo un ajuste sustantivo al SMG, pero no así al salario mínimo en la frontera o a los salarios mínimos profesionales más altos.
Para lograrlo, desde la sociedad civil, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza ha presentado una propuesta al consejo de representantes de la Conasami: 10% como porcentaje y 100 más al día, 3 mil al mes, como monto en pesos, únicamente al SMG. 8 mil 600 pesos al mes. ¡Sí se puede! (Consultor internacional en programas sociales)
Twitter: @rghermosillo