‘Hijo: ve por tu mamá’
"El vecino me dijo que soy medio pendejo". Tal cosa le contó don Martiriano a su mujer. "No te mortifiques -lo tranquilizó doña Jodoncia-. Eso te lo dice porque sólo te conoce a medias". Desinit in piscem mulier formosa superne. Termina en pez una mujer que es hermosa en la parte de arriba. Con esas palabras describió Horacio a una sirena en su "Arte poética". Vagas premoniciones sentía yo de niño al ver el opulento tetamen de la sirena en la baraja de la lotería. Las tres palabras iniciales de aquella frase latina han servido para calificar a todo lo que tiene un buen principio pero termina mal. Pienso que esa expresión puede aplicarse al sexenio de López Obrador. Su resonante triunfo en la elección del 2018 puso esperanza en muchos mexicanos -30 millones, si se me pide un número-, que vieron en él al hombre que acabaría con la corrupción del PRI y daría al país un nuevo rumbo basado en la honestidad y la justicia. Entre los que confiaron en él estuvieron muchos integrantes de la intelectualidad nativa, quienes no tardarían en cantar la palinodia, arrepentidos de haber dado su voto al que bien pronto los desilusionó. En efecto, aun antes de asumir el cargo para el que fue elegido AMLO mostró su talante autoritario al llevar a cabo la cancelación del aeropuerto de Texcoco, caprichosa medida que le costó al país miles de millones de pesos y la pérdida de la que habría sido una de las más modernas y mejores terminales aéreas del mundo. A esa desatentada acción siguieron muchas más que hicieron retroceder al país en todos los órdenes. Y no han acabado los abusos del caudillo. En estos últimos días de su gestión se le ve frenético en su empeño de consumar a como dé lugar las reformas constitucionales que aplastarán a la incipiente democracia mexicana y nos acercarán peligrosamente a un régimen estatista con visos cada vez más claros de dictadura. En medio de la anarquía y el caos llega a su término el sexenio del megalómano hombre que al hablar de la Cuarta Transformación pretendió equipararse a Hidalgo, Juárez y Madero. Lo sucedido en Sinaloa; el paro de actividades de los funcionarios y empleados del Poder Judicial; el descontento causado por la ominosa sobrerrepresentación; el predominio de la delincuencia en vastas zonas del territorio nacional; el desastre en renglones tan importantes como la seguridad, la educación y la salud; la debacle de Pemex y la CFE; el ingente endeudamiento del país; el desprestigio de México en el extranjero; todo eso hace que López llegue al final de su sexenio en medio del desorden y los enfrentamientos. Desinit in piscem. Una esperanza tenemos: que Claudia Sheinbaum, quien hoy por hoy no puede apartarse de los dictados del cacique, haga luego honor a su calidad de mujer, se libere de ese hombre machista una vez que ciña la banda presidencial, y ponga a la República en el camino del buen sentido, la eficiencia administrativa, la búsqueda de la verdadera justicia, la democracia, el respeto a los derechos de los ciudadanos y la procuración del orden y la paz. Don Eglogio, hombre del campo, nunca había ido a la ciudad. Cierto día sintió la tentación de conocerla, y fue a la urbe en compañía de su mujer y su hijo. Llegaron a un hotel, y mientras la señora curioseaba en las tiendas el rústico señor y su muchacho se sentaron en un sillón del lobby. Jamás habían visto un elevador. Don Eglogio observó que una puerta se abría y una mujer añosa y gorda entraba a un pequeño cuarto. Instantes después la puerta volvía a abrirse y del cuartito salía una mujer joven y guapa. Don Eglogio, maravillado, le ordenó a su muchacho: "Hijo: ve por tu mamá". FIN.
MANGANITAS
Por AFA
‘Sobrerrepresentación…’
Está fuera de lugar,
pero López Obrador
no tiene competidor
en eso de agandallar.