La amistad más pura y tierna
Pienso que la amistad más pura y tierna es aquella que desarrollamos en nuestra primera infancia, cuando nuestro corazón está libre de prejuicios.
Anteriormente he mencionado a mi amigo Erwin Luebbert, quien nació tres meses después que yo y vivía en contra esquina de mi casa. Formábamos un dueto singular, un tanto "desigual". Él, rubio, de ojos azules, hijo de un renombrado médico militar de origen alemán, su hermosa casa abarcaba casi un cuarto de manzana y tres pisos, incluyendo un patio en el que se podía jugar béisbol.
Yo, más bien tirándole a "prietito", vivía en un pequeño y modesto departamento. Pero como mencioné, a esa edad no existen prejuicios de ninguna clase, y esas diferencias no impidieron que naciera una bella amistad.
Convivencia y reencuentro
A Erwin le encantaba irse a quedar a mi casa y lo hacía a veces por varios días. Cuando se le acababa la ropa que le habían puesto en una maletita, se paraba en la esquina de la casa, y cuando veía pasar a su mamá en su camioneta le gritaba, "mándame 3 calzones más".
En verano, su familia me llevaba con ellos a clases de natación en McAllen. Todavía a la fecha, cuando me como un pan con mermelada de fresa, vienen a mi mente esos días en los que, al terminar la clase, devorábamos con singular alegría esos panes que la mamá de Erwin nos llevaba preparados.
Ya más adelante, como compañeros en la misma preparatoria, nos unió también el gusto por la música, especialmente por el piano.
Por esas cosas del "crecer", la vida nos fue separando, así que me dio mucho gusto contactar a Erwin por Facebook después de casi 40 años de no tener comunicación con él. Desde hace muchos años vive en la ciudad de México; su hobby principal, la música y el escribir canciones.
Le compartí mis mensajes en los que lo mencionaba, el último de ellos, uno en el que hablaba del hogar de mi infancia. Después de leerlo, Erwin puso un comentario que me conmovió por la cantidad de recuerdos que él también conservaba. Decía, entre otras cosas:
"¡Me has hecho llorar desde lo más profundo de mi ser! ¡CUÁNTO AMOR SE RESPIRABA EN ESE HOGAR! ¿Cuántas veces en tu casa comí? ¡Cuántos bellos recuerdos! Aquella tarima repleta de muñecas de tu hermana. Aquel estante lleno de comics.
Aquel fascinante hábito de la lectura que tus padres (personas cultas) promovieron en ti, y de qué modo desarrollaron tu imaginería infantil y tus múltiples ´odiseas y travesías´ por el fantástico e ilimitado mundo de la imaginación.
Aquellos ´discos´ (long plays) que disfrutábamos...cuentos, fábulas, la monumental obra artística del Grillito Cantor, CRI CRI. Si yo hubiera sabido la importancia que tendría en mi vida ese hogar, ese amor, ese cúmulo de inolvidables experiencias en mi vida, se lo hubiera hecho saber, en principio, a tu querida mamá...con un gran abrazo y un profundísimo ´GRACIAS´.
Ahora que, como dice una de mis canciones...´ya he avanzado el camino´... ahora, y sólo ahora, comprendo el importante y trascendente LEGADO que esa familia maravillosa (no encuentro otra palabra más indicada) dejaría en mi vida para siempre."
Para toda la vida
En la película "El niño con el pijama de rayas" se cuenta la tierna historia de una amistad que nace entre dos niños "desiguales" que, según los convencionalismos de la época (2ª Guerra Mundial), tendrían que haber sido enemigos: el hijo de un militar alemán y un pequeño prisionero judío en un campo de concentración. Pero ellos nada sabían de "convencionalismos".
Cuando, después de una serie de eventos desafortunados, ambos niños van a dar a la cámara de gases, asustados y sin entender qué ocurría, uno de ellos toma la mano del otro y le dice "tú eres mi mejor amigo para toda la vida". Después de eso, una escotilla se abre en el techo y un hombre con una máscara antigases lanza al interior un cocktail mortal.
Erwin: Felizmente, la vida nos ha permitido seguir circulando por aquí, así que espero anhelante el momento de poder encontrarnos y fundirnos en un abrazo. Un abrazo de niño a niño, pues estoy seguro de que aquellos niños tan "desiguales" en muchos aspectos, pero tan parecidos en el corazón, siguen viviendo en nuestro interior.
Un abrazo que sea la expresión viva de la amistad más pura y tierna, y que pueda revivir aquellas palabras que, seguramente, tú y yo también nos dijimos más de una vez: "Tú eres mi mejor amigo para toda la vida". Oh sí, espero anhelante ese momento, mi querido amigo.
jesus_tarrega@yahoo.com.mx
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