´La Nueva Política´
En esta nueva era de la política, lo que verdaderamente trasciende, más allá de la estridencia de la notoriedad del momento, es la esencia de lo que comunicamos con nuestras acciones. La reflexión de Gandhi, "Mi vida es mi mensaje", tiene un profundo significado ante una nueva generación que está ganando terreno y poder, comprometiéndose a romper con las viejas prácticas, gobernando y haciendo política de manera diferente. "Los nuevos", han polarizado su audiencia bajo la expresión "se metieron con la generación equivocada", buscando conectar con los jóvenes y diferenciarse de los partidos y políticos tradicionales.
Hace unos días Jorge Álvarez Maynez, aspirante presidencial del Partido Movimiento Ciudadano, junto con el gobernador de Nuevo León, Samuel García, apareció en un video en estado de ebriedad, desafiando con actitud altanera al Instituto Nacional Electoral y un político "de los viejos". Aunque se autoproclaman como los líderes de la nueva forma de hacer política, listos para desmantelar el statu quo, las acciones del "presidenciable" menos conocido nos obligan a replantear si, en lugar de encarnar la promesa de un liderazgo renovador, realmente representan "la generación equivocada" para llevar las riendas del país. Este desliz, marcado por la falta de madurez y de estrategia nos hace pensar que ser diferente no garantiza ser mejor.
Cada acción en una campaña debería responder a un objetivo estratégico claramente definido. Aunque eventualmente Maynez rectificó públicamente y se activó un equipo de crisis intentando minimizar las publicaciones negativas, en términos de su reputación, este es el incidente con mayor volumen de conversación dentro del ecosistema digital. A largo plazo, estos errores erosionan la confianza pública y comprometen la legitimidad y la fe del electorado.
El éxito de una campaña depende de la claridad de los objetivos, un profundo entendimiento del electorado, un mensaje que conecte con los diferentes segmentos, comunicación efectiva y la capacidad para adaptarse a los cambios. La nueva política debe basarse en un liderazgo responsable y tácticas bien pensadas para asegurar la confianza y credibilidad ante el electorado.
La improvisación no puede ser la estrategia en un proceso electoral. Es indispensable emplear una metodología que permita analizar la posición del aspirante en relación con los objetivos y adversarios. Y desarrollar un plan que sirva de guía, que sea medible y flexible.
Para quienes aspiran a gobernar, la política debe ser más que una carrera hacia el poder; debe ser una vocación de servicio, guiada por la visión y el compromiso con el bienestar colectivo, donde los electores deben exigir transparencia y responsabilidad. El voto no es solo un derecho, sino también una herramienta capaz de cambiar el paisaje político hacia uno más honesto y eficaz.
La integridad y la estrategia son esenciales para el progreso democrático. Siguiendo principios éticos y una planificación cuidadosa, podemos avanzar hacia una gobernanza efectiva y ética. Como dijo Martin Luther King Jr., "La verdadera medida de un hombre no se ve en momentos de comodidad y conveniencia, sino en momentos de desafío y controversia." La nueva política enfrenta este desafío, y su éxito dependerá de su capacidad para dejar una huella de integridad y liderazgo efectivo.
Consultor en Comunicación Política (Compol) Experiencia en Campañas Políticas en México y Extranjero Enfoque en Comunicación, Medios y Marketing DigitalConéctate conmigo:
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