La última de AMLO
En unas horas más, el Presidente Andrés Manuel López Obrador estará en su última visita a Tamaulipas.
Lo hará a la ciudad de Matamoros junto con la presidenta electa Claudia Sheinbaum y varios de los secretarios del gabinete actual.
Uno de los objetivos principales es rendir homenaje a Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un revolucionario y periodista tamaulipeco cuyo legado permaneció en el olvido durante décadas.
Junto con el gobernador Américo Villarreal Anaya, el Presidente va develar una escultura del revolucionario, originario de la ciudad de Matamoros.
Sin embargo, más allá de este acto de justicia que ha presumido López Obrador, para Tamaulipas es muy significativo que a siete días de que termine su sexenio, visite nuevamente esta tierra de alternancia.
Desde el inicio de su administración, López Obrador mostró un compromiso especial con Tamaulipas, reconociendo su potencial y la necesidad de cambiar la narrativa de décadas de malos gobiernos.
Apenas nueve días después de que el Doctor Américo Villarreal Anaya asumiera como gobernador, el presidente llegó a Tamaulipas y aseguró que el pueblo había demostrado ser un ejemplo de democracia, anunciando que regresaría con todo su gabinete para reforzar el apoyo a la nueva administración.
Y así fue. Ocho días después, el presidente volvió con todo su equipo para presentar el Plan de Apoyo a Tamaulipas, un proyecto integral que reflejó la visión del presidente sobre un estado que, a pesar de las adversidades, nunca dejó de luchar por un futuro mejor.
La cercanía y respaldo del presidente no solo se limitaron a palabras. Su visión de un Tamaulipas con mucho potencial, clave para la economía de México debido a su vecindad y relación con Texas, se materializó en importantes proyectos de infraestructura, como la aprobación de nuevos puentes fronterizos en colaboración con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
El homenaje a Catarino Garza en Matamoros no es solo un acto simbólico, sino un recordatorio del lugar especial que Tamaulipas siempre ocupó en el corazón de López Obrador. Su legado en el estado es innegable: más seguridad, más oportunidades económicas y un reconocimiento constante al valor y la determinación del pueblo tamaulipeco.
En un país que durante mucho tiempo les dio la espalda, el presidente vio en Tamaulipas un estado de esperanza, de lucha y de transformación.
Ahora habrá que esperar a que Sheinbaum, continúe con esa dinámica que ganó Tamaulipas en los últimos dos años, porque a pesar de que existen muchos elementos heredados, la Presidenta electa tiene otra visión de México y en particular de esta entidad.
Lo que quedó muy claro, fue el afecto personal que tiene López Obrador por el mandatario Tamaulipas y muchos de los recursos y acciones que se hicieron en la entidad, fue por el palomazo que dio el gobierno federal.
En el escritorio quedan muchas obras que se van a realizar con el gobierno federal y la mayor parte de los recursos económicos van a llegar de la Secretaría de Hacienda.
De tal suerte que, habrá que esperar como responde el gobierno de Claudia Sheinbaum y no solo en materia infraestructura, también en materia económica y en seguridad.
Particularmente en este último renglón, porque lo más criticado del sexenio de AMLO, ha sido su rezago en materia de seguridad y justicia.
Por cierto que en el Congreso Nacional de Morena, la Presidenta electa dictó el decálogo a la nueva dirigencia y de entrada pidió evitar la división interna y madurar la unidad hacia el interior y exterior del partido.
Vaya tiempos que va enfrentar la Presidenta Sheinbaum en los próximos años y en especial cuando vengan las primeras elecciones federales y locales, sobre todo porque tendrá en Morena, la herencia de López Obrador.
"No es trivial la unidad que hemos logrado, miren otros movimientos en el resto del mundo, y vean a la derecha, en una división interna sustentada en el incumplimiento de pactos sin escrúpulos. No apostemos nunca a la división interna, jamás", lanzó la Presidenta electa.
También les pidió no hacer parafernalia del poder y no caer en el consumismo, por considerarlos vicios de otros regímenes.
"Comportarse con honestidad y sencillez, la parafernalia del poder es el pasado de corrupción y de privilegios, no caigamos nunca en la frivolidad, en el consumismo, en la ambición por el poder y el dinero",
Pero además, dentro de este decálogo, pidió que los gobiernos morenistas mantengan la austeridad; evitar la colusión con la delincuencia organizada; y en décimo, evitar el clasismo y el machismo, habrá que ver si esto último lo respetan los morenistas.