Columnas - Jorge Díaz-Cardiel

Las ´big tech´ sacan partido de las veleidades de Trump

  • Por: JORGE DÍAZ-CARDIEL
  • 26 JUNIO 2025
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Las ´big tech´ sacan partido de las veleidades de Trump

Pese a los aranceles, la incertidumbre y los cambios de decisión del presidente, los gigantes tecnológicos mejoran sus resultados

El presupuesto de Defensa de EE UU en 2025 es de 1 billón de dólares americanos, equivalente al PIB español. Las primeras firmas en presentarse a concursos públicos (y ganarlos) fueron Palantir y Anduril, reminiscencias de El señor de los anillos y firmas tecnológicas de Silicon Valley. Cuando aviones de combate protegen el espacio aéreo de Washington, tras los ataques ordenados por Trump a las instalaciones nucleares iraníes, es oportuno recordar que las guerras, hoy, son más high-tech que nunca.

Desde siempre, el sector tecnológico estadounidense ha estado fuertemente vinculado a la defensa. Trump despertó dudas en campaña electoral sobre la continuidad de esta tradición, dado su mensaje antibelicista, que criticaba por igual a Bush y Obama, por las guerras de Irak y Afganistán. La salida de Estados Unidos de Afganistán no pudo ser más ignominiosa y peor gestionada por Biden. Mucho peor que la huida de Saigón de 1975, a pesar de las promesas de Biden en sentido contrario.

Leon Panetta, secretario de Defensa con Obama, defendió el domingo la decisión de Trump de atacar a Irán, en CNN con Wolf Blitzer: "No tenía otra alternativa". El sector tecnológico, las big tech, no lo ven en blanco y negro, e intentan sacar oportunidades del gris, que es el color en que se maneja Silicon Valley, desde que Trump es presidente.

Los líderes de las principales empresas tecnológicas asistieron a la toma de posesión de Trump. Esperaban sacar réditos de su acercamiento a un presidente al que rechazaron en 2016 y 2020. No en 2024-25, con Elon Musk (Tesla, Neuralink, X, xAI, SpaceX) protagonista de los Gabinetes de Trump. Mark Zuckerberg (Meta) se declaró más trumpista que Trump. Y Jeff Bezos (Amazon), Sundar Pichai (Alphabet), Satya Nadella (Microsoft), Tim Cook (Apple), Henseng Huang (Nvidia), Su Lisa (AMD) y tantos otros que acompañaron a Trump en su viaje a Oriente Próximo (Emiratos, Arabia Saudí, Qatar) y firmaron contratos de inteligencia artificial (data centers, infraestructura, chips) por 200 billones de dólares.

El consorcio Stargate estrenó el día 23 su primer data center en Texas, fruto de la unión entre Oracle (Larry Ellison), SoftBank (Masayoshi Son) y OpenAI (Sam Altman), que al día siguiente de la ceremonia de toma de posesión de Trump comprometieron inversiones en infraestructuras de inteligencia artificial de medio billón de dólares, como Nvidia y Apple, entre otros. Estás inversiones prometidas sirvieron a Trump para sacar pecho del triunfo MAGA y la vuelta de la fabricación al país. Entonces, Trump lanzó la primera bomba: los aranceles, en abril. La segunda fue lanzada la madrugada del domingo 22: 16 bombas, en tres localizaciones nucleares de Irán (Natanz, Ferdow e Isfahan). El sector tecnológico superó con éxito la primera y es bastante optimista respecto a la segunda.

Al final del primer semestre del año, las empresas TIC americanas presentaron cuentas excelentes: el 90% de las firmas del Standard&Poor´s 500 y del Nasdaq aumentaron beneficios un 13% de media. Las big tech crecieron mucho más, con Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Nvidia, Meta y Apple batiendo récords. Tesla, con Elon Musk missing in action (perdido en combate), recortando costes en el Gobierno, vivió su peor semestre de la historia. La pérdida de subvenciones al vehículo eléctrico fue la gota que colmó el vaso del romance Trump-Musk, amigos de conveniencia durante un rato; enemigos durante unos minutos y extraños por el momento. Musk vuelve a sus negocios, para ponerlos en orden.

A pesar de los aranceles, de la incertidumbre y de los cambios de decisión de Trump, Microsoft, Amazon y Alphabet ganaron mucho más, por dos fuentes de ingresos: el negocio de la nube (Azure, AWS y Google Cloud, respectivamente) y los negocios de siempre: software, retail ecommerce y publicidad online. Igualmente, Meta y YouTube-Google, con publicidad online en sus redes sociales, y Apple con la venta de iPhone. La diferencia de percepciones por parte del mercado no vino del incumplimiento de las expectativas de los analistas, que fueron superadas, sino por las previsiones de futuro.

Microsoft, Alphabet y Meta mejoraron sus previsiones para el año y anunciaron más inversión en infraestructura de IA: 75.000 millones de dólares este año es la media aritmética de la inversión de cada firma. Sus acciones subieron. En cambio, Andy Jassy (Amazon) y Tim Cook (Apple) dijeron que no se atrevían a predecir el futuro, en referencia a sus resultados empresariales. Ambos hicieron referencia a lugares comunes, como la "incertidumbre, volatilidad, cadenas de suministro, aranceles, China", etc. A pesar de sus excelentes resultados en el primer y el segundo trimestre de 2025, la falta de certidumbre en el futuro les penalizó en Bolsa. Nvidia fue la última en presentar unos resultados tan lustrosos y expectativas de futuro tan halagüeñas que levantaron la acción de todo el sector.

Trump ha abierto las puertas del presupuesto del Pentágono a Silicon Valley. Cisco y Salesforce han ganado buenos contratos con su Administración. No hay restricciones a la inteligencia artificial (anuladas las de Biden) y las criptomonedas, NTF y otras veleidades, de las que abiertamente se beneficia la familia del presidente.

Marco Rubio, secretario de Estado, no oculta su disgusto por el ataque a Irán, que no deja lugar a la diplomacia. Pete Hegseth, secretario de Defensa, no piensa mucho y repite el argumentario del presidente. J. D. Vance, vicepresidente con Trump y procedente de Palantir, se sonríe, quizá pensando en las palabras del director de cine y veterano de Vietnam Oliver Stone: 

"Las guerras pueden ser muy rentables para ciertas empresas".



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