Los últimos priistas
Otrora un partido hegemónico, el PRI sólo queda en bastiones rurales, donde la pobreza ha aumentado.
Hasta hace apenas 8 años, el PRI gobernaba a la mayoría de los mexicanos a nivel estatal y controlaba la presidencia. Junto con su aliado, el Partido Verde, dominaba en el 61% de los distritos federales y era la mayoría más grande de ambas Cámaras. El mapa estaba teñido de verde.
Hoy cuesta trabajo encontrar al PRI en un mapa. Solo hay dos gobernadores priistas que gobiernan apenas al 4% de la población. A nivel federal, el PRI solo ganó nueve distritos y todo indica que su bancada, en diputados, será menor que la del Partido Verde y apenas superior a la de Movimiento Ciudadano.
Los últimos priistas son una reliquia del sistema de partidos mexicano. Me di a la tarea de encontrarlos con datos. Para ello realicé un modelo estadístico que identifica qué variables se asocian con la existencia de priistas en 2024. Se considera que alguien es priista cuando en la elección presidencial votó por Xóchitl Gálvez marcando el recuadro del PRI y ningún otro.
Las enseñanzas del análisis son varias.
Bastiones
Los priistas son de bastiones. Se mantienen a base de liderazgos locales a los cuales les son muy leales. Los últimos priistas están sobre todo en Coahuila, Durango y partes del Estado de México. Los últimos priistas viven en ciudades como Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras y Acuña, todas en Coahuila, pero también viven en Lerdo, Durango. Dentro del Estado de México, los últimos priistas habitan en Almoloya de Juárez y Atlacomulco, así como al sureste del Nevado de Toluca, en municipios como Zumpahuacán y Xalatlaco.
El PRI perdió a las clases bajas
Hasta 2018, el PRI era un partido exitoso entre los votantes de bajo nivel socioeconómico. En 2024 eso cambió. Los votantes de bajo nivel socioeconómico migraron a Morena y ahora el PRI se distribuye casi de manera homogénea entre distintos niveles de ingreso. Incluso, en algunos de mis modelos ya se encuentra que los porcentajes de votación del PRI son menores en municipios con poco nivel de pobreza.
El PRI se mantuvo en zonas en decadencia económica
Si bien los priistas no habitan las zonas más pobres, sí habitan zonas que se han empobrecido. Ambas variables son diferentes porque el empobrecimiento es relativo y puede suceder tanto en municipios pobres o ricos. Durante el sexenio de López Obrador, la pobreza disminuyó de manera muy importante, pero no lo hizo en todos lados. En lugares como Atotonilco (Jalisco), Villa de Cos (Zacatecas) y Tepezalá (Aguascalientes), donde la pobreza y la carencia en acceso a la salud aumentó, el voto por el PRI se mantuvo en niveles elevados. Los últimos priistas habitan donde el sexenio de López Obrador observó aumentos en pobreza.
Ruralidad
El voto con el PRI se asocia con la ruralidad. Los últimos priistas suelen vivir en lugares como Tepehuacán (Hidalgo), Saín Alto (Zacatecas) o Guadalupe y Calvo (Chihuahua), espacios mayormente rurales o ciudades pequeñas.
Al PRI no le gusta el PRI-PAN
Cuando los priistas dejan de serlo, su opción más común es votar por Morena, casi nunca por el PAN. El 66% de las secciones que el PRI ganó en 2018 fueron ganadas por Sheinbaum en 2024. En cambio, solo 7% fueron ganadas por el PAN, 16% por el PRI y 8% por Movimiento Ciudadano.
En general, el modelo indica que los últimos priistas viven fuera de las principales urbes, en lugares donde la política social y laboral del sexenio no fue exitosa, pero que tampoco son las zonas más pobres del país. Los gobernadores priistas parecen tener todavía mucha capacidad de movilización. Por supuesto que hay muchos priistas de distintos tipos, sin embargo, no cabe duda que muchos de ellos comen cabrito y les gusta escuchar al gran Ramón Ayala.