México y su política exterior feminista
Este gobierno de la Cuarta Transformación se edificó sobre dos pilares fundamentales. Uno de ellos es el Humanismo Mexicano, el cual es una síntesis entre valores universales como la dignidad, la autonomía y la libertad de las personas y los principios éticos que nos dejaron los procesos revolucionarios de nuestro país. El otro pilar es el feminismo, por lo que la perspectiva de género, la igualdad en todos los ámbitos de la vida, la justicia social, la interseccionalidad y la sostenibilidad ambiental han sido la constante durante los últimos seis años, tanto al interior de nuestras fronteras como en nuestro rol en el concierto internacional. La Cuarta Transformación es, por tanto, profundamente humanista y feminista.
Todo esto viene al caso porque del 1 al 3 de julio México albergará la III Conferencia de Políticas Exteriores Feministas: Soluciones para un mañana (III CoPEF). Será un encuentro entre más de 40 países, organismos internacionales, sociedad civil y la academia para tejer acuerdos en torno temas como el desarrollo, la construcción de paz y seguridad, innovación y tecnologías, juventudes y una nueva gobernanza global feminista. Como en 1975, cuando fuimos sede de la trascendente Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, este año nuestro país se posiciona de nuevo a la vanguardia del feminismo internacional, como lo relata nuestra canciller Alicia Bárcena en un brillante artículo el jueves pasado en Milenio.
Por eso es importante que la Política Exterior Feminista (PEF) de México sea de las más integrales que existen de acuerdo con el International Center of Research on Women (ICRW), por impulsar temas como los cuidados, derechos de los pueblos indígenas, combate al cambio climático, empoderamiento económico de las mujeres, entre otras agendas que hoy están en el centro del interés mundial. Porque así tendremos la oportunidad de contribuir con el avance de los derechos de las mujeres en otros países, ya que la III CoPEF permitirá compartir e intercambiar buenas prácticas y experiencias con el propósito de generar sinergias hacia la Cumbre del Futuro que será en septiembre próximo, donde se firmará el Pacto por el Futuro.
De la misma manera, durante estos tres días de julio aprenderemos desde otras latitudes cómo continuar conquistando más derechos para las mujeres mexicanas hasta que la igualdad sea una realidad. Porque no habrá futuro posible sin la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida y este es un principio que compartimos en Inmujeres, la ONU Mujeres y la Secretaría de Relaciones Exteriores al organizar esta III CoPEF. Nuestro mayor deseo es que este encuentro logre articular una gran red global feminista, donde las políticas exteriores de los países sean una extensión de sus políticas interiores y esto contribuya de forma contundente con el avance de las agendas de las mujeres en todo el planeta.
Por eso, desde el Inmujeres del Gobierno de la Cuarta Transformación llevamos con mucho orgullo nuestra PEF a todos los espacios en que participamos. Así lo hicimos recientemente en Ginebra, en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT donde participamos con el tema de los cuidados y el trabajo decente. Porque tenemos la convicción de que la PEF es una herramienta para transversalizar la perspectiva de género de manera integral, ya que es el resultado del feminismo que se da en las calles, en el territorio, donde muchas veces tarda en llegar lo que ocurre en el espacio internacional.
México tiene tradición de ser una voz progresista en el ámbito multilateral, lo cual se ha fortalecido en esta administración y así seguirá durante el segundo piso de la transformación humanista y feminista, lo cual es fundamental ante los retrocesos que hay en el mundo, donde derechos ya conquistados se encuentran bajo amenaza, como el derecho al aborto. Por eso participaremos con mucho orgullo en esta III CoPEF que no solo beneficiará a las mujeres y niñas dentro y fuera de nuestro país, sino que permitirá la creación de sociedades más justas y prósperas en todo el mundo.
