Navidad es más
Recuerdo un episodio trágico – cómico que me ocurrió hace algunos años. Un domingo en la noche me dijo mi esposa que me iba a poner en una bolsa unos tamales para que almorzara en el trabajo. Así que al día siguiente, puse en mi lonchera todo lo que consideré que necesitaría para poder disfrutar mis tamales. Puse los cubiertos, una salsa bien sabrosa, un yogurt para beber para acompañar los tamales, etc.
Cuando llegué al trabajo me disponía a saborear mi suculento almuerzo, y entonces me di cuenta de que llevaba todo lo necesario… menos los tamales. Se me había olvidado la bolsa con los tamales. Me concentré tanto en lo importante, que olvidé lo esencial. Ésa fue la parte cómica. La parte trágica fue que estuve con hambre toda la mañana.
A veces en navidad nos puede ocurrir algo parecido. Nos concentramos tanto en cosas que ciertamente son importantes para crear un ambiente bello y armonioso (los adornos, las viandas, los regalos…) que nos olvidamos de lo esencial. Navidad es más, mucho más que eso.
Navidad es más que los cantos y villancicos que entonamos en estos días. Es llevar el mensaje de la paz de Cristo a los corazones que lo necesitan. Enfermos del cuerpo y del alma anhelan recibir una palabra que les dé aliento y fortaleza para seguir adelante.
Durante su ministerio terrenal, Jesús buscó a los desamparados y les brindó alivio, sanó las enfermedades, fortaleció los corazones. Navidad es una buena época para recordar que en este tiempo, Cristo sigue buscando llegar a los que desfallecen, pero hoy nos da la oportunidad de contribuir en esta obra. Nos da la oportunidad de convertirnos en sus manos y sus pies para llegar a aquellos que lo necesitan. Entonces, alabemos, sí, a Cristo con nuestros cantos, pero ayudémosle, con esas mismas voces, a llevar alivio y amor a sus hermanos más pequeños “Pues en cuanto lo hicisteis a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
Navidad es más que los deliciosos platillos y las exquisitas viandas que se preparan en esta época del año. Navidad es entender que, más importante que lo que ponemos en la mesa, es la unidad y el amor de los que se reúnen alrededor de esa mesa, pues navidad es unión familiar.
Al aceptar venir en las condiciones más humildes y después pagar el precio de un enorme sacrificio, Jesús seguramente fue alentado por el hecho de saber que todo eso serviría para que nosotros, sus hermanos, tuviéramos la oportunidad de formar familias con las que seríamos felices, y poder perpetuar esa unión por tiempo y eternidad.
Por eso, una muestra de gratitud a Él por todo lo que hizo, y uno de los mejores regalos que podemos darle en su cumpleaños, es esforzarnos por ser felices y hacer felices a nuestra familia. Y si hay algo que nos lo impida, trabajemos en hacerlo a un lado.
Si debemos perdonar, perdonemos de corazón.
Si debemos ayudar, hagámoslo con alegría.
Si se requiere ser pacientes, hagámoslo con bondad y comprensión.
En ninguna parte lo dice, pero es muy probable que uno de los últimos consejos que se nos hayan dado en el cielo, antes de venir aquí, haya sido éste: “Ve, vive con valor, y vuelve a casa con alegría, trayendo contigo a tu familia”.
Navidad es más que las luces navideñas y las decoraciones con que adornamos nuestras casas y pinitos durante estas fechas. Navidad es recordar a la mayor luz que ha existido en el mundo desde que fue creado. Navidad es recordar que las tinieblas han quedado atrás, pues la luz de Cristo ilumina toda la tierra, e igualmente Él puede desterrar las tinieblas de nuestro corazón, si es que las hay.
Navidad es recordar que Cristo puede vivir en todo corazón que con sinceridad lo busque; Él puede habitar en todo corazón anhelante, y darle la paz de la esperanza.
Navidad es más que los regalos que colocamos bajo el pinito. Navidad es entender que hubo un plan creado en los cielos por un amoroso Padre Celestial que quería la felicidad para todos sus hijos.
En aquella morada celestial, todos nosotros convivíamos como una familia con ese Padre amoroso, y teníamos un hermano mayor al que también amábamos de manera especial. Seguramente él nos cuidaba y protegía y también nos aconsejaba cuando lo necesitábamos.
Entonces un día, el Padre nos reunión a todos y nos mostró Su plan. Vendríamos a la Tierra, recibiríamos un cuerpo, seríamos probados, y lo mejor de todo: Ese hermano mayor que tanto amábamos, también estaría aquí para nosotros. Nacería también como un niño y también acá, nos seguiría dando su amor, protección y consejo. Sería para nosotros acá en la Tierra, como lo era en el cielo, la mejor muestra de amor que el Padre nos daría, y al final, nos ayudaría a volver a casa, al hogar celestial. Por eso, en esta navidad, consideremos a Cristo, nuestro hermano mayor, el mejor regalo que podemos tener en estas fechas.
De todo corazón, les deseo a todos ustedes una nochebuena especial, y una feliz navidad. Y si creen que el compartir este mensaje en su cena de nochebuena podría ayudar a disfrutar más la convivencia familiar, adelante, nada me daría más gusto. Que Dios los bendiga siempre.
jesus_tarrega@yahoo.com.mx
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