Otra carta llega desde el más allá de Honus Wagner a Miguel Cabrera
Mi apreciado Miguel:
Quizá me conozcas sólo porque mi barajita, que apareció a comienzos del Siglo XX en cajas de cigarrillos, ha llegado venderse por seis millones 600 mil dólares, debido a que prohibí su circulación y hay una sola conocida hasta hoy
Pero además de eso, he sido considerado el mejor shortstop de la historia, durante más de cien años, ya que jugué entre 1897 y 1917. Fui también buen bateador, con promedio de 328, 101 jonrones, casi todos dentro de los parques como eran los de la época, y mil 732 impulsadas.
Ahora, el motivo de esta carta eres tú y no yo. Porque algunos hablan más de tu posibilidad o seguridad al Hall de la Fama de Cooperstown, que de tu brillante carrera. Creo que Albert Pujols y tú han sido tremendos bigleaguers. De esos peloteros que son el motivo por el cual nuestro juego en Grandes Ligas, ha tenido más de Siglo y medio de exitosa vida.
Te admiro tu reservada actitud en cuanto a tus posibilidades de ser elevado a la gloria de ese Museo. Por supuesto que lo has comentado más de una vez, pero solo entre familia o amigos muy de confianza, nunca públicamente. Eso es clase, según mi manera de ver las cosas.
Te informo que fui elegido para el Hall de la Fama la primera vez que hubo elecciones, en 1936, hace ha 87 años. Me eligieron junto con Babe Ruth, Christy Mathewson, Walter Johnson y Ty Cobb.
Nos eligieron tan temprano, que aún no habían construído el Hall de la Fama.
Sí, el Hall de la Fama no existía. Pero comenzaron la construcción y la elegante casa fue inaugurada en 1939. Como cada año elegían a varios, fuimos 26 los que recibimos los nichos aquella vez.
En 1937 habían elegido a Nap Lajoie, Tris Speaker, Connie Mack, John McGraw, Cy Young, Morgan Bulkeley, Byron Johnson, George Wright.
En 1938, Alexánder Cartwright, Henry Charwick y Grover Cléveland Alexánder.
Y en 1939, Eddie Collins, Willie Keeler, George Sisler, Lou Gehrig, Adrian (Cap) Anson, Buck Ewing, William Arthur (Candy) Cummings, Charles Radbourn, Charles Comiskey y Albert Goodwill Spalding.
¿Se siente bien uno siendo miembro del Hall de la Fama de Cooperstown?
Por supuesto que sí. Es un honor. Uno pasa a ser inmortal. Pero lo mayor es cómo de exagerado le alimenta eso el ego a uno.
Cuando estaba en aquel mundo que ustedes llaman Más Acá y que para nosotros es el Más Allá, oía a menudo la pregunta: "¿Cuánto te dan en dinero por estar en el Hall de la Fama?".
Por supuesto que nada. Pero el ego está robusto.
Bueno, amigo Miguel, te deseo todo lo bueno que sea posible, ahora y siempre y que seas elegido para Cooperstown en la primera oportunidad. Más de un abrazo... Honus.
jbeisbol5@aol.com
@juanvene5