Otra carta que llega desde el Más Allá.- DE FRANK RÓBINSON PARA JIM PALMER
Coral Gables, Florida (VIP WIRE). Mi apreciado Jim: Te escribo porque estoy horrorizado. Cuando ví, este fin de semana, los uniformes negros de nuestros Orioles, creí que eran visiones. Me examiné a ver si estaba borracho y, finalmente, busqué a Earl Weaver.
Él estaba aún más atolondrado.
Wever y yo, como todos loas de este Más Acá que Uds. llaman Más Allá, lo vemos todo y lo sabemos todo.
Weaver no se incomodó porque a alguien se le ocurriera tal barrabasada, pero sí estaba furioso, porque el mánager, Brandon Hide, lo permitiera. Dijo que, si lo hubieran intentado cuando él era nuestro mánager, habría quemado todos los uniformes sobre la lomita para que el público los viera.
Pero tú sabes, Jim, ésta es una época de desorden y de abusos. ¿Te imaginas si alguno de nosotros hubiera intentado usar para el juego, zapatos de un color tan femenino como el rosado? Ahora los peloteros los usan, con pasos de niñas juguetonas.
Me parece una burla al fanático mucho de lo que exhiben los peloteros en estos días. Pero lo de esos uniformes, todos negros, es el colmo de los colmos.
Weaver y yo nos preguntamos: ¿quién se murió?. Porque eso parece un luto de los que llaman "rigurosos".
Recuerdo que, en nuestros días, si moría algún allegado al equipo, nos ponían un lacito negro en la manga izquierda y ya.
Todos de negro esos Orioles 2023, parecen unas urnas traviesas que trataran de bailar empinadas sobre la tierra. Y si uno los ve jugar desde las alturas de un avión o un helicóptero, puede confundirlos con una manada de samuros.
Tan bonito y varonil que es el color original del equipo, ese naranja profundo que tiene sabor a beisbol.
Sabemos Weaver y yo que todos los de nuestra época están aterrorizados. Hay que ver con qué cuidado y esmero nos uniformábamos, especialmente él, nuestro mánager, y Boog Powell, Mike Cuellar y Luis Aparicio.
Oía a periodistas decir que les agradaba ir a nuestro clubhouse antes de los juegos, sólo para ver cómo se uniformaba Aparicio. ¡Ver a Luisito uniformarse era un espectáculo!.
Ver ahora a estos muchachos vestirse de todos de negro, es una lástima.
Pero publicaron por ahí que tanta negrura "pretende rendir homenaje a los numerosos vecindarios de la ciudad".
Tontería más grande no podían publicar, porque Báltimore no es una ciudad triste. Es muy alegre, con su ambiente de puerto abierto al mundo, sus restaurantes especializados en cangrejos y la afición frenética por el jaz.
El negro es un gran color para muchas cosas, pero no para vestir peloteros.
Son muy elegantes un par de zapatos negros, un maletín negro o un sombrero negro.
Pero no yo, uniformado de negro.
Un abrazo, Frank.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
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@juanvene5