Según el INEGI, seguimos siendo una ciudad insegura
Con toda sinceridad he de decir que este tipo de apuntes son de los que no me gusta abordar, pero la cruda realidad lo obliga; hacerle al avestruz es lo peor.
Lo digo porque en la última medición del INEGI sobre la percepción ciudadana en cuanto a seguridad pública, dos municipios tamaulipecos aparecieron en ese ranking: Tampico, entre las diez ciudades en donde la gente se siente segura, y nuestra madreada Reynosa entre las diez en donde el ciudadano experimenta inseguridad, que a como se están poniendo las cosas, ya hasta en el domicilio cuando oscurece hay zozobra.
De veras, no merecemos este desaprecio de parte de las autoridades. Esta ciudad produce muchos empleos, es la que más genera en ese rubro en todo Tamaulipas y por lo mismo le ingresa muchos recursos vía impuestos, lo mismo federales que estatales, como también al municipio que, tradicionalmente, administración tras administración el destino que se le da a los derechos de piso que se cobra a los vendedores ambulantes y puestos fijos y semifijos, es el secreto mejor guardado. Baste decirle que en la página del ayuntamiento no encontrará información relativa al número de vendedores ambulantes y vendedores semifijos y, lógicamente, tampoco el monto de esos ingresos.
Quienes andan en ese giro calculan que deben ser algunos cinco mil ambulantes y puestos semifijos y ese cálculo es a ´ojo de buen cubero´, lo posible es que todavía sea más y a 70 pesos diarios cada uno, agarre la calculadora porque estamos hablando de 350 a 400 mil pesos diarios y ahí sí que no hay quien se escape. Aparte hay otros ingresos, como el predial y los derechos que cobran por los servicios que prestan en tesorería y en otras secretarías, como la de Obras Públicas o la del Ayuntamiento.
Entonces, también a la autoridad local el reynosense le aporta su buena lana y ¿qué recibe a cambio?, una ciudad con baches, fugas de aguas negras, con agua potable insuficiente, así como el servicio de alumbrado y no se diga el de limpieza. Y el colmo, que ya ni en la casa se siente uno seguro.
De ahí, lo que he venido apuntando en este espacio, que me resulta descabellado, que CARLOS PEÑA ORTIZ esté pensando en la reelección. Sería toda una mentada de madre que el MORENA permitiera tal cosa.
Reynosa no tiene la culpa de que el Makiato que ya tiene más de siete años de maltratar la ciudad y a sus habitantes, aun así, no han llenado y buscan otros tres años más, que por cierto me dijeron que el hijo de Maki a manera de argumento para la reelección promete no volver a intentar ser presidente municipal.
Me parece que es lo único que le han de haber creído pues con tres años que esté fuera del poder será suficiente para que nadie lo recuerde por esta ciudad y además, lo primero que hará es irse hacia Mission y después quien sabe a dónde, pero eso sí, no se le volverá a ver por las calles de Reynosa, simple y sencillamente porque es una ciudad por la que no siente afecto. No tiene amistades ni familiares por este rumbo, se crió en el extranjero desde la adolescencia y regresó para venir a ocupar la presidencia del DIF municipal, en donde le agarró el gusto por el servicio público y luego se encaramó en el palacio municipal, en donde está muy encariñado, pero solamente con las ventajas que da el poder, no con la obligación.
Y pasemos a otro tema, porque de veras deprime que Reynosa esté entre las diez ciudades más inseguras del país.
Y transcurrió sin pena ni gloria la protesta de los empleados del Poder Judicial, porque los diputados les cancelaron los fideicomisos con los que les cubrían prestaciones laborales.
Me parece que en ese pleito los ministros de la Suprema Corte de Justicia van a terminar bailando. Sucede que lo mismo jueces que magistrados y ministros no gozan propiamente del aprecio ciudadano.
Y regreso al INEGI, que en su medición del pasado mes de septiembre la institución del Poder Judicial tiene una carga negativa entre la población de un 66 por ciento, solamente lo supera la policía de tránsito, una corporación a la que la gente la califica de corrupta en un 63.9 por ciento.
Entonces, si los jueces no gozan propiamente de popularidad van a estar solitos y su alma en el enfrentamiento con el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, qué es con el que están peleando y no con diputados federales y senadores que aprobaron la eliminación de los fideicomisos, que si fue justa o injusta la medida, eso es algo que de momento el columnista no lo puede precisar.
Lo que he leído son las versiones de ambas partes que lógicamente están encontradas, en lo que si no hay duda es en que un promedio de siete de cada ciudadanos consideran como corruptos a los impartidores de justicia y esa fama le va a pesar más que una plancha de acero sobre la espalda.
Por mi parte quiero creer que habrá alguien o algunos que intervengan para que cesen las hostilidades y esos algunos son quienes llevaron a los hoy ministros ante el entonces presidente de México como FELIPE CALDERÓN y ENRIQUE PEÑA NIETO para que tranquilicen a sus recomendados.
Y es que, oiga usted, no les queda a los ministros de la Corte envolverse en la túnica sagrada. Nadie desconoce que llegaron a esos cargos porque en su tiempo los propusieron, a unos, FELIPE CALDERÓN y a otros, ENRIQUE PEÑA NIETO.
Y como lo he apuntado en otras entregas, si ellos hubieran dicho que su ideología era izquierdista, estoy seguro de que nunca hubieran sido propuestos para ministros.
Entonces es lógico y racional suponer que si llegaron a la Suprema Corte de Justicia fue porque los vieron moldeables a los intereses prevalecientes que era la política neoliberal que se aplicó hasta finalizar el sexenio de Peña Nieto.
Por lo mismo también deben atender que una cosa es la independencia desde el punto de vista del dictado de sentencias y otra que puedan hacer y deshacer con el presupuesto que les asignan. Se trata de dinero público y los que representan al pueblo son los diputados que si esos representantes les dicen que le paren a los lujos y derroches va a ser obligada la indicación. Sería un descomunal absurdo como ya lo han comentado abogados en diversos foros, que la Corte estudiar un asunto en el que tienen interés.
Pero bueno, mientras se limiten a protestar sin alterar el orden público no habrá problemas, pues ya incluso podrán suspender labores y como dijo López Obrador jocosamente: "Hacen menos daño si cierran los juzgados", una verdad irrefutable, tomando en consideración que, en la medición del INEGI, siete de cada diez ciudadanos consideran corruptos al Podrá Judicial.
Están solitos y su alma ante un rival que no será buen presidente, pero le repapalotea para la grilla con la consabida perversidad.
Por hoy, BASTA.
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