Suerte del Makito, en manos del gobernador
Es innegable que la suerte política de CARLOS PEÑA ORTIZ está en manos de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, el comandante en jefe de los morenistas tamaulipecos, no porque así lo quiera el gobernador sino por la sencilla razón de que, de acuerdo con las reglas no escritas del sistema político tamaulipeco, los mandatarios estatales marcan el paso de los alcaldes que forman parte del mismo partido.
Los de la oposición son cosa aparte como en su momento lo hicieron GUSTAVO CÁRDENAS GUTIÉRREZ, de Ciudad Victoria y JUAN ANTONIO GUAJARDO, de Río Bravo, con MANUEL CAVAZOS LERMA y FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, con EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES, mientras que MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ, con EGIDIO TORRE CANTÚ y luego con García Cabeza de Vaca.
Sexenios atrás hubo otros casos de alcaldes que por ser de la oposición se le ponían al brinco al gobernador como CARLOS CANTÚ ROSAS, con ENRIQUE CÁRDENAS GONZÁLEZ y JORGE CÁRDENAS GONZÁLEZ, con EMIILIO MARTÍNEZ MANAUTOU, al igual que en nuestra mal querida Reynosa con RAMÓN PÉREZ GARCÍA y ERNESTO GÓMEZ LIRA, con AMÉRICO VILLARREAL GUERRA, aunque en nuestra ciudad ambos jefes edilicios procuraron llevarse la fiesta en paz. Si bien hubo algunos roces, estos obedecieron a las intromisiones del otrora influyente secretario de obras públicas, ANTONIO CARLOS VALDÉS BALBOA. Y para variar los pleitos fueron por el control de la COMAPA.
Pero salvo esos incidentes y que la cordialidad era la característica de Villarreal Guerra, ahí se la llevaron, aunque sin haberse desarrollado obras de significación por las intervenciones del inefable Antonio Carlos, a quien lo traigo sin que lo detecte el radar desde el anterior sexenio. No sé si por la edad es que se retiró o por no encontrar tiempos propicios en el anterior sexenio ni en el actual, que de ser esto último no está para sorprender porque hasta donde se sabe AMÉRICO VILLARREAL ANAYA no ha recurrido al consejo experimentado de quienes fueron colaboradores de su papá, entre ellos Antonio Carlos, pero que independientemente de los asegunes es incuestionable que quienes colaboraron con Villarreal Guerra están en posibilidad de darle buenas opiniones, producto de la experiencia.
No creo que ninguno de ellos tenga intención de regresar al servicio público, pero bueno así son las cosas, no siempre se recurre a los que saben, una experiencia que le disiparía muchas dudas al actual comandante en jefe de los morenistas tamaulipecos en el tema político.
Si platicara con los que saben le dirían que en el sexenio de TOMÁS YARRINGTON éste eliminó a LUIS GERARDO HIGAREDA ADAM, por medio de una orden de aprehensión y si bien en principio el güero intentó evadir el embate de Yarrington mediante el juicio de amparo, al ya no tener suspensión salió del palacio municipal prácticamente escondido y puso pies en polvorosa rumbo a Hidalgo, Texas.
Hay testigos que aseguran que en una jugada de distracción un integrante del ayuntamiento lo sacó por la puerta de escape que estaba a un costado de la tesorería municipal, dejando con un palmo de narices a los agentes de la policía judicial del estado que ya estaban prestos para echarle el guante, algo parecido con lo que hizo CARLOS PEÑA ORTIZ, que según él cuando se aparecieron los ministeriales por la residencia de su abuelita en donde a veces pernocta salió a entretenerlos su jechu, mientras él se escapaba brincando tapias. Hagan de cuenta una aventura al estilo de las de El Chapito.
Pero el tema no es los escapes alcaldicios, sino que cuando el gobernador decide ruede la cabeza del alcalde, es inevitable, aunque sea de la oposición que de esto también hay casos al respecto, pero ni objeto tiene recordarlos.
En pocas palabras, los días de CARLOS PEÑA ORTIZ estarán contados en el momento que el gobernador Américo decida no tolerar situaciones irregulares que afectan la buena marcha del municipio, como el que el Cabildo solape las ausencias del jefe edilicio o bien se preste para que no solicite licencia permitiéndole comparezca a las sesiones vía zoom, que si se justificara se comprendería pero si esas presencias virtuales son para evitar que el alcalde sea detenido, eso se llama obstrucción de la justicia y también los convierte en encubridores, por lo mismo al incurrir en esos hechos los síndicos y regidores, los diputados locales tienen material de sobra para dictaminar la desaparición de poderes en el ayuntamiento y crear en su lugar un consejo municipal.
A esos niveles se están exponiendo síndicos y regidores por querer pasarse de listos y todo para desquitar la chuleta tanto del sueldo como de la jugosa compensación.
Por otra parte considero que el gobernador no debe permitir esas irregularidades. Está dentro de sus facultades intervenir sin que implique violar la autonomía municipal. Estaría exigiendo se respete el estado de derecho, no interviniendo en las funciones de síndicos y regidores.
Lo mismo va para los diputados locales, no es permisible permanezcan impávidos viendo como alcalde y ediles se burlan de la ciudad, de la autoridad judicial que exige se presente ante él el Makito, y de la formalidad para el buen desarrollo de la cosa pública municipal.
Eso también va para los organismos privados que en los últimos años han estado silenciosos salvo uno que otro de sus integrantes como VALENTINA LÓPEZ HERNÁNDEZ y SANDRA GUARDIOLA y CARLOS GÁMEZ CANTÚ, los demás al igual que los mariachis de José Alfredo, han callado.
De veras, parece chiste lo que está pasando en nuestra mal querida Reynosa, pero nomás de entrada. Ya viendo las cosas lo que se dice bien a bien, es toda una burla y hasta sangrienta la de CARLOS PEÑA ORTIZ y sus paleros en el cabildo el que le permitan ausentarse y participar en las sesiones mediante la plataforma zoom.
El gobernador del Estado y los diputados locales, así como los organismos privados, tienen la palabra porque lo que es el joven alcalde ya se está viendo que le va a dar largas al asunto, pero en lo político porque en lo jurídico está como dirían los clásicos del boxeo: mareado y contra las cuerdas.
Al ya no tener recurso de amparo que oponer, no le queda otra más que presentarse ante el juez penal de San Fernando que ya bien podría dictarle una libertad o una prisión preventiva. Lo complicado es si esto último sería con una fianza de por medio o que esté entre los barrotes la sentencia.
Nomás que este asunto es problema exclusivo de él, no tiene relación alguna la presidencia municipal y por lo mismo no debe revolver una cosa con la otra, de ahí las remembranzas apuntadas en esta columna de que la suerte del Makito está en manos del Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
Mientras tanto la ciudadanía espera le pongan remedio a esta anómala situación que de persistir síndicos y regidores en su actitud de obstruir la acción de la justicia ya bien para que no ejecuten la orden de aprehensión en contra del alcalde o para que sigan haciendo como que cumple con su trabajo. En ambos casos, eso amerita la desaparición del ayuntamiento con la consecuente creación de un consejo municipal.
Y por hoy, BASTA.
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