Editoriales - Análisis

Los otros datos

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 12 SEPTIEMBRE 2021
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Los otros datos

Foto: Archivo.

Para los ojos horrorizados de los neoyorquinos, personas cuya capacidad de asombro se ha adormecido por tantos y tan frecuentes eventos cotidianos, entre los que no puede dejarse de lado el hecho de que en un mismo día haya una mañana helada, un mediodía caluroso, una tarde venteada y un anochecer tormentoso, la forma en que cayeron las torres gemelas en el 9/11, no dijo mucho; pero, para aquellos expertos en demolición, la lógica apoyada en la física, dejó muchas interrogantes quizá para siempre.

Como nada puede descartarse en un evento que cambió al mundo y que ha venido aislando al país de la libertad, no resulta ocioso echar una mirada a las conclusiones del organismo denominado Científicos por la Verdad sobre el 11 de Septiembre» (Scholars for 9/11 Truth), que ha llegado a una deducción cuando menos técnica y científicamente creíble, avalada por eruditos de todo el planeta. Dice en su informe que la versión oficial sobre el 11 de septiembre viola los principios de la física y la ingeniería.

Luego de hacer cálculos y simulaciones en modelos a escala y equipos cibernéticos de alto nivel, el grupo de expertos ha explicado que los impactos de los aviones y los incendios resultantes no podrían haber debilitado los edificios lo suficiente como para iniciar un colapso catastrófico y que los edificios no se habrían derrumbado por completo, ni a la velocidad que lo hicieron, sin el uso de alguna energía adicional para debilitar sus estructuras. No niegan los ataques terroristas; pero, dicen que fueron parte de un plan mayor que involucra poderosos intereses y estrategias políticas y geopolíticas a largo plazo. 

Recapitulando sobre los hechos, a las 08:46:30 am, el vuelo 11 de la American Airlines, cargado con 38 mil litros de combustible impactó entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte del World Trade Center a una velocidad estimada de 650 kilómetros por hora. Mueren instantáneamente sus 93 ocupantes más un número indeterminado de personas que estaba en la torre. A las 10:28 am se desploma la torre, tras resistir una hora y 42 minutos desde el ataque. Quedan ruinas, humo y polvo que se ven desde el espacio extraterrestre.

Dieciséis minutos después del primer impacto, a las 09:02:59 am, el vuelo 175 de la United Airlines choca contra la Torre Sur, entre los pisos 77 y 85 a más de 800 kilómetros por hora. En el choque fallecieron los 64 ocupantes del avión y un número indeterminado de personas que estaban en el edificio. 56 minutos después se desploma la torre sur del WTC. La parte baja de la isla de Manhattan se cubrió de densas columnas de humo y polvo. La Gran Manzana quedó conmocionada y el mundo asombrado.

De inmediato se integró la Comisión Nacional de Estudio de los Ataques Terroristas Sufridos por los Estados Unidos en el 9/11, que rindió su informe final al año siguiente, sin lograr una credibilidad total; por el contrario, empezaron a surgir dudas, algunas con argumentación tan creíble como el criterio de los diez expertos que elaboraron el informe. Es claro que quedaron muchos puntos oscuros y que hubo demostraciones evidentes de las relaciones que sostenían los presuntos terroristas con conocidas figuras de la política, los negocios y los medios de Estados Unidos, inclusive se habló de asociaciones abiertas.

Tal vez la versión con mayores apoyos de la comunidad científica mundial sea la publicada en la revista especializada The Open Chemical Physics Journal, una revista revisada por pares que está disponible gratuitamente en línea. La revisión por pares significa que los análisis y los resultados del artículo han sido revisados y sellados en azul por expertos profesionales. Uno de los nueve autores del artículo, Niels Harrit, profesor asociado del Departamento de Química de la Universidad de Copenhague, dice:

"Este es un avance puramente profesional. Esta es la primera vez que alguien ha demostrado al más alto nivel científico que había explosivos en el World Trade Center". Luego hace una clara exposición.

Los autores han encontrado las características astillas rojas/grises en las cuatro muestras de polvo recolectadas en Nueva York inmediatamente después de los ataques terroristas. La capa roja contiene carbono, oxígeno, aluminio, silicio y hierro en una proporción que, según ellos, es adecuada para la nanotermita. Las astillas son magnéticas. Al mismo tiempo, el descubrimiento ofrece una explicación lógica de por qué las torres de 400 metros de altura podrían chocar verticalmente a una velocidad cercana a la caída libre, a pesar de que estaban sostenidas por estructuras de acero sólidas para resistir.

Harrit expone que: "Las observaciones indican que se ha usado nanotermita, entre otras cosas, y los resultados de nuestros análisis son completamente consistentes con el hecho de que hubo una demolición controlada de las torres. Es posible que la termita no provenga de los dos planos. Al igual que otros explosivos, las nanotermitas deben colocarse correctamente y muy cerca de las vigas de acero que soportan la carga, mientras que la voladura en sí puede controlarse electrónicamente".

Sin embargo, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología concluye en su informe que el metal fundido es, entre otras cosas, aluminio de las dos aeronaves, y que no hay razón para creer que hubiera explosivos o similares en las dos torres. Explican que en el artículo científico, cuentan que una muestra de polvo obtenida de piezas visibles de vidrio y hormigón con un 0,1% de nanotermita. Los autores enfatizan que se necesitan más muestras antes de poder establecer cifras confiables sobre el contenido total del polvo del World Trade Center. 

También se han mencionado los dos edificios debían ser demolidos a consecuencia de los daños estructurales sufrido el 26 de febrero de 1993, cuando una pequeña célula terrorista colocó una camioneta con más de 500 kilos de explosivos en el estacionamiento subterráneo del World Trade Center que dejó seis víctimas mortales y cerca de mil heridos.

Así mismo, el derribo de las Torres Gemelas en Nueva York quitó del calendario la fecha del golpe de Estado en Chile (11 de septiembre de 1973), con el suicidio de Salvador Allende quien nacionalizó la industria del cobre, afectando el interés de las grandes empresas transnacionales. Evento que puso en marcha el proyecto neoliberal que tanto daño ha hecho a la humanidad. 

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