Intenta laredense traficar 500 gramos de cocaína
Una residente de Laredo, de 34 años, ha sido sentenciada por conspiración para poseer con intención de distribuir 500 gramos o más de cocaína, anunció el fiscal federal, Nicholas J. Ganjei
En su casa tenía escondida, aproximadamente, 245 kilogramos de cocaína.
LAREDO, Texas
Una residente de Laredo, de 34 años, ha sido sentenciada por conspiración para poseer con intención de distribuir 500 gramos o más de cocaína, anunció el fiscal federal, Nicholas J. Ganjei.
Cynthia Elizabeth Arellano se declaró culpable el 13 de agosto de 2024.
El juez federal de distrito Keith P. Ellison ha impuesto una pena de prisión de 45 meses, seguida inmediatamente de cuatro años de libertad supervisada. En la audiencia, el tribunal escuchó cómo Arellano utilizó su casa, donde también residían su esposo y su hija de tres años, como escondite para aproximadamente 245 kilogramos de cocaína y 428.411 dólares en ganancias de la droga.
"Las drogas y la violencia suelen ir de la mano, por lo que la idea de usar la casa donde vive tu hija de tres años como escondite es increíblemente peligrosa e irresponsable", dijo Ganjei. "La cantidad de dinero y drogas en su casa demuestra que la acusada era un miembro de confianza de la conspiración, y esa confianza solo se logra con un largo historial de transacciones repetidas. Sabía exactamente en qué se metía y, por extensión, en qué metía a su familia".
En abril de 2024, Cristian Jareth Flores gestionó la venta de un kilogramo de cocaína por 14.000 dólares. Durante la operación encubierta, Juan Antonio Ochoa Saucedo entregó la droga en un establecimiento minorista local.
La investigación reveló que Ochoa-Saucedo recogió el ladrillo de cocaína de Arellano en su residencia y que lo había hecho en ocasiones anteriores.
La policía ejecutó una orden de allanamiento en la casa de Arellano, donde descubrieron dos contadoras de dinero y libros de contabilidad de drogas que revelaban un extenso tráfico de cocaína que involucraba cientos de miles de dólares en ganancias.
Al momento de su declaración, admitió que cometió el crimen porque necesitaba dinero.
Flores y Ochoa-Saucedo también se declararon culpables por sus papeles y fueron sentenciados a 36 y 57 meses de prisión.
A Arellano se le permitió permanecer bajo fianza y entregarse a una instalación de la Oficina Federal de Prisiones en una fecha posterior.
La fiscal federal adjunta Leslie Ann Cortez está procesando el caso.