Fernando Barreda Luna dirige Café Chairel con Tessa Ia y Mauricio Isaac

Tessa Ia y Mauricio Isaac interpretan a Katia y Alfonso, dos personas solitarias agobiadas por la pérdida, que encuentran consuelo en la mutua compañía mientras dirigen una pequeña cafetería en el puerto de Tampico. Ella es amarga como el café negro y él es suave como la crema. En esa rutina compartida, algo cambia lentamente y sin muchas palabras.

Café Chairel, segundo largometraje de Fernando Barreda Luna (Atroz), partió de una obra escrita por el guionista japonés Atsushi Fujii, que nunca fue exhibida ni distribuida. El director la descubrió por casualidad y le propuso rehacerla con nuevas figuras principales y una ambientación distinta.

"Era una película estudiantil con detalles técnicos y cosas que todavía se podían mejorar en la historia, pero fue suficiente para atraparme. Intenté distribuirla, pero no tenía las cualidades suficientes como para ser comercial. Lo que le planteé fue contar esta historia otra vez. Así nació una colaboración honesta a distancia", comentó el cineasta tampiqueño en entrevista.

Aunque buena parte de la historia se desarrolla en la cafetería, el café no se plantea como tema central. El espacio funciona como parte del entorno cotidiano de los protagonistas y de su conexión inesperada. Para cuidar los aspectos técnicos, el equipo recurrió a Jenny Borrego, tricampeona nacional de barismo, también originaria de Tampico.

"Ella fue quien nos estuvo ayudando a asegurarnos de que todo lo que se habla del café fuera fiel. Cada taza tenía la cantidad exacta de espuma necesaria. Incluso Leo (Deluglio), uno de los actores, aprendió directamente con ella para hacerlo natural, porque la verdad es algo bastante complejo", explicó Jessica Villegas Lattuada, productora del largometraje donde también actúa Hernán Del Riego.

El rodaje se realizó en Tampico y Ciudad Madero, en espacios que no suelen verse en pantalla. El director eligió lugares alejados de una visión turística, zonas que recordaba de su infancia, aunque no estuvieran en su mejor estado.

"Quise encontrar esos viejos rincones que a lo mejor para mucha gente están abandonados, pero para mí son hermosos. Quería mostrar algo que conectara con la nostalgia, cómo recuerdo Tampico cuando era niño y no el Tampico de hoy, más modernizado", señaló.

Barreda, quien también ha trabajado como productor en proyectos como La Posesión de Altair (2016) y Amores Incompletos (2023), prefirió construir los roles a partir de lo que cada actor podía ofrecer, sin ajustarlos estrictamente a lo que estaba escrito desde el guion.

"Mauricio y Tessa llegaron en el momento correcto. A partir de ahí los dejé florecer, porque uno no puede controlar que los personajes se mantengan fieles al guion; si lo haces, estás forzando algo que no es natural."

"Quería abordar la pérdida desde un punto de vista más real, no como se acostumbra en el cine, donde parece que todo se resuelve mágicamente al final. Aquí el dolor permanece, el sufrimiento sigue y simplemente se aprende a vivir con eso", agregó.

La cinta se desarrolló durante más de una década y logró concretarse con el apoyo del estímulo fiscal EFICINE 189 y la aportación de Grupo México. Su estreno mundial fue en marzo de este año en el Festival Internacional de Cine de Sonoma, en California, y más tarde se presentó en el Dallas International Film Festival.

Ahora compite por el Premio Mezcal, que reconoce lo mejor del cine mexicano, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

Proyecciones

8 de junio

15:10 h

Cineteca FICG - Sala 01 Guillermo del Toro

9 de junio

17:00 h

Cinépolis Centro Magno - Sala 05

Sesión con Q&A