Publican declaración criticando los recortes
En sus audiencias de confirmación para dirigir los Institutos Nacionales de Salud, Jay Bhattacharya prometió estar abierto a opiniones que pudieran estar en conflicto con las suyas. "La disidencia", afirmó, "es la esencia misma de la ciencia"
Jenna Norton, que trabaja como investigadora en los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, posa para una fotografía durante una entrevista con The Associated Press en Bethesda, Maryland.
WASHINGTON, D.C.
En sus audiencias de confirmación para dirigir los Institutos Nacionales de Salud, Jay Bhattacharya prometió estar abierto a opiniones que pudieran estar en conflicto con las suyas. "La disidencia", afirmó, "es la esencia misma de la ciencia".
Ese compromiso está siendo puesto a prueba.
El lunes, decenas de científicos de la agencia enviaron a su líder, designado por Trump, una carta titulada Declaración de Bethesda, un desafío frontal a "políticas que socavan la misión de los NIH, desperdician recursos públicos y perjudican la salud de los estadounidenses y personas en todo el mundo".
Dice: "Nosotros disentimos".
En una capital donde los expertos a menudo insisten en el anonimato para decir cosas así de forma pública, más de 90 investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), directores de programas, jefes de rama y oficiales de revisión científica pusieron sus firmas en la carta, y sus carreras en juego. Además, 250 de sus colegas en toda la agencia respaldaron la declaración sin usar sus nombres.
La carta de cuatro páginas, dirigida a Bhattacharya, también fue enviada al secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., y a miembros del Congreso que supervisan los NIH. El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, defendió el enfoque de la administración hacia la investigación federal y dijo que el presidente Donald Trump se centra en restaurar un "Estándar de Oro" de la ciencia, no en el "activismo ideológico".
Enfrentando una "cultura de miedo"
Los firmantes hicieron pública su posición ante una "cultura de miedo y supresión" que, dicen, el gobierno del presidente Donald Trump ha extendido por todo el servicio civil federal. "Nos vemos obligados a hablar cuando nuestro liderazgo prioriza el impulso político sobre la seguridad humana y la administración fiel de los recursos públicos", dice la declaración.
Bhattacharya respondió a la declaración diciendo que "tiene algunos conceptos erróneos fundamentales sobre las direcciones políticas que los NIH han tomado en los últimos meses".
"No obstante, la disidencia respetuosa en la ciencia es productiva", dijo en un comunicado. "Todos queremos que los NIH tengan éxito".
La Declaración de Bethesda, que lleva ese nombre por la ubicación de la sede de la agencia en Maryland, detalla la agitación en la principal institución de investigación en salud pública del mundo en el transcurso de unos pocos meses.
Aborda la cancelación abrupta de 2.100 subvenciones de investigación valoradas en más de 12.000 millones de dólares y algunos de los costos humanos que han supuesto, como cortar regímenes de medicación a participantes en ensayos clínicos o dejarlos con implantes de dispositivos sin monitoreo.
En un caso, un estudio apoyado por los NIH sobre tuberculosis multirresistente en Haití tuvo que detenerse, cesando el tratamiento antibiótico a mitad de curso para los pacientes.
En varios casos, ensayos que estaban casi completados se volvieron inútiles sin el dinero para terminar y analizar el trabajo, dice la carta.
"Terminar un estudio de investigación de cinco millones de dólares cuando está completo al 80% no ahorra un millón de dólares", señala el texto, "desperdicia cuatro millones de dólares".