Columnas - De política y cosas peores

Guardar las formas

  • Por: CATÓN
  • 28 MAYO 2025
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Guardar las formas

Entre los desaparecidos habrá que contar a México. La frase es muy sonora, y las frases demasiado sonoras tienden a ser falsas, pero a ésta lo sonoro no le quita la verdad. Nuestro país empezó a desaparecer como nación republicana y democrática desde que López Obrador se alzó con el poder. No me hago ciego y sordo, ni me pongo fuera de razón. Sé bien que el largo tiempo de la dominación priista estuvo lleno de abusos y corrupciones de todo orden. Pero en aquel tiempo se guardaban las formas; las instituciones permanecían y el país prosperaba, siquiera fuese a gritos y sombrerazos como las represiones a los líderes campesinos, magisteriales y ferrocarrileros disidentes; como la gran tragedia del 68 y el halconazo del 71. Ciertamente se podía hablar de una dictadura de partido, pero AMLO la sustituyó por la dictadura de un solo hombre. El dominio transexenal de antes lo cambió por un régimen unipersonal, omnímodo y caprichoso, al que añadió la ineptidud, y aun el cinismo. Expresiones como "lo que diga mi dedito" y "no me vengan con el cuento de que la ley es la ley" quedarán como rasgos definitorios de su biografía. Poderoso, como suelen ser los demagogos triunfadores; vengativo contra quienes osaron poner coto a sus desmanes, a él y a sus cortesanos debemos la astracanada que tendrá lugar el próximo domingo, y que la virreina Sheinbaum no se atrevió a frenar pese a conocer su irracionalidad y los daños que la errada y errática elección judicial traerá consigo, perversa maniobra de López y su imperio para apoderarse del país y dominarlo quizá durante el mismo tiempo que el PRI lo dominó. De ahí la declaración antes dicha: "Entre los desaparecidos habrá que contar a México". Participen o no en ese malhadado proceso electoral, reciban todos mis compatriotas mi más sentido pésame. Sombrío escribidor: hoy has mojado tu pluma con tinta más negra que la del huizache. Narra ahora algunos cuentecillos a fin de restablecer la armonía del universo, turbada por tus inarmónicos augurios. "¡Qué hermosa eres! -le dijo el apasionado galán a su linda compañera-. ¡Me gustaría describir tus encantos en diversos lenguajes: Español, Inglés, Francés, Italiano, Alemán, Braille!...". Otro novio iba manejando, y al mismo tiempo paseaba la mano diestra -muy diestra- por las turgentes curvas del sinuoso cuerpo de su dulcinea. Lo vio un agente de tránsito y quiso hacerle notar el riesgo de llevar el volante sólo con la izquierda. Le gritó: "¡Con las dos manos!". Replicó el excitado conductor: "¿Y luego con cuál manejo?". Se encontraron dos antiguos compañeros de colegio después de algún tiempo de no verse. Uno le preguntó a otro: "¿Qué fue de Trisagio, aquel amigo nuestro que iba para cura?". Le informó el otro: "Tomó las órdenes". Se alegró el primero: "¿Ya es sacerdote?". "No -aclaró el amigo-. Se casó". El padre de Daisy Mae, bella muchacha originaria y vecina de Picadillo, Texas (se pronuncia "Picadilo"), la entregó en matrimonio, contra la voluntad de la joven, al perverso villano Cheaterluck, tahúr profesional con quien tenía deudas de juego. La noche de las bodas ella supo que iba a sufrir un destino peor que la muerte, de modo que le dijo a su malvado cónyuge: "Podrá usted tomar de mí todo lo que quiera, menos mi corazón". "No te preocupes, honey -replicó el pérfido sujeto-. Tu corazón para nada lo voy a necesitar". "¿Usted, compadre?". Esa dolida pregunta le hizo don Cucoldo al hombre a quien halló en ilícito consorcio adulterino con su esposa. El descarado y lúbrico sujeto respondió: "¿Y a quién esperaba, compadrito? ¿A Leonardo di Caprio?" FIN.

MANGANITAS

Por AFA

´La CNTE sigue

con sus desmanes...´

La ciudad sufre ese mal

que se va volviendo eterno.

Aquí no hay ley, no hay Gobierno,

y no hay Guardia Nacional.



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