Ahora, a cuidarnos hasta de tránsitos y estatales

Es público y harto conocido que en nuestra madreada, paralizada y muy peligrosa Reynosa al problema de los deficientes servicios públicos primarios se le sumó desde hace años el de la inseguridad y el de la falta de valores éticos y morales lo mismo en jovenzuelos y jovenzuelas que en personas adultas, una mentalidad que ninguno de los tres órdenes de gobierno le ha puesto atención y por lo mismo esa es una de las causas de que por Reynosa galope la inseguridad lo mismo de día que de noche.
Y no vaya usted a creer que esa pérdida de valores se ve solamente en las colonias populares, en las medias también lo que es doblemente preocupante porque a ese segmento le ha caracterizado por llevar la vida en paz y desde luego que no escapa al fenómeno importamadrista la clase alta de donde han salido los ahora llamados delincuentes de cuello blanco, y ya para "adornar" el pastel esta la generalizada mentalidad de admirar a los trampas corruptos y si son sinvergüenzas es todavía mayor el aplauso.
Por supuesto que no todos son así pero con una parte que anden en malos pasos de las clases populares, de las medias y de las altas es más que suficiente para que en esta ciudad como en muchas otras de la República Mexicana la seguridad solamente exista en la mente de gobernadores y alcaldes, lo que es la ciudadanía no oculta su coraje de no poder salir ni siquiera a un mandado porque corre el riesgo de ser víctima de la delincuencia o del avistamiento de algún celoso agente de tránsito y ahora también se padece al ojo avizor de la Guardia Estatal.
Los agentes, por andar dedicados a las tareas de vialidad no atienden las de seguridad que es para lo que se creó esta corporación.
Y diganos si no, se de un caso de un joven que se desempeña en una maquiladora de la localidad, centro de trabajo al que con frecuencia arriban guardias estatales para según ellos revisar al personal que va saliendo por aquello de que porten armas o drogas, que si fuera generalizada la vigilancia no estaría mal lo que irrita es que algunos como que ya son objetivo.
Este es el caso de la persona a la que me refiero que al salir de su trabajo ubicado por la carretera a Río Bravo le cayó una patrulla de la Guardia Estatal con el pretexto de someterlo a una revisión. No le encontraron nada y lo dejaron proseguir su trayecto. Hasta ahí bien las cosas, nomás que al día siguiente le vuelven a caer, ahora por el sector de la Unidad Académica de la UAT por la carretera a San Fernando, a donde acudió a realizar un trámite académico. Dos días después se le aparecen por el fraccionamiento Aztlán en donde se encontraba platicando con una amiga afuera del domicilio de esta, lo que provocó la molestia de los vecinos que irritados salieron a reclamar increpándoles que mejor salieran a buscar delincuentes.
Lógico no hicieron caso de ahí el desorden como sucedió con el bloqueo de bulevares y calles por los uberistas y afiliados al DiDi quienes ya se hartaron por la explotación de que han venido siendo objeto.
Esos bloqueos que no están justificados pues el ciudadano no tiene la culpa, provocaron un caos vehicular y brillaron por su ausencia lo mismo los agentes de tránsito que los de la Guardia Estatal, entonces, para que pitos les dieron a estos últimos atribuciones para hacer respetar el reglamento de tránsito. Se está viendo que esa facultad la tomaron para andar deteniendo vehículos y ver que llevan o si andan en estado de ebriedad y a ver que les queda.
De veras, no hay compasión para los reynosenses y todo este desorden sucede ante la indiferencia de quien debiera ser el primero en protestar como lo es el presidente municipal nomas que CARLOS PEÑA le importa una pura y dos con sal lo que pase por Reynosa.
Por ello no se entiende la molestia del alcalde porque los influencers, así como los llamados activistas sociales unos lo critican y los otros le arman boruca, pero en ambos casos es porque no se atienden los problemas urbanos y ahora el de la inseguridad como lo demostró la encuesta del INEGI del año 2024 sobre percepción ciudadana en el tema de seguridad.
EL INEGI arrojo a Reynosa dentro del top ten de ciudades más inseguras. Sucedió que un 80 por ciento de los reynosenses manifestaron sentirse inseguros.
Y es que, oiga usted, entre malandracos, agentes de tránsito y guardias estatales por aquí ya se le tiene miedo hasta a su propia sombra y no es ninguna exageración, el columnista citó un caso que indirectamente me consta, pero la historia de abusos lo mismo de tránsitos que de guardias estatales he escuchado varias.
Lo anterior me hace suponer que en otros puntos de la ciudad se han visto esas historias que con otro alcalde que tuviese por supuesto el coraje y la dignidad de ponerse del lado de la ciudadanía ya se hubiera arrancado a Ciudad Victoria a denunciar esos hechos que, aunque los agentes de tránsito son de orbita municipal como ya se ha visto que ni en el mundo lo hacen tendría que ir a la Fiscalía General de Tamaulipas nomás a platicar como andan las cosas por aquí en materia de inseguridad.
Y a propósito, a raíz del huachicolaso, como lo saben mis lectores, las agencias del Ministerio Público Federal de ciudades como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Tampico, Madero y Altamira no han cerrado las carpetas de investigación que aperturaron con ese tema.
Tampoco en Villa Hermosa, Tabasco, en donde a raíz de delatarse que el que fuera secretario de seguridad pública del entonces gobernador ADÁN AUGUSTO LÓPEZ HERNÁNDEZ, en sus ratos libres por las noches era ni más ni menos que el mero mero del grupo delincuencial conocido como La Barredora, organización criminal que tenía metidas sus manos en todos los negocios, uno de ellos como es el del transporte está siendo intensamente escarbado por el Ministerio Público de Villa Hermosa pues no le pasa que los tráileres que de allá salen para acá o de aquí para allá estén ajenos a la actividad del huachicol.
Lo anterior hace suponer que, así como encarcelaron marinos ahora van con los agentes del servicio público, así como de proveedores y contratista. Solamente así aplacaran la ira que le causó a la entonces institución más confiable de México como lo fue la Marina.
Lógicamente no esta dispuesta esa institución a cargar con todo el paquete, y si bien ya reconoció el secretario de Marina, almirante RAYMUNDO PEDRO MORALES ÁNGELES, en su discurso del pasado 16 de septiembre los errores cometidos que si bien hubo un mea culpa también están exigiendo se castigue a todos y cada uno de los que de una forma u otra se han inmiscuido en el huachicol.
Y es que, oiga usted, una cosa es que particulares transporten en sus pipas gasolina adquirida en Estados Unidos y otra de la que ordeñan en los ductos del Centro Sur del país. Y como les había dicho, muchos proyectos políticos se hundieron.
Y por hoy, BASTA.
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