Cerrando el programa
Finalmente, para cerrar el ciclo, compartiré los últimos dos niveles de mi “Programa de Desarrollo de Pequeños Líderes”, parte del proyecto de aquella revista, “Corazón de Niño”.
El quinto nivel se llama “Pequeño Líder Excelente”, con el delfín como animal emblemático, representando la inteligencia, sociabilidad y el deseo de ayudar a otros. En la carta introductoria se le platica al niño el caso de “el balserito”, aquel niño cubano que quedó a la deriva en altamar cuando la lancha en la que su familia pretendía llegar a Estados Unidos naufragó y todos se ahogaron. El niño sobrevivió porque su madre lo había amarrado a una cámara de llanta, pero quedó solo, a merced de los tiburones. Unos delfines lo ayudaron y lo empujaron hasta cerca de la playa, donde fue encontrado y rescatado.
Se le invita al niño a desarrollar su inteligencia y su espíritu de servicio, poniendo metas para ayudarle a tener un corazón generoso que busque oportunidades de servir a sus semejantes.
El último nivel
Finalmente, el último nivel se llama “Pequeño Gran Líder” con un águila en vuelo como símbolo de las características y metas a desarrollar. La carta introductoria dice:
“Mi buen(a) amigo(a) Pequeño(a) Líder:
¡Felicidades! Finalmente, después de algún tiempo, estás ‘por graduarte’.
Cuando lo hayas hecho, recibirás, además de tu ‘parche’ con la silueta del animal emblemático, una constancia que podrás enmarcar y colgar en tu cuarto, en la que se hace constar que has llegado a este nivel y en donde se te invitará a seguir viviendo inspirado por los ideales y metas con los que trabajaste en todos los niveles. Porque lo importante no es haber alcanzado los diferentes niveles, sino vivir los principios que aprendiste a lo largo de todos ellos. Que sean parte de tu forma de ser y de tu forma de actuar en las diferentes áreas de tu vida (escuela, hogar, sociedad, etc.).
A diferencia de los demás niveles, en éste, el animal emblemático se presenta no solo con su nombre, sino con una característica: ÁGUILA EN VUELO.
Porque tú, pequeño(a) amigo(a) deberás volar siempre en busca de tus sueños, sin cansarte, sin rendirte. Tienes nuevos horizontes ante ti, eleva tu mirada y emprende el vuelo. Tienes una misión que cumplir en esta vida. Búscala, y cuando la encuentres, vive para ella. Y ante todo, trata de cumplir la visión que como Pequeños Líderes compartimos: Dejar este mundo en mejores condiciones que como lo encontramos. ¡Sé que lo harás! Que Dios te bendiga siempre.”
Invitación final
Con esto termina la exposición de este programa. Espero que a alguien, padre, tutor o maestro, le llegue a ser de utilidad.
En sus inicios como cantante, Whitney Houston interpretaba una canción que no llegó a ser tan conocida como otros de sus éxitos, pero que era bellísima. Se llamaba “El amor más grande de todos” (Gratest love of all). Al comenzar, dice la canción: “Yo pienso que los niños son nuestro futuro, enseñémosles bien y dejemos que ellos guíen su camino; muéstrenles toda la belleza que poseen en su interior, denles un sentido de orgullo para que les resulte más sencillo, y dejemos que las risas de los niños nos recuerden lo que solíamos ser”.
De todo corazón invito a todos aquellos que tengan la responsabilidad de educar a esos niños, que ciertamente son nuestro futuro, a que lo hagan con el corazón, y a todos los que nos crucemos en la vida de un niño o niña, ojalá podamos arrancarles una sonrisa para que su luz nos conecte con la magia de nuestra propia infancia, y revivir así el encanto de eso que solíamos ser, eso que solíamos tener y que nunca debiéramos perder: un corazón de niño.