Columnas - Dra. Yirla Paola García López

"Mujer, hormonas y piel: la historia que tu cuerpo cuenta"

  • Por: DRA. YIRLA PAOLA GARCÍA LÓPEZ
  • 13 JULIO 2025
  • COMPARTIR
"Mujer, hormonas y piel: la historia que tu cuerpo cuenta"

A lo largo de la vida, el cuerpo de la mujer transita por múltiples etapas que no sólo transforman su apariencia externa, sino también su salud y bienestar general. Pubertad, embarazo, maternidad, perimenopausia y menopausia son hitos biológicos que traen consigo una constante reconfiguración hormonal y, aunque muchas veces se habla de estos cambios desde lo médico o lo estético, rara vez se abordan desde la conciencia del poder que tienen las hormonas en nuestra piel, cuerpo y emociones. La piel, siendo el órgano más extenso del cuerpo humano, es una de las áreas donde estos cambios se hacen más evidentes. Desde el brillo juvenil de la adolescencia, hasta la resequedad y flacidez asociadas con la menopausia, cada etapa refleja no sólo el paso del tiempo, sino también los altibajos hormonales que acompañan a la mujer a lo largo de su vida.

Adolescencia: el despertar hormonal. La pubertad es el primer gran cambio hormonal; el aumento de estrógenos y progesterona activa las glándulas sebáceas, lo que puede generar exceso de grasa, brotes de acné y cambios en la textura de la piel. A esto se suman los cambios en el cuerpo: desarrollo mamario, ensanchamiento de caderas, inicio del ciclo menstrual. Todo ello es parte del despertar de la función reproductiva. En esta etapa, los cuidados deben enfocarse en la higiene facial adecuada, el uso de productos no comedogénicos y el acompañamiento emocional, ya que los cambios físicos impactan directamente la autoestima.

Edad fértil y embarazo: belleza hormonal y nuevos desafíos: Durante los años reproductivos, las hormonas femeninas suelen estar en equilibrio y es cuando muchas mujeres experimentan su mejor etapa en términos de piel: más hidratada, elástica y luminosa; sin embargo, factores como el uso de anticonceptivos, el estrés o las alteraciones hormonales pueden provocar brotes, manchas o melasma. El embarazo, por su parte, es una etapa de intensos cambios hormonales. Algunas mujeres disfrutan del llamado "brillo del embarazo", pero otras pueden presentar hiperpigmentación, acné gestacional, estrías o caída del cabello posparto. Todo ello es parte de una respuesta natural del cuerpo a los niveles elevados de progesterona, estrógenos y la hormona HCG. Durante esta etapa, los cuidados deben ser específicos y seguros, priorizando la hidratación, la protección solar y evitando sustancias como el retinol o el ácido salicílico sin supervisión médica.

Perimenopausia y menopausia: la piel también cambia. La perimenopausia puede iniciar desde los 40 años y extenderse varios años antes del cese definitivo de la menstruación. En esta fase, los niveles hormonales; particularmente los estrógenos, comienzan a fluctuar y luego a descender. Este descenso tiene efectos notorios: la piel pierde colágeno, se vuelve más delgada, más seca, aparecen arrugas más marcadas, manchas, pérdida de elasticidad y firmeza. La redistribución de la grasa corporal y la disminución de la masa muscular también se hacen más evidentes. Además, muchas mujeres experimentan aumento de peso, cambios en el estado de ánimo y alteraciones en el sueño, todos vinculados al desequilibrio hormonal.

¿Qué se puede hacer? Conocer el impacto de las hormonas en la piel y el cuerpo femenino no solo permite comprender mejor lo que sucede, sino tomar decisiones informadas sobre cómo cuidarse. La medicina actual ofrece múltiples alternativas, tanto naturales como médicas, para acompañar cada etapa con bienestar:

· En la juventud, se recomienda establecer una rutina de cuidado de piel saludable, acompañada por una alimentación balanceada y orientación médica en casos de acné severo o desórdenes hormonales.

· Durante el embarazo, acudir a consulta dermatológica y ginecológica para un manejo integral que proteja tanto a la madre como al bebé.

· En la perimenopausia y menopausia existen opciones como la terapia hormonal sustitutiva (THS), tratamientos dermocosméticos y cambios en el estilo de vida que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Además, la actividad física, el descanso adecuado, la hidratación y el autocuidado emocional son pilares esenciales para mantener la salud de la piel y el cuerpo a cualquier edad.

Reflexión final: Las mujeres estamos en constante cambio, y esos cambios son parte de nuestra naturaleza. Comprender cómo las hormonas influyen en nuestra piel y cuerpo no debe generar angustia, sino empoderamiento. Saber qué esperar y cómo cuidarnos en cada etapa es un acto de amor propio y prevención en salud. Aceptar y abrazar cada etapa como parte de un ciclo vital también implica desmontar mitos y aprender a envejecer con dignidad. La piel no solo refleja nuestra edad, sino también nuestro estilo de vida, nuestras emociones y cómo nos tratamos a nosotras mismas.

Porque al final, cada línea, cada cambio y cada transición hormonal cuentan una historia: la historia de ser mujer.

PlaceHolder Imagen


Continúa leyendo otros autores