La cerámica como el arte más contemporáneo: de vasos cotidianos a monstruos híbridos
Creadores españoles exploran a través de 180 obras el empleo del material, ahora en boga, en la exposición ´Cosas que hacen CLAC´ en el Centre del Carme de Valencia
La obra Perro creador, de Guillermo Ros, que se exhibe en la exposición.
Un peluche se convierte de manera inexplicable en el favorito de un niño. "¿Por qué ese y no otro?", se pregunta Ana Prada, frente a uno de sus particulares peluches, un objeto común que ha transformado en otra cosa, en un híbrido con la mitad del cuerpo de cerámica. La artista zamorana afincada en Londres también ha empotrado en un rincón de la pared un vaso y una esponja que absorbe el líquido y estableciendo entre ellos una relación erótica y de necesidad. Son dos de las 180 obras de 33 creadores españoles que se exhiben en la exposición Cosas que hacen CLAC. La cerámica del arte. Este viernes se inaugura en el Centre del Carme Cultura Contemporània de Valencia, tierra de larga tradición cerámica, artesanal e industrial.
Clac porque la cerámica es frágil y se rompe, si bien su empleo se remonta a la antigüedad y sus vestigios resisten el paso del tiempo, convirtiéndose en fuente de conocimiento. Clac porque el mundo actual, tal y como lo conocemos, parece estar a punto que quebrarse por decisión de sus mandatarios. Y clac también porque esta exclamación puede sintetizar el propósito de ruptura de los artistas al utilizar un soporte tan tradicional como medio de expresión más contemporáneo, que tiene la virtud de plantear una "relación de fisicidad" con el espectador mayor que cualquier otro soporte.
Estas son algunas de las ideas expuestas este jueves por el comisario de la muestra, José Luis Clemente, en la presentación de la muestra que se puede ver hasta septiembre. "Del mismo modo que lo ha hecho el textil, la cerámica, un medio tradicionalmente asociado a la artesanía se hace presente cada vez más como medio artístico. En la muestra encontramos todo tipo de soportes, técnicas y disciplinas, en las que toma parte la cerámica, bien como objeto escultórico o bien referenciado en pintura, dibujos, vídeos, fotografías o instalaciones".
Álex Francés, por ejemplo, incorpora la cerámica en su "cuerpo, cubierto de tejas o vasijas", que a su vez es el centro de sus fotografías y vídeos. Chelo Matesanz encargaba primero sus piezas de cerámica para incluir en sus obras hasta que fue familiarizándose "a trabajar con el barro" e interesándose por los restos y por el proceso, en el que nunca se tiene la seguridad de cómo va salir una pieza del horno, qué va a pasar con ella. Juan Carlos Román estaba creando su pieza, una inmensa gallina proyectada y forrada con piezas de arcilla con los nombres de múltiples artistas, en la pared en una de las galerías del antiguo convento.
"Se trata de un material bruto, pero también particularmente sofisticado; es sencillo y a la vez artificioso", apunta sobre la cerámica el comisario y profesor de Bellas Artes en Valencia. Un material reivindicado en los últimos años, que se ha convertido en tendencia, pero no muy investigado en relación con su uso en el arte actual en exposiciones. La muestra en la sede del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana surge como un intento de hacer visible el empleo de la cerámica en el arte español más reciente, desde planteamientos muy abiertos y mostrando obras muy diversas.
También hay obras de artistas como Xisco Mensua, Miren Doiz, Antonio González, Nono Bandera, Antonio Fernández Alvira, Fuentesal Arenillas, M Reme Silvestre, Varvara & Mar, María García Ibáñez o Miguel Ángel Molina, muchos de ellos presentes en la última feria Arco de Madrid.
La exposición se articula en torno a cuatro grandes conceptos: procesos, hechos, articulaciones y trasuntos. La sala Procesos muestra uno de los aspectos que caracterizan los comportamientos del arte de las últimas décadas como es la insistencia en exponer los procesos de creación. En este apartado se encuentran obras despiezadas, descompuestas o inacabas donde se mezclan materiales orgánicos e industriales con objetos ya hechos.
En el bloque Hechos se presentan obras en las que la cerámica se emplea para redefinir objetos como platos, lebrillos, tazas, jarrones y azulejos, pero también cajas de zapatos, taburetes, bolsas de papel, mandos de videojuegos y churros. "Intervenidos por el arte, estos objetos cotidianos, en los que la cerámica asiste a su uso, función y lugar, acaban siendo pervertidos" explica Clemente.
Las referencias a lo cotidiano pasan también a formar parte de las obras que entran en juego en el bloque Articulaciones donde la cerámica se mezcla con el textil o la ilustración y donde aparecen diferentes técnicas como el gres, lo porcelánico. Finalmente, en Trasuntos se ofrece una referencia a lo corporal, también a lo monstruoso, según el comisario "a la cerámica como parte del cuerpo, a los conflictos del ser humano en relación a como se piensa la identidad, el cuerpo y sus comportamientos".