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Extradición: la deuda pendiente con Tamaulipas

  • Por: ARTURO ROSAS HERRERA
  • 01 SEPTIEMBRE 2025
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Extradición: la deuda pendiente con Tamaulipas

Con las nuevas colaboraciones que México mantiene con Estados Unidos —particularmente la entrega de delincuentes y testigos protegidos—, el gobierno de Claudia Sheinbaum está en condiciones de exigir reciprocidad: que los hombres y mujeres más buscados en México, hoy refugiados en el Valle de Texas, sean devueltos para enfrentar la justicia.

La referencia no es menor. Apenas la semana pasada, la Secretaría de Salud estatal presentó denuncias formales por más de 343 millones de pesos desviados a través de contratos irregulares con los hermanos Carmona entre 2017 y 2018, durante el sexenio panista de Francisco García Cabeza de Vaca. Se trata de un caso con pruebas documentales, daños comprobados y una red de complicidades que toca el corazón del poder político de entonces.

El problema es que la mayoría de los involucrados —ex funcionarios y operadores— son ciudadanos estadounidenses o residen en Texas, en ciudades como McAllen y Brownsville. Es decir, aunque el proceso jurídico se active en México, la Fiscalía Anticorrupción topará con un muro: la frontera.

Entre los señalados aparecen nombres de alto perfil: el propio exgobernador Cabeza de Vaca; la exsecretaria de Salud, Gloria Molina Gamboa (originaria de Chiapas, quizás la excepción); el exsubsecretario de Planeación, Horacio García Rojas Guerra; el exsubsecretario de Finanzas, Alejandro Aguilar Poegner; y el exdirector de Compras, Román Castillo Airola. Todos ellos, de acuerdo con la denuncia, habrían participado en la triangulación de recursos que terminó en manos de los Carmona. Hoy, la mayoría se encuentran en Texas.

El argumento para exigir cooperación está servido. México ha entregado a más de 50 criminales al gobierno estadounidense, algunos de ellos de alto perfil, cuyos testimonios han sido usados para golpear a los cárteles y a las redes de protección política y militar. El caso de los "Chapitos" o las revelaciones en torno a Ismael "El Mayo" Zambada son ejemplos claros de cómo Washington se ha beneficiado de esa colaboración.

Por eso, resulta legítimo que ahora México demande reciprocidad. No solo se trata de un gesto político, sino de la posibilidad real de que ex funcionarios tamaulipecos enfrenten la justicia por uno de los fraudes más escandalosos contra el sector salud en la historia reciente.

Quizás la diferencia radique en la voluntad política: que Estados Unidos deje de ser refugio de quienes saquearon las instituciones mexicanas y que, en un ejercicio de cooperación auténtica, entregue a los responsables. En este caso, Tamaulipas no pide favores, exige justicia.

Porque si Washington decide proteger a esos personajes, el mensaje será demoledor: la corrupción política mexicana tendría asilo garantizado en Texas. Y eso, además de indignante, sería un agravio directo al pueblo que fue despojado de hospitales, medicinas y recursos que nunca llegaron a quienes más los necesitaban.


Tamaulipas, epicentro educativo

Este lunes millones de niños y jóvenes regresan a clases en todo el país. Coincide también con el primer informe de la presidenta Claudia Sheinbaum, lo que hacía pensar que el gabinete estaría volcado en la Ciudad de México. Sin embargo, Mario Delgado, titular de la Secretaría de Educación Pública, decidió iniciar el ciclo escolar en Tamaulipas. Y no en cualquier ciudad: eligió Reynosa.

El mensaje no es menor. Se trata de un reconocimiento al avance del gobernador Américo Villarreal en la ampliación de la cobertura educativa, particularmente en el nivel bachillerato. En un estado donde durante décadas el rezago fue la constante, hoy se habla de aulas, maestros y bancos suficientes para que nadie quede fuera de la educación media superior. Esa es, en sí misma, una noticia política de peso.

Mario Delgado fue claro: la presidenta Sheinbaum está cumpliendo un sueño personal y político —que nadie se quede sin un lugar en la escuela— y lo hace respaldando con becas, infraestructura y programas que hoy alcanzan a más de 283 mil estudiantes en Tamaulipas, con una inversión superior a los 500 millones de pesos. A ello se suma el apoyo a 1,120 escuelas dentro del programa La Escuela es Nuestra y, por primera vez, recursos directos a 81 preparatorias con más de 350 millones de pesos.

En Reynosa, el acto tuvo además un componente simbólico: la entrega de un autobús escolar y la voz de los estudiantes, que recordaron que la educación es la única herramienta real para construir un futuro distinto. No es casualidad que el gobierno federal eligiera esta frontera, marcada por contrastes y retos de seguridad, para enviar un mensaje de esperanza y de inversión educativa.

Américo Villarreal aprovechó el respaldo para reforzar la narrativa de que su gobierno está logrando lo que parecía imposible: que la cobertura deje de ser el problema central y que la calidad del aprendizaje sea la prioridad. Lo mismo hizo Miguel Ángel Valdez, secretario de Educación estatal, quien subrayó que "nadie se quedó fuera" en el arranque de este ciclo.

No menos relevante fue la participación del gobernador y el titular de la SEP en el Consejo Técnico Escolar, donde conversaron con maestros sobre la Nueva Escuela Mexicana. Ese contacto directo muestra que, más allá del discurso, hay un interés por entender las dificultades reales del aula.

La entrega de casi cuatro millones de libros de texto gratuitos en 6,521 escuelas de Tamaulipas cierra el círculo del mensaje: infraestructura, becas, transporte y materiales, todo para garantizar el derecho a la educación.

En política, las giras hablan. Que Mario Delgado haya puesto un pie en Reynosa este fin de semana manda un mensaje directo: Tamaulipas está en la agenda de la Cuarta Transformación y la educación es la punta de lanza para consolidar el proyecto. Y mientras la oposición se pelea con fantasmas del pasado, el oficialismo busca blindar el presente con la narrativa más poderosa de todas: la de los niños entrando a la escuela con un libro bajo el brazo y la promesa de un futuro abierto.


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