Renuncia arzobispo a la arquidiócesis de Boston
Será reemplazado por el obispo de Providence Richard HenningEl papa Francisco aceptó el lunes la renuncia del cardenal Seán O’Malley como arzobispo de Boston y nombró al actual obispo de Providence, Rhode Island, Richard Henning, para reemplazarlo al frente de una de las arquidiócesis más importantes de Estados Unidos.
El anuncio del Vaticano no mencionó el otro papel de O’Malley como el principal asesor de Francisco en el combate contra el abuso sexual del clero como jefe de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores del Papa, lo que sugiere que permanecerá en ese cargo hasta que se nombre a un nuevo dirigente de la comisión.
San Juan Pablo II eligió a O’Malley para que asumiera el cargo en Boston en 2003, en el apogeo del escándalo de abuso sexual del clero que estalló allí tras una investigación del periódico The Boston Globe. Las revelaciones de años de abusos sexuales y encubrimientos por parte de la Iglesia llevaron a la caída del entonces arzobispo cardenal Bernard Law, quien renunció de manera deshonrosa en diciembre de 2002.
“Cuando llegué era un momento de grave crisis y dolor debido al terrible flagelo del abuso sexual”, dijo O’Malley en una conferencia de prensa al reflexionar sobre todos los cambios que la Iglesia ha vivido durante sus 40 años como obispo. “Pero a pesar de todos los desafíos que hemos tenido, estoy lleno de esperanza”.
A sus 80 años, O’Malley está cinco años por encima de la edad normal de jubilación de los obispos. Su sucesor, Henning, de 59 años, de Rockville Centre, Long Island, es obispo de Providence desde el año pasado.
En términos de abuso clerical, la antorcha en Boston está pasando de un hombre cuyos contemporáneos fueron los acusados a otro cuyos colegas fueron las víctimas.
“Cuando se cometieron estos crímenes y pecados, yo también era un niño. Le agradezco a Dios que yo no haya sido afectado personalmente, pero gente de mi generación sí lo fue”, dijo Henning en la conferencia de prensa. “Esos sobrevivientes merecen un corazón que los escuche. En cierto modo, ellos tienen tanto que proclamarnos sobre el Evangelio como nosotros a ellos”.